
En escena, mujer jaguar busca dislocar el patriarcado blanco
▲ Cristina Woodward (izquierda) y Raquel Araujo (centro), de la compañía yucateca Teatro de la Rendija.Foto cortesía de la agrupación
Daniel López Aguilar
Periódico La Jornada
Viernes 1º de agosto de 2025, p. 4
Hay casas que se deshacen en silencio, piedra por piedra, hasta que sólo queda su aliento atrapado entre los escombros. En Tu cuerpo partido o veinte días negros, esa respiración se vuelve canto: una voz plural que conserva el eco de una memoria colectiva fracturada por la historia, la violencia, la herencia y el racismo.
Desde ayer, la obra musical se presenta en el Teatro del Bosque Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque (CCB), a cargo de la compañía Teatro de la Rendija.
Con dirección de Raquel Araujo y música original de Germán Romero, la propuesta es un viaje al corazón telúrico de la memoria.
La trama se inicia con el regreso de Manuel a la vieja casa familiar en Mérida, destinada a la demolición, pero no desaparecerá sin antes revelar todo lo que ha contenido: muertes, la infancia, la nana que lo cuidó, piedras testigos y ecos del bisabuelo Ignacio, sobreviviente de la masacre de Chancenote durante la guerra de castas.
Las piedras, espejos, fotografías, lagartijas y quicios cuestionan a Manuel
, explicó Araujo en entrevista con La Jornada.
Esta interacción marca la dramaturgia: el hogar interpela, la historia sacude y el recuerdo duele. Aurora, nana y figura mitológica que encarna a las cuidadoras mayas, observa y participa.
Para la directora, va más allá de un personaje: es nieta del Señor de Xibalbá, atraviesa el tiempo y se transforma en mujer jaguar. Desmantela, piedra a piedra, la estructura del patriarcado blanco.
El montaje entrelaza diversos lenguajes: música en vivo sin orquesta, pero con el coro Túumben Paax, canto en lengua maya, esculturas inflables que representan el espacio onírico y luces que vibran al ritmo de la historia.
Romero describió su partitura como un intento de capturar el universo sonoro de una historia que me sobrepasaba
. Gestada durante casi tres décadas, tras leer La guerra de castas de Yucatán, de Nelson Reed, la puesta en escena incorpora leitmotivs que simbolizan la casa y su desgaste emocional.
El lugar donde está Manuel se convierte en ruina, y la música acompaña esa descomposición como moho en las paredes
, añadió el compositor.
Concebida a seis manos durante la pandemia, con la colaboración de la poeta y lingüista maya Sasil Sánchez, la creación escénica plantea un choque intenso de fuerzas simbólicas, sin ofrecer moralejas ni resoluciones esperanzadoras.
El proceso se desarrolló a distancia, con múltiples experimentos y ajustes. Tres perspectivas diferentes sobre un mismo tema que se fue expandiendo hacia intereses compartidos
, resumió Araujo.
La inclusión del idioma maya representó un reto fonético y musical, así como un acto de afirmación cultural. Cantar en maya ha sido uno de los mayores desafíos porque, al ser una lengua tonal, la musicalidad ya está en su pronunciación.
La narración se despliega en capas temporales: 1964, 1848 y la actualidad, con anacronías deliberadas. La trama presenta un tratamiento intencional del tiempo, mezclando épocas para generar un efecto anacrónico
, reconoció la directora. Manuel no actúa como protagonista, sino como detonante. A través de él se revela la historia de Ignacio, su bisabuelo, protegido por Aurora durante la matanza de Chancenote, donde su madre fue asesinada
.
Teatro de la Rendija, con sede en Yucatán, explora los pliegues del cuerpo y la memoria. Sobre el escenario actúan Katenka Ángeles, Lázaro González, Juan Ramón Góngora, Cristina Woodward, Mariana Palma, Ángel González y la propia Araujo, acompañados por el coro Túumben Paax, integrado por Lucía Olmos, Lorena Barranco, Mitzy Chávez, Itzel Servín y Tatiana Burgos.
El cuerpo partido tiene que ver con el mestizaje y la multiplicidad interna que nos define: pensamientos, emociones y decisiones
, subrayó la directora.
Mérida, marcada por profundas divisiones sociales, funciona como metáfora de esa fractura. Aunque en la última década ha habido cambios significativos, mucho se debe a un movimiento vigoroso de poetas mayahablantes con un activismo lingüístico contundente, como Sasil.
Araujo recordó que las funciones en Yucatán generaron discusiones intensas, algunas bajo el formato denominado debate al revés
, dinámica creada por Flavio Desgranges que no indaga en opiniones, sino en recuerdos y emociones: ‘¿Qué recuerdas?’ ‘¿Qué te sacudió?’
No existe un único personaje central. Todos forman parte de esta historia de fantasmas: las lagartijas que vigilan desde los muros, las piedras, la lengua maya, que no es mera ornamentación, sino una posibilidad de otra mirada.
Funciones en el Teatro del Bosque Julio Castillo, hoy a las 20 horas, sábado 2 a las 19 y domingo 3 de agosto a las 18. El boleto tiene un costo de 150 pesos.