
La "zona muerta" del Golfo se reduce; científicos celebran avance a la meta ambiental
La zona muerta del Golfo de México tiene una extensión de 1.1 millones de hectáreas de hábitat no disponible para peces y otras especies debido a la falta de oxígeno.
MADRID, 1 Ago. (EUROPA PRESS).- La «zona muerta» del Golfo de México, un área con poco o ningún oxígeno, tiene este año siete mil 085 kilómetros cuadrados, un 21 por ciento menos que las estimaciones previas y la decimoquinta cifra menor registrada.
Esto equivale a aproximadamente 1.1 millones de hectáreas de hábitat potencialmente no disponible para peces y especies de fondo, una reducción del 30 por ciento con respecto al año anterior, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).
Científicos de la Universidad Estatal de Luisiana y el Consorcio Marino de las Universidades de Luisiana (LUMCON) lideraron el estudio anual de la zona muerta del 20 al 25 de julio a bordo del buque de investigación Pelican de LUMCON. Esta medición anual es una métrica clave que fundamenta los esfuerzos colectivos del Grupo de Trabajo sobre Hipoxia del Río Misisipi/Golfo de México, que se ha fijado el objetivo a largo plazo de reducir la extensión promedio de la zona muerta en cinco años a menos de tres mil kilómetros cuadrados para 2035.


Reducción de la zona muerta es señal alentadora
La significativa reducción de este año en la «zona muerta» del Golfo de México es una señal alentadora para el futuro de esta área, declaró Laura Grimm, administradora interina de la NOAA.
«Esto pone de relieve la dedicación y el importante trabajo de los científicos y socios que reciben apoyo de la NOAA, y sirve como testimonio de la eficacia de los esfuerzos de colaboración para apoyar a nuestros pescadores, comunidades costeras y ecosistemas marinos vitales de Estados Unidos. Estamos orgullosos de estos logros y mantenemos nuestro compromiso de fomentar la investigación y las estrategias que garanticen la salud y la vitalidad de nuestros océanos para las generaciones futuras», declaró en un comunicado.
En junio, la NOAA predijo una zona muerta de tamaño promedio de ocho mil 970 kilómetros cuadrados, basándose principalmente en datos de descarga del río Misisipi y escorrentía de nutrientes del Servicio Geológico de Estados Unidos. El tamaño medido se situó dentro del rango de incertidumbre del pronóstico conjunto de la NOAA, lo que demuestra la precisión general de los modelos subyacentes y su valor para orientar las estrategias de reducción de nutrientes.
Si bien cada estudio de investigación financiado por la NOAA proporciona una instantánea de la zona muerta, el promedio de cinco años captura la naturaleza cambiante de la zona a lo largo del tiempo. El tamaño promedio de la zona muerta en los últimos cinco años es actualmente de siete mil 652 kilómetros cuadrados.
El exceso de nutrientes de la cuenca de los ríos Misisipi-Atchafalaya estimula el crecimiento excesivo de algas en el Golfo de América. Cuando estas algas mueren y se descomponen, agotan el oxígeno del agua al hundirse. Los bajos niveles de oxígeno resultantes (hipoxia) provocan que la vida marina, como peces y camarones, abandone la zona. Se ha descubierto que la exposición a aguas hipóxicas altera la dieta de los peces, sus tasas de crecimiento, reproducción, uso del hábitat y disponibilidad de especies capturadas comercialmente, como el camarón.

