
Roberto Cacciola: Tenemos que pensar en infraestructura para 100 años de minería
Uno de los disertantes fue Roberto Cacciola, presidente de la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM), quien se refirió a la importancia de visibilizar cómo las mujeres han ido ganando espacio en la actividad, pero también a la oportunidad que Argentina tiene para despegar en este sector.
Sobre la mirada que tienen desde la cámara nacional de lo que viene sucediendo en la provincia, señaló que “Mendoza ha tenido un cambio importantísimo en el último año y medio, con una convicción muy fuerte para que la minería se instale y con un acompañamiento fundamental del gobernador, su equipo y un montón de actores que tienen que ver con la actividad privada”.
“Ven en la minería una necesidad para mejorar la calidad de vida, en este caso de los mendocinos, bajar la pobreza, desarrollar una industria esencial para la vida -porque la minería es una industria esencial- y nos sentimos orgullosos de que nos hayan permitido acompañarlos en este proceso desde el lugar que nos toca”, señaló Cacciola.
– ¿Entienden que las empresas mendocinas están preparadas para responder a la demanda de la minería?
– Creo que hay un proceso de integración importante, pero se parte de una situación dada de la provincia de Mendoza que ya tiene una industria pujante, un complejo de desarrollo industrial que va a ser vital en la concreción de los proyectos mineros. No solamente para infraestructuras, sino para construcción de campamentos, la metalmecánica para las instalaciones productivas. Diversas actividades que ya tiene incorporada la provincia que se van a complementar con el desarrollo de la industria minera.
Mirada externa
– Y ya ampliando la mirada a la macro, ¿cómo están otras variables para favorecer este desarrollo?
Argentina ha generado una expectativa impresionante en el exterior y uno recibe comentarios de lo que se habla afuera respecto del cambio cultural que está llevando adelante esta gestión a nivel nacional. Y también de las provincias que imitan ciertas cosas. Es impresionante.
Nosotros participamos en marzo, y el gobernador Alfredo Cornejo y todo su equipo también, en la PDAC (Prospectors & Developers Association of Canada – Convención de la Asociación de Prospectores y Desarrolladores de Canadá), que es el evento minero más importante en materia de negocios que se realiza en Toronto. Este año, el interés que despertó Argentina no tiene precedentes en los últimos, diría, por lo menos 20 años y hemos superado la expectativa que generan otros países que normalmente son el centro de atención en este tipo de eventos.
El día argentino en la PDAC convocó a más de 400 personas. Muchos éramos locales, pero también había una gran cantidad de inversores extranjeros y dejaron en segundo lugar a países que históricamente lideraron el interés por conocer cuáles eran las posibilidades que había. Entonces, hay que aprovechar este momento en el que a Argentina se la mira de una manera muy diferente de la que se miraba de 2023 para atrás.
Potencial del cobre
– Como un nuevo emergente…
– Como un emergente y con una particularidad. Si hablamos de cobre, fundamentalmente, Argentina es el único país en este momento que dispone de seis proyectos de clase mundial listos para avanzar desde el punto de vista técnico. Y esto no tiene comparación con ningún otro país del mundo.
No porque podamos superar a otros países, sino porque Argentina está virgen en la explotación de cobre. Solamente tuvimos un proyecto, que duró entre 1997 y 2018, que fue Bajo de la Alumbrera, en Catamarca, y cerró. Hoy no tenemos producción de cobre. Y si tuviéramos la posibilidad de desarrollar por lo menos estos seis proyectos, incluido San Jorge, con una hipótesis de producción a full los seis, nos convertiríamos en el cuarto, quinto o sexto -habría que ver los números- productor mundial de cobre.
Chile, que es el principal productor de cobre, produce aproximadamente 5.200.000 toneladas de cobre fino por año. Perú, que es el segundo productor mundial, algo por encima de 3 millones de toneladas. Y Argentina, en el hipotético caso de que pudiera desarrollar esos seis proyectos a su máxima capacidad, se estima que produciría 1.200.000 toneladas anuales. Contra nada prácticamente, porque hay unas pequeñas operaciones en el NOA que no llegan a las 40.000 toneladas anuales.
Infraestructura
– ¿Hay algo más que esté necesitando el sector?
– Venimos repitiendo permanentemente que tenemos problemas de infraestructura. Tenemos que ocuparnos, porque esos seis proyectos no son el principio y el fin. Va a haber muchos más si la minería explota. ¿Qué quiero decir con esto? Que tenemos que pensar en minería para 100 años.
¿Y por qué digo esto? No es porque se me ocurra a mí como un eslogan que suena bien, sino porque Perú lleva más de 40 años con proyectos mineros de alta envergadura. Chile lleva proyectos de alta envergadura y tienen vida útil por muchos años más. Y no hay ninguna razón para que los nuestros sean muy diferentes a los chilenos.
Entonces, si pensamos exclusivamente en una cuestión coyuntural de que no tenemos infraestructura suficiente y buscamos alternativas como salir por Chile… Posiblemente haya algún proyecto que tenga que salir por Chile. Pero de nuevo, vuelvo a lo anterior: tenemos que trabajar fuertemente en infraestructura para pensar esa minería de 100 años.
– ¿Infraestructura logística, de servicios?
– Absolutamente de todo. Ferrocarril, rutas, rutas nacionales, rutas provinciales, generación de energía. Y se está trabajando. Ahora, yo creo que la intensidad tiene que ser mayor. Es un desafío. El desarrollo de infraestructura va a tener que darse en paralelo con el desarrollo de la minería. Porque puede ser que algunos proyectos elijan salir por puertos chilenos. Pero no se acaba con estos seis. O los tres más que están un poco menos avanzados. Va a haber muchos más.
No pienso que Argentina tenga un potencial que sea solamente la quinta parte del de Chile. No sé si podrá ser igual al 100%, pero estoy seguro de que no va a ser el 20%. Que debería ser un porcentaje mucho más aproximado al chileno, porque compartimos la misma cordillera. Entonces, la infraestructura hay que encararla como un tema coyuntural, pero fundamentalmente de largo plazo.