
El impacto a corto plazo de las subidas arancelarias de Trump
Fedea publica hoy un trabajo de Jorge Alonso Ortiz (ITAM‑CIE) y José María Da Rocha (Universidade de Vigo) que cuantifica el impacto inmediato del nuevo shock arancelario de Estados Unidos—iniciado en 2018 y recrudecido en 2025—sobre la economía mundial. Para ello, los autores emplean un modelo de equilibrio general estático que enlaza 77 países y 11 sectores, calibrado con las tablas inter‑país insumo‑producto de la OCDE para 2019. El modelo asume que, en el corto plazo, las cadenas de suministro son rígidas—las empresas no pueden cambiar de proveedor con facilidad, tal como corrobora la evidencia microeconométrica—de modo que los precios, y no las cantidades, absorben el shock. Sobre esa base, el estudio estima en dólares internacionales comparables la merma de PIB provocada por los aranceles unilaterales del Gobierno de Donald Trump y analiza cómo estas tarifas reconfiguran los flujos comerciales, medidos como la ratio de exportaciones más importaciones sobre PIB, en ausencia de represalias.
En el escenario de referencia, la Administración estadounidense aplica un arancel uniforme del 10 % a sus importaciones, lo que es suficiente para recortar el PIB mundial un 0,70% y el de EE. UU. un 0,82% durante el primer año. El modelo predice que la factura no se concentra: Canadá, China, México y la Unión Europea pierden entre medio y casi tres cuartos de punto porcentual de renta. La razón de ese reparto es la propia trama productiva: cuando un componente se encarece en la frontera estadounidense, los sobrecostes se propagan por todas las cadenas de suministro internacionales, llegando a sectores que ni siquiera exportan directamente a EE. UU.
El estudio explora, además, cuatro posibles etapas de escalada. La más severa mantiene el 10% general, eleva al 25% el gravamen a Canadá y México, a un 15% el de la UE, y a un 145% el que afecta a China. Bajo este esquema extremo, el PIB global se contrae un 3,38 % y el estadounidense un 3,78 %, confirmando la naturaleza convexa de los costes de los aranceles en presencia de redes productivas densas que encuentran otros estudios. El trabajo muestra que el shock arancelarios apenas cambia el volumen de comercio mundial. El cociente de exportaciones + importaciones sobre PIB retrocede solo un 4% a escala mundial. Sin embargo, el grueso del flujo que abandona EE. UU. encuentra nuevo destino, sobre todo en México. El arancel actúa, por tanto, menos como un muro y más como una válvula que desvía contenedores hacia otros puertos. El comercio ni se crea, ni se destruye, se redistribuye.
La distribución del comercio que EE.UU. cede no es geográficamente homogénea, ya que depende de la conectividad de un país con distintos nodos productivos, más que de su grado de apertura comercial per se. De hecho, las economías de la Unión Europea, que comercian entre ellas, apenas se ven afectadas (se cierran en promedio sólo un 0,03%).
El mensaje para los responsables económicos es claro. Primero, los costes de corto plazo están probablemente infravalorados cuando se usan modelos que permiten sustituir proveedores con rapidez: la pérdida estadounidense del 3,78% del PIB contrasta con estimaciones inferiores al 1% en marcos Armington o Ricardianos de largo plazo. Segundo, el efecto bumerán competitivo es evidente: EE. UU. termina siendo la economía que más reduce su grado de apertura y su PIB, mientras sus socios y rivales ocupan el espacio que deja libre. EE.UU. se pega un tiro en el pie. Tercero, una espiral de represalias –no incluida en la simulación– duplicaría previsiblemente los daños, como enseñan los precedentes históricos de los años 30. Nuestro análisis no respalda en absoluto la idea Trumpiana de que los aranceles reindustrializan sin dolor, antes bien: reparten la actividad, encarecen la cesta de consumo doméstico y reducen la renta real del país que los impone. En un sistema de producción tan imbricado como el actual, las guerras comerciales no se ganan, se financian con menores salarios reales y con inflación importada. El mayor perdedor de una guerra comercial es el que la inicia.
Trabajo completo
Alonso-Ortiz, J. and J. M. da Rocha (2025). “The short-run impact of US tariffs in an interconnected world.” FEDEA, Documentos de Trabajo no. 2025–09. Madrid.