
Entrevista: La presión de Trump sobre la Reserva Federal «le hace el camino más difícil» a su próximo jefe
La persona que reemplace a Jerome Powell en la jefatura de la Reserva Federal (Fed) tendrá que ganarse más que antes la confianza de que hará lo correcto para la economía, porque la fuerte presión del presidente Donald Trump sobre el banco le ha hecho «más difícil el camino», afirmó Loretta Mester, expresidenta del Banco de la Reserva Federal de Cleveland, en una entrevista con Univision Noticias.
«Es correcto pensar que (la presión que ejerce Trump sobre la Fed) ensombrece al próximo jefe de la Fed. (…) Creo que le hace el camino más difícil en lugar de que esa persona tenga el beneficio de la duda (por estar comenzando en el cargo)», consideró. «Usualmente, cuando llega un nuevo presidente (de la Fed), las personas le dan el beneficio de la duda de que están haciendo lo que es mejor para la economía. Y creo que, en este caso, se lo tendrá que ganar más que antes».
Cualquiera elija Trump de su lista de, por ahora, cuatro contendores principales tendrá el desafío de posicionarse como una voz creíble dentro de la propia Fed, entre el público en Estados Unidos y en los mercados.
Al menos dos nombres de esos cuatro posibles sustitutos de Powell son conocidos en la Fed. Uno es Christopher Waller, integrante de la actual Junta de Gobernadores del banco central mencionado en recientes reportes porque difirió junto con otra gobernadora de la decisión de mantener sin cambios la tasa de interés en la reunión de fines de julio. Trump fue quien lo nombró en la Junta en 2020 y, según un informe de Bloomberg, era hasta el jueves el «principal candidato» del presidente.
El otro es Kevin Warsh, un exfuncionario de la Fed que hace unos meses fue considerado para liderar el Departamento del Tesoro. Scott Bessent, quien se quedó con ese cargo, le dijo a Trump que prefiere permanecer en el gobierno y que lo descarte como posible sucesor de Powell.
Un jefe que tendrá que buscar consensos dentro de la Fed, no actuar por sí solo
Tanto Warsh como Waller —sobre todo este último como un gobernador del banco central— conocen el funcionamiento de la Fed y cómo se decide la política monetaria.
Saben que para mover o mantener la tasa de interés se realiza antes un riguroso proceso que incluye datos actuales, proyecciones e información que recogen los presidentes de los Bancos del Sistema de la Reserva Federal a través de Estados Unidos. Y saben también que cada decisión requiere una votación de los 12 miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) y que por tradición se espera que el jefe de la Fed sea una persona que busque consensos.
«Cuando alguien es nominado y confirmado como presidente (de la Fed), eso es algo especialmente importante. Esa es la persona que da las conferencias de prensa, es el rostro de la Fed», explicó Mester. Esta economista dirigió por una década la Fed de Cleveland y participó de las decisiones de política monetaria durante tres gobiernos: el de Barack Obama, el primero de Trump y el de Joe Biden.
«Pero esa persona representa un voto en el Comité y creo que sentirá el peso de la importancia de su puesto y que tendrá que convencer al Comité de que fue una elección creíble para lo que quiera hacer esa persona en términos de política monetaria», agregó.
También «tendrá que convencer al resto del Comité de que hay una causa meritoria si (por ejemplo) quiere mantener la tasa de interés estable y el resto quiere recortarla o subirla en cierto momento. Sobre esa persona recae la responsabilidad de buscar un consenso. Así que no será el caso de que una persona sea designada y pueda decidir la política monetaria sin realmente tener un buen sustento analítico sobre cualquier decisión que se tome».
Y que no podría «simplemente hacer lo que alguien externo le diga que haga»
La Fed ha estado prácticamente desde que Trump regresó al poder en enero bajo una inédita presión de la Casa Blanca. A Trump le enfurece que el banco central no haya recortado su tasa de interés desde el actual 4.25% y 4.5%, y la Fed ha respondido que esperará hasta evaluar el impacto de la ofensiva arancelaria presidencial.
La razón principal que ha dado Trump para exigir esa rebaja con tanta insistencia es que ello le «ahorraría» cientos de millones de dólares a Estados Unidos, porque así se pagaría menos a quienes tengan deuda del Tesoro. Es una estrategia cuestionada ampliamente por economistas, incluyendo a Mester.
«No veo que pueda salir algo bueno de este tipo de campaña de presión por parte del presidente sobre el jefe de la Fed. No creo que vaya a lograr su objetivo, fuese cual fuese. El presidente dice que quiere reducir las tasas de interés a largo plazo, y creo que podrían fácilmente subir si los participantes de los mercados se tornan escépticos respecto a que la Fed esté haciendo realmente su trabajo: que es la estabilidad de los precios y el máximo empleo. Esto porque tendrás que pagar una prima (o pagar más) para que las personas quieran mantener deuda (de Estados Unidos) a largo plazo», explicó.
Mester se refirió a que la Fed tiene que cumplir con dos objetivos que le impuso el Congreso: mantener la estabilidad de los precios y el máximo empleo. El tipo de consideraciones que esgrime Trump tiene que ver con la política fiscal y eso, agregó Mester, no debe mezclarse con la responsabilidad de la Fed. Algo que debe tener presente quien ocupe la silla de Powell desde mayo de 2026.
«Los presidentes típicamente tratan de nombrar a alguien en ese puesto que de cierta manera vea la política monetaria de la misma manera que él la ve. Eso no sería inusual. Se ha hablado de varios nombres y habrá que ver qué camino toma el presidente. Pero creo que la persona que esté en ese cargo realmente tiene una gran responsabilidad sobre la economía. Y no creo que esa persona simplemente haga lo que alguien externo le diga que haga, y también creo que tendrá que realmente asegurarse de que sea vista como líder con credibilidad para la Fed».
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