
Festejan la música y las voces zapotecas y tsotsiles
▲ Las poetas tsotsil Ruperta Bautista y zapoteca Irma Pineda participaron ayer en la Feria de las Lenguas Indígenas Nacionales, en el Auditorio Blas Galindo del Cenart.Foto María Luisa Severiano
Ángel Vargas
Periódico La Jornada
Domingo 10 de agosto de 2025, p. 3
La palabra de los pueblos originarios es poesía pura. Es música ancestral que late en el corazón de la resistencia, pero también en la celebración de lo cotidiano y de la vida. La sala Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes (Cenart) se convirtió ayer en epicentro de voces y sonidos que atraviesan el tiempo, con el concierto Sonoridades vivas.
Esta vibrante sesión que refrendó el hermanamiento de ese binomio tuvo lugar como parte de la novena Feria de las Lenguas Indígenas (FLIN) –organizada por el Instituto Nacional de las Lenguas Indígenas–, pero también de las conmemoraciones que se efectuaron ayer en México en ocasión del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, celebrado ayer.
Fue una fiesta de música y palabra que durante un par de horas reunió a las poetas Irma Pineda Santiago y Ruperta Bautista –la primera hablante de zapoteco, mientras la segunda de tsotsil–, quienes tejieron versos como hechizos con la lectura de algunas de sus obras, primero en su lengua natal y luego en español.
Mientras que la orquesta tradicional purépecha Axuni incendió el escenario de ritmo y alegría con una propuesta sonora con base en sones, chilenas, toritos y piezas dancísticas tradicionales y contemporáneas.
No me verás morir./ Habrá una semilla/ escondida entre los matorrales del camino/ que a esta tierra ha de volver/ y sembrará el futuro
, declamó Irma Pineda con la cadencia del que se sabe escuchado.
Su voz honda y profunda, un puente entre el zapoteco y el español, resonó en poemas que desnudaron lo íntimo: el cómo la soledad de las madrugadas pesa como los párpados a medio sueño o cómo la ausencia del ser amado se vuelve un río contenido en la garganta.
Pero también se alzaron en un grito de denuncia cuando reveló que su madre le ayudó a descifrar el lenguaje de las estrellas, a usar el ajo en la comida y evitar el limón cuando viene la regla, “pero nunca le pregunté a mi madre / cómo transcurre la vida/cuando los soldados se llevan al marido. / Cómo se enfrenta lo cotidiano / con la incertidumbre tras los pies a cada paso / Con qué palabras se explica a los hijos / qué es ‘un desaparecido’”.
Las palabras de Ruperta Bautista, por su parte, discurrieron por terrenos más sombríos, pero necesarios, al nombrar esa parte de lo humano a la que no debe darse la espalda, como lo hizo con su poema Asesinos: Encarcelan al viento, /ciegos en ruta de sangre / los asesinos ahogan cada paso / que pasa/ y tropieza. / Queman pensamientos. / Provocan muerte, / atrapan sueños en laberintos / y los matan. / El canto del sol fallece ensangrentado
.
El público descubrió que no hace falta entender una lengua para sentirla en lo más profundo del pecho. La musicalidad de las voces de los pueblos originarios es seductora e hipnotizante; en ellas hay mucho de ancestral y contemporáneo, de lingua franca que es descifrada por los sentimientos y emociones.
Tras casi una hora, llegó el turno de Axuni, una propuesta de la región del Lago de Pátzcuaro que surgió con el propósito de recuperar los formatos e instrumentación mixta de las orquestas antiguas purépechas de las décadas de 1920 a 1950. Conformada por nueve músicos de diversas comunidades, su objetivo es difundir la música y la cultura de ese ancestral pueblo michoacano.
Fueron otros 60 minutos en los que el espíritu festivo desbordó la sala e impulsó al público a bailar, aunque estuviera sentado en las butacas. Chilenas, abajeños, piezas de danza tradicional como la de la fiesta de Corpus Christi, o algo más contemporáneo, como Adiós California, un tema sobre la migración que duele y se baila, discurrieron ante el júbilo del auditorio, que al concluir la sesión clamaba aún más.
La novena Feria de las Lenguas Indígenas Nacionales concluirá hoy con actividades en diversas sedes de la capital del país. Más información en el sitio inali.gob.mx