
Crisis financiera en Clínica Palmira fuerza cierre temporal de urgencias: Alerta amarilla en Valle del Cauca
La Clínica Palmira cerró temporalmente su servicio de urgencias debido a una renuncia masiva del personal, provocada por retrasos en los pagos de las EPS, principalmente Nueva EPS y SOS. La decisión ha generado una alerta amarilla en la red hospitalaria del Valle del Cauca y ha obligado a activar planes de contingencia para evitar un mayor colapso en la atención.
Cierre de urgencias por crisis de pagos
La institución suspendió de manera indefinida la atención de urgencias después de que el personal médico y asistencial decidiera renunciar de forma colectiva ante la falta de pagos oportunos. Según explicó la Secretaría de Salud del Valle del Cauca, mantener el servicio en esas condiciones resultaba inviable, pues no había suficiente personal ni garantías para operar con seguridad.
Así mismo, la medida llevó a que la red hospitalaria del departamento fuera declarada en alerta amarilla. En Palmira, la Secretaría de Salud implementó un plan de derivaciones para trasladar pacientes hacia instituciones en Cali y evitar que los municipios aledaños, que habitualmente remitían casos a la Clínica Palmira, incrementaran la presión sobre la ciudad. Este mecanismo incluye la presencia de auditores que coordinan los traslados y verifican la disponibilidad de camas en los hospitales receptores.
Deudas millonarias y renuncia masiva de personal
La secretaria de Salud del Valle, María Cristina Lesmes, indicó que Nueva EPS adeuda aproximadamente seis mil millones de pesos a la Clínica Palmira, mientras que SOS mantiene obligaciones en proceso de confirmación. Aunque durante el año en curso Nueva EPS ha girado cerca de nueve mil quinientos millones de pesos, el atraso de seis mil millones ha dejado a la clínica sin liquidez suficiente para operar. En promedio, la facturación mensual asciende a aproximadamente mil doscientos millones de pesos, pero en el último periodo los giros apenas alcanzaron los doscientos millones, cifra insuficiente para cubrir la nómina y garantizar la continuidad del servicio.
Organizaciones médicas han advertido que esta situación no es aislada. El presidente de la Federación Colombiana de Sindicatos Médicos, Jorge Enrique Enciso, denunció que gran parte de los especialistas que trabajaban en el área de urgencias acumulan hasta diez meses sin recibir sus honorarios, lo que fue determinante para que abandonaran sus cargos.
Impacto regional y retos para la reapertura
El cierre de urgencias de la Clínica Palmira se produce en un contexto de saturación crítica. Según las autoridades, la ocupación en los servicios de urgencias del departamento supera el trescientos por ciento, lo que significa que la demanda triplica la capacidad instalada. Voceros hospitalarios han insistido en que parte del problema radica en el uso inadecuado de las urgencias para atender casos que no son de gravedad, lo que desplaza la atención de pacientes críticos. El cierre coincide, además, con la realización de eventos masivos en Palmira, lo que podría aumentar la presión asistencial en las próximas semanas.
Frente a este escenario, la Secretaría de Salud del Valle y la administración municipal han iniciado gestiones con Nueva EPS y SOS para depurar cuentas y buscar acuerdos de pago que permitan reabrir el servicio. El secretario de Salud de Palmira, Jhon Jairo Satizábal, aseguró que se mantiene comunicación constante con la red hospitalaria de Cali para garantizar la atención de los pacientes que antes acudían a la Clínica Palmira. Sin embargo, hasta el momento no se ha fijado una fecha concreta para la reapertura de urgencias, ya que esta dependerá de la llegada de recursos y de la contratación de nuevo personal.
fragilidad estructural del sistema de salud en el Valle
La crisis de la Clínica Palmira refleja una fragilidad estructural del sistema de salud en el Valle del Cauca y en Colombia en general. La dependencia de los flujos financieros provenientes de las EPS, sumada a las demoras en los pagos, genera riesgos inmediatos para la continuidad de los servicios, especialmente en áreas críticas como urgencias. La alerta amarilla declarada no solo ha incrementado la presión sobre Cali, sino que plantea un riesgo real de deterioro en los tiempos de respuesta y en los resultados en salud.
Expertos consultados señalan que la solución requiere acuerdos de pago verificables, una recomposición inmediata del talento humano y medidas temporales para gestionar la alta demanda, incluyendo campañas de orientación a la ciudadanía sobre el uso adecuado de los servicios de urgencias y la implementación de triage riguroso. El restablecimiento del servicio, además de urgente, debe ser sostenible para evitar que una crisis como esta se repita en el corto plazo.