
Casa-taller en Turín permite adentrarse a su universo
▲ En 2016, un año después de la muerte de Carol Rama, su departamento se convirtió en un museo, gracias a la Fondazione Sardi per l’Arte, que adquirió el mobiliario y los objetos para conservarlos.Foto cortesía Nick Ash
Alejandra Ortiz Castañares
Periódico La Jornada
Lunes 18 de agosto de 2025, p. 3
Turín. La casa-taller de Carol Rama permite al público entrar en su universo. El espacio es mucho más que una casa de artista, era su “refugio”, el “laboratorio” mismo donde se gestaban las ideas para sus cuadros y donde se conservan los materiales que utilizaba para crearlos. Es considerada una obra adicional de la artista que irónicamente “firmó” en el timbre de la entrada.
En 2016 el departamento, un año después de la muerte de la artista, fue vinculado por la Superintendencia como taller de artista y en 2019 se convirtió en un museo, gracias a la Fondazione Sardi per l’Arte, que adquirió el mobiliario y los objetos para conservarlos y cederlos en préstamo al Archivo Carol Rama. A éste le asignó también la realización de su catálogo razonado (Skira, 2023).
Está situado en el centro de Turín en la calle Napione 15, en el cuarto y último piso de un edificio art déco. Aquí realizó prácticamente toda su producción. La consideraba “una casa premeditada” con objetos “pobres”, aunque cargados de recuerdos que contenían su propia vida. Los artefactos invaden toda la casa, pero no caóticamente, sino con un orden que podría describir como instalaciones similares a “naturalezas muertas”. Un espacio que para ella era como una escenografía donde rodaba su propia película existencial, que transmite en el visitante una cualidad atemporal y magnética y de gran curiosidad por descubrir los objetos que tapizan la casa.
Como su obra, fue cambiando con el tiempo, hasta asumir el aspecto actual a finales de los años 80, cuando la artista la oscureció por completo tapando las ventanas con cortinas negras, cuyo propósito era sumergirse en su propio mundo y evitar distracciones de fuera, reforzado por las paredes y el piso de madera también oscuros.
“Refugio del alma”
Ella misma vestía toda de negro y lo consideraba su color favorito junto con el rojo. En una entrevista afirmó que sería el color que le ayudaría a morir. Amaba también el gris y sobre el marrón dijo reflejar “los recuerdos negativos que casi siempre tengo en mi vida”.Aquí se descubre la materia prima tanto de sus cuadros como de sus afectos. Su casa era para ella un “refugio del alma”, un almacén de recuerdos y un hervidero de ideas.
El costo por entrada es de 40 euros por persona. Se puede visitar dos veces por semana y dos sábados al mes. Para informes y reservaciones se puede consultar el sitio casamuseocarolrama.it