
Pez blanco de Pátzcuaro: identidad purépecha que buscan preservar – Quadratín Michoacán
MORELIA, Mich., 2 de septiembre de 2025.- El pescado blanco del lago de Pátzcuaro es rico en proteínas de alta calidad, pero también es identidad, cultura, tradición, gastronomía, comercio, danza y hasta un símbolo de paz entre el pueblo purépecha, y los isleños del lago lo saben y buscan junto a la Comisión de Pesca del Estado evitar su pérdida.
De origen Náhuatl, Michoacán representa la histórica relación entre los antiguos pobladores y los peces. El significado lo deja claro: lugar de los que poseen el pescado. Pero al ser un recurso orgánico, no es eterno, por eso, los purépechas de las islas hacen un último esfuerzo por recuperar eso que le dotó de identidad.
Se trata de un esfuerzo conjunto, entre la Comisión de Pesca del Estado y los pobladores de Urandén y Pacanda que, con conocimientos técnicos y amor por su oficio: pescadores, se niegan a dejar morir al pez blanco.
Entre los decididos purépechas está Demetrio Morales Reyes, biólogo, encargado de la reserva ecológica de Urandén, donde un pequeño grupo de trabajadores producen desde microalgas hasta peces blancos.
La pregunta a Demetrio es directa, ¿por qué es importante evitar la pérdida del pez blanco?, ¿por qué una reserva?-Podría pensarse en el impacto ambiental, pero el arraigo en la comunidad no pasa inadvertida.
“Hablar de pescado blanco y las especies nativas es hablar de la identidad del pueblo purépecha, pero también de la religión, gastronomía, danza, cultura, de la sociabilidad de las comunidades y de la paz, porque el platillo de pez blanco, era el platillo que se ofrecía para la paz. Es importante que sobreviva”, respondió Demetrio ante las cámaras de Quadratín. Sin titubear, sin dudas ni argumentaciones científicas-qué también las tiene, es biólogo, pero primero es purépecha. Descendiente de los chichimecas-.
Pescador, como muchos de los purépechas, estudió biología y fue responsable de la única reserva destinada para la producción y resiembra de pez blanco y acúmara, otra especie nativa.
Cada variedad tiene su propia función. El blanco representa cultura, identidad y tradiciones, mientras que la acúmara es el alimento cotidiano del isleño. Pero ambas son importantes en el desarrollo de las comunidades.
Pero los cambios en el medio ambiente y la sequía vulneró a las especies. Los niveles del agua eran tan preocupantes que fue necesaria la intervención de los especialistas, fue así que la reserva renovó bríos y crece.
El objetivo de la Comisión de Pesca del Estado es que en cada isla los pescadores puedan reproducir sus propios peces y poder resembrar el lago.
Pero, ¿para qué resembrar si el lago está contaminado?-es la interrogante que muchos nos hacemos-.
La respuesta no es ni sí ni no. El lago está contaminado, pero no todo está perdido. La presencia de pez blanco es un buen síntoma, porque es un organismo que requiere de aguas con determinadas características.
El pez blanco es muy distinto a la tilapia, este no sobrevive a cualquier tipo de agua, explicó el especialista a Quadratín.
“El pez blanco es una especie que habita en zonas específicas y al reproducirse es un síntoma de que la zona está intacta de contaminación, entonces, si bien el cuerpo del lago de Pátzcuaro está contaminado, pero con este pez, podemos decir que está vivo el lago”, declaró.
Para ayudar a esta especie originaria y endémica de Michoacán comenzó la producción asistida, pero no solo del pez, también de las microalgas que alimentan a los crustáceos que después come el pez. Todo el proceso está completo, y es ahí donde radica la importancia de la voluntad política de las autoridades.
La fecha exacta de cuándo comenzó a operar la reserva no es del todo clara ni que produce, pero con la actual gestión de la Comisión de Pesca, se orientaron los esfuerzos en el pez blanco y la acúmara.
En las antiguas instalaciones de un invernadero, se distribuyeron espacios para la microalga, el cultivo y alimentación de los crustáceos, de diversos tamaños, la reproducción del pez blanco y las crías.
El trabajo, aunque parece sencillo, es permanente. Porque los alevines requieren cuidados particulares, para estar listos y ser depositados en el lago.
El esfuerzo ha dado resultados. La producción y la siembra no se ha detenido, y se sostiene también con el apoyo de los pescadores del lago.
“Hay un buen compromiso por parte de los pescadores, porque la prueba está ahí. El pez sigue vivo, a pesar de todos los factores medioambientales. Además, ellos mismos saben que se trata de un pez que nos da identidad, así que si sacan uno de tamaño pequeño cuando andan en la pesca, lo reponen al lago. Están comprometidos y trabajamos con varias organizaciones”, declaró el biólogo.
Los alevines producidos se siembran en el lago, en las zonas donde se han ubicado poblaciones, llevando este año una meta del 35 por ciento de avance.