
El legado creativo de Francisco Toledo se exhibe en el Museo de la Ciudad de Guadalajara
El legado creativo de Francisco Toledo se exhibe en el Museo de la Ciudad de Guadalajara
Juan Carlos G. Partida
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 7 de septiembre de 2025, p. 3
Guadalajara, Jal., De Juchitán al Universo: Obra de Francisco Toledo es una exposición retrospectiva sobre la obra del artista oaxaqueño que incluye, por lo menos, 70 piezas gráficas; se exhibe desde este fin de semana en el Museo de la Ciudad de Guadalajara, con entrada gratuita y permanencia hasta diciembre.
El proyecto, calificado por sus organizadores como la exposición más significativa realizada en años recientes en el Museo de la Ciudad, se montó en colaboración con el Museo Internacional de Arte (MInArt) y la colección de Benjamín Fernández. Fue curado por Maythé Loza y Alberto Ramos.
La exposición se puede apreciar en cinco salas del museo y, según los organizadores, ofrece un “recorrido por un universo creativo poblado de animales, seres fantásticos y símbolos de la naturaleza”, con obras que datan de los años 60 hasta poco antes de su fallecimiento, en 2019.
Durante la inauguración de la exposición se recordó que Toledo fue mucho más que un artista plástico, y su legado también está ligado al activismo cultural, la defensa de las lenguas indígenas y la preservación de la identidad de su pueblo, causas que marcaron su vida y obra.
Se destacó que el maestro juchiteco “marcó un antes y un después en la cultura de México”, por su obra cargada de simbolismo, identidad y compromiso social, que ha sido exhibida en los principales recintos del mundo.
Entre las obras se exhiben grabados, pinturas y piezas que juegan con lo tradicional y lo contemporáneo, la característica principal de Toledo, “figura imprescindible del arte mexicano”.
Creador empático
Maythé Loza explicó que a Toledo le gustaba reflejar lo que vivía, “por eso los sapos, los grillos, los puercos, porque es algo que es real y me rodea, algo que vivo”, decía.
▲ Mujer y león, de Francisco Toledo, (ca. 1990).Foto cortesía del recinto
“Reflejar esa naturalidad era importante para él; tenemos esta línea también de lo erótico o lo referente a su familia, a su madre, a su padre. Todo eso lo vuelve muy empático para todos”, afirmó.
Evocó que no sólo Juchitán estaba en sus amores y obra, sino la ciudad de Oaxaca o Etla, municipio cercano a la zona arqueológica de Monte Albán, donde uno de sus proyectos, la fábrica de papel artesanal, sigue sus actividades, pese a la muerte del artista.
“En Oaxaca creó el Instituto de Investigaciones de Artes Gráficas, donde está la colección bibliográfica de arte gráfico más grande de México, la cual vendió al gobierno estatal por un peso”, rememoró.
Loza dijo que el trabajo comunitario de Toledo está claramente reflejado en la retrospectiva y que hay muchas anécdotas de cuando paseaba por Juchitán.
“La imagen de los papalotes donde aparece con los niños es real, no una pose. Era sumamente querido por su comunidad, porque él también la quería mucho.”
Alberto Ramos, el otro curador de la exposición, refirió que Toledo siempre buscó reconocer su origen, identificarse y sentir que pertenecía a un núcleo específico, culturalmente hablando, lo que se ve muy bien comunicado en su obra.
“Es su magia, no sólo emociones, tradiciones y contextos socioculturales, sino que logró tocar fibras alrededor del mundo, y eso lo convierte en un artista tan valioso”, aseveró.
La apertura de la exposición coincidió con el sexto aniversario del fallecimiento del oaxaqueño, y ha logrado capturar la atención de la ciudadanía en general, estudiantes de artes plásticas y turistas, que tendrán hasta diciembre para admirar su obra dentro del recinto de exposiciones ubicado en el centro de Guadalajara.