
Diálogo entre las escuelas de ballet de Cuba y Rusia ha sido esencial para artistas de la isla
Diálogo entre las escuelas de ballet de Cuba y Rusia ha sido esencial para artistas de la isla
▲ La bailarina cubana Alicia Alonso durante un espectáculo realizado en Londres, Inglaterra, el 17 de mayo de 1953.Foto Ap
Sputnik
Periódico La Jornada
Martes 9 de septiembre de 2025, p. 4
La Habana., La Escuela Cubana de Ballet, reconocida mundialmente por el preciosismo de su técnica y la pasión de sus bailarines, bebió de diversas fuentes, aunque los expertos consideran que sus vínculos más estrechos los mantiene con la metodología rusa.
El crítico de arte Yuris Nórido explicó que la cubana es una “escuela nueva, la más joven de las escuelas de ballet del mundo”, y por diversos factores ha tenido un diálogo “particularmente estrecho” con Rusia, en especial durante los años de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Nórido, vicepresidente de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), señaló que en los primeros años la influencia fue sobre todo estadunidense, pero luego comenzaron los intercambios de la prima ballerina assoluta Alicia Alonso (1920-2019) y del maestro Fernando Alonso (1937–1975) con la escuela rusa.
Así se fue haciendo “más enfático ese diálogo”, y tras el triunfo en Cuba de una revolución socialista, en enero de 1959, muchos maestros rusos llegaron a la isla a impartir clases en la naciente Escuela Nacional de Ballet.
Algunas de las principales figuras del Ballet Nacional de Cuba (BNC) en sus primeros tiempos fueron bailarines rusos, señaló Nórido, quien recordó a figuras como Azari Plisetski, nacido en Moscú y partenaire de Alicia Alonso por varios años, y referente para la formación de los bailarines varones en la isla.
Ese diálogo entre una y otra escuela, muy intenso durante la era soviética, se ha mantenido hasta nuestros días, recalcó el también cronista y fotógrafo, quien destacó que maestros y bailarines cubanos reconocidos, como Lázaro Carreño y Laura Alonso, se formaron en Rusia durante parte de sus carreras.
Incluso Alicia Alonso aseguró en una ocasión que durante el proceso de formación de la escuela cubana estudiaron de cerca la soviética, sobre todo, cuando ella actuó en los principales teatros de la URSS entre 1957 y 1958, y visitó varias instituciones de enseñanza.
Acercamientos
Cuba fue el primer país de América Latina que visitó la famosa bailarina rusa Anna Pávlova (1881-1931), en 1915, y unos años más tarde, en 1930, llegó a la isla La Ópera Privada Rusa de París con su bailarín solista, Nikolái Yavorski (1892-1947).
La bibliografía especializada indica que Yavorski resultó una figura esencial en la creación de la Escuela Cubana de Ballet; durante casi toda la década de 1930 se desempeñó de profesor en la Sociedad Pro-Arte Musical: una de sus grandes alumnas fue Alicia Alonso, cuando apenas era una adolescente.
A partir de 1939, Alonso integró el elenco de varias compañías en Estados Unidos y trabajó con relevantes figuras de ballet ruso, como Mijail Fokine (1880-1942), George Balanchine (1904-1983), Leonide Massine (1896-1979), Bronislava Nijinska (1891-1972) e Igor Youskevitch (1912-1994).
Según declaró el primer bailarín Dani Hernández, la Escuela Cubana de Ballet, de gran prestigio a escala internacional, se fue desarrollando a partir de todas las peculiaridades y técnicas artísticas de diferentes academias, con gran influencia de la rusa.
En la actualidad, agregó el director de la Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso, el método Vaganova, el más reconocido de la escuela rusa, resulta fundamental en Cuba, “pero no tenemos la condición directa de la Academia Vaganova; eso sería un privilegio para nosotros”.
Además, la Escuela Nacional de Ballet tiene maestros de danzas de carácter que sí fueron a estudiar a Rusia y “bebieron directamente de la fuente”; incluso, algunos de ellos se formaron en la URSS, rememoró.
“Esperamos que en el futuro, las escuelas rusas puedan colaborar y seguir contribuyendo con el desarrollo de la escuela cubana, y que nuestros estudiantes y todos los participantes que vienen al encuentro de academias en La Habana puedan ver la escuela rusa por dentro”, enfatizó Hernández.
Hasta la actualidad, las versiones que se estudian en las academias de ballet en Cuba y que se presentan como parte del repertorio del BNC están basadas en las coreografías rusas de piezas clásicas como Don Quijote, El lago de los cisnes y La bella durmiente, entre otras.