
Jani Silva: "Defender la Amazonía es defender la vida" – DW – 19/09/2025
La activista colombiana Jani Silva lleva décadas defendiendo los derechos de las comunidades campesinas y el medioambiente en Putumayo, en plena Amazonía. Como lideresa de la Asociación de Desarrollo Integral Sostenible de La Perla Amazónica (ADISPA), representa a unas 700 familias que viven en el área protegida de La Perla Amazónica. Su trabajo le ha costado persecuciones, desplazamientos y amenazas de muerte. Ahora, acaba de recibir el Premio de la Paz del estado federado alemán de Hesse.
DW: ¿Qué significó para Usted recibir este reconocimiento?
Jani Silva: Significa mucho. Son tantos años trabajando con la comunidad, en medio de momentos muy duros, cuando a veces una piensa que no vale la pena. Este premio confirma que estamos en el camino correcto, en la defensa de los derechos humanos y ambientales. También es un reconocimiento para todas las mujeres del Putumayo y de Colombia, indígenas, afrodescendientes y campesinas, que día a día luchamos por nuestras comunidades.
¿Cómo empezó su compromiso con la defensa del medioambiente?
Empezó cuando entendí lo hermoso que tenemos como campesinos: ríos sin contaminación, peces, montañas, animales, la magia de la naturaleza. No sé cómo explicárselo, porque es algo que se siente. Ese contacto con la naturaleza da paz, es lo más bonito que existe.
¿Cómo describiría hoy la situación en Putumayo?
Es lamentable y dolorosa. Prevalecen los intereses económicos sobre la naturaleza y la vida humana. Además, hay persecución contra líderes sociales y falta de garantías para el campesinado. La inseguridad es muy fuerte.
¿Qué logros ha conseguido ADISPA para las familias que representa?
Hemos construido un plan de desarrollo sostenible basado en derechos sociales, ambientales y culturales. Entendimos que no se pueden defender los derechos humanos sin defender también los de la naturaleza. La Amazonía es pulmón del mundo, un derecho de todos, no solo de quienes vivimos allí.
Ha recibido amenazas, incluso espionaje ilegal. ¿Cómo vive con ese riesgo?
Es complejo. Las denuncias las presentan las organizaciones de derechos humanos que nos acompañan. A nivel personal y familiar ha sido muy duro. Al principio, mi familia me reclamaba porque sentían que me iba a hacer matar. Poco a poco, entendieron mi terquedad: si los líderes nos retiramos sin preparar un relevo, la organización puede ser cooptada por los violentos. Eso no lo podemos permitir.
¿Qué impacto tienen estas amenazas en su familia?
Mis hijos participan en la organización, al igual que los de otros campesinos. Aunque ha sido doloroso, hoy entienden la importancia de seguir. Sí, hemos tenido pérdidas económicas y hemos tenido que salir de la finca, pero creemos que vale la pena resistir.
¿Qué le diría a quienes intentan silenciarla con violencia?
Que no estoy haciendo nada malo. Defiendo derechos de campesinos que incluso pueden ser sus propias familias. Buscamos una vida digna y cuidamos la Amazonía, que es vital para todos, para nuestros hijos y nietos. La guerra no deja nada, solo muerte y dolor.
¿Qué puede hacer la comunidad internacional para proteger a líderes como usted?
El acompañamiento internacional ha sido vital. Recuerdo cuando recibí cartas de todo el mundo a través de una campaña de Amnistía Internacional. Estaba desmoralizada y esas cartas fueron como combustible para seguir. Esa solidaridad es una forma real de protección.
¿Dónde ve la responsabilidad del Estado colombiano?
Hay muchas leyes y tratados, pero no se cumplen. Al campesino pequeño se le ataca, mientras que grandes compañías arrasan con permisos oficiales. Además, la corrupción impide que los proyectos prosperen. El Estado debería trabajar directamente con las comunidades que estamos en el territorio y hacemos un trabajo real.
¿Qué mensaje quiere dar a las nuevas generaciones que defienden el medioambiente?
Que no desistan. No defendemos solo el medioambiente, sino la vida. No es tarea de unos pocos, es responsabilidad de todos. Aunque es duro sentir la fuerza de quienes quieren destruir, nosotros hacemos lo correcto porque pensamos en el bien común.
Invito a todos a una campaña global para cuidar la Amazonía. Aunque vivamos lejos, su protección es responsabilidad de todos.
(rml)