
Hallazgo en Marte: «Son los mejores candidatos a evidencias de forma de vida que hemos visto nunca»
El próximo febrero marcará un lustro desde que el rover Perseverance aterrizó sobre la superficie de Marte. Desde entonces, el vehículo robotizado, protagonista de la misión Mars2020, ha circulado por el planeta rojo, explorando el cráter de Jezero. «El objetivo es tener una caracterización de todo el cráter, conocer su origen, hacer un estudio de su totalidad», resume José Antonio Manrique, Doctor en Física en la Universidad de Valladolid y miembro del equipo Mars2020. Dentro de la campaña del margen, una de las cuatro que componen la misión, el rover se topó con una muestra en la roca llamada Cheyava Falls y que ahora es la protagonista del panorama científico. «Es la más interesante. Por la presencia de manchas que podrían estar relacionadas con un uso como fuente de energía para colonias bacterianas», la definían los investigadores hace un año.

Dónde está el Perseverance
Desde 2021, se encuentra explorando Jezero, un cráter que está en una región del planeta marciano llamada Isidis Planitia y desde donde su cámara, a la que la UVA ha aportado el sistema de calibración, envía fotografías a la tierra.
Es el cráter, que en el pasado albergó un lago, en el que aterrizó el rover Perseverance en 2021
Región del cráter donde ha desarrollado sus campañas el robot.
Descubrieron que el fondo es de origen volcánico y que era compatible con condiciones de habitabilidad debido a la evidencia de antigua actividad del agua.
Detectaron sedimentos de antiguos lagos con fuertes corrientes de agua.
Detectaron sedimentos de antiguos lagos con fuertes corrientes de agua.
En esta campaña en el lecho de un antiguo río, se tomaron las muestras analizadas.
Extracción de las muestras
Ubicación actual aproximada
GRÁFICO:
FRANCISCO GONZÁLEZ

Dónde está el Perseverance
Desde 2021, se encuentra explorando Jezero, un cráter que está en una región del planeta marciano llamada Isidis Planitia y desde donde su cámara, a la que la UVA ha aportado el sistema de calibración, envía fotografías a la tierra.
Es el cráter, que en el pasado albergó un lago, en el que aterrizó el rover Perseverance en 2021
Región del cráter donde ha desarrollado sus campañas el robot.
Descubrieron que el fondo es de origen volcánico y que era compatible con condiciones de habitabilidad debido a la evidencia de antigua actividad del agua.
Detectaron sedimentos de antiguos lagos con fuertes corrientes de agua.
En esta campaña en el lecho de un antiguo río, se tomaron las muestras analizadas.
Extracción de las muestras
Ubicación actual aproximada
GRÁFICO:
FRANCISCO GONZÁLEZ

Dónde está el Perseverance
Desde 2021, se encuentra explorando Jezero, un cráter que está en una región del planeta marciano llamada Isidis Planitia y desde donde su cámara, a la que la UVA ha aportado el sistema de calibración, envía fotografías a la tierra.
Es el cráter, que en el pasado albergó un lago, en el que aterrizó el rover Perseverance en 2021
Región del cráter donde ha desarrollado sus campañas el robot.
Descubrieron que el fondo es de origen volcánico y que era compatible con condiciones de habitabilidad debido a la evidencia de antigua actividad del agua.
En esta campaña en el lecho de un antiguo río, se tomaron las muestras analizadas.
Detectaron sedimentos de antiguos lagos con fuertes corrientes de agua.
Extracción de las muestras
Ubicación actual aproximada
GRÁFICO: FRANCISCO GONZÁLEZ

Dónde está el Perseverance
Desde 2021, se encuentra explorando Jezero, un cráter que está en una región del planeta marciano llamada Isidis Planitia y desde donde su cámara, a la que la UVA ha aportado el sistema de calibración, envía fotografías a la tierra.
Es el cráter, que en el pasado albergó un lago, en el que aterrizó el rover Perseverance en 2021
Es el cráter, que en el pasado albergó un lago, en el que aterrizó el rover Perseverance en 2021
Región del cráter donde ha desarrollado sus campañas el robot.
En esta campaña en el lecho de un antiguo río, se tomaron las muestras analizadas.
Descubrieron que el fondo es de origen volcánico y que era compatible con condiciones de habitabilidad debido a la evidencia de antigua actividad del agua.
Detectaron sedimentos de antiguos lagos con fuertes corrientes de agua.
Extracción de las muestras
Ubicación actual aproximada
GRÁFICO: FRANCISCO GONZÁLEZ
Doce meses después, los resultados se han publicado hace una semana en un artículo en la revista científica Nature, donde se apunta que la muestra, conocida como Sapphire Canyon, contiene posibles firmas biológicas. «Ya no es que nosotros, el equipo de ciencia, digamos que es muy interesante. Ahora hay interés en la comunidad científica y en los revisores por decir que es una muestra bastante interesante y que podría ser un potencial biomarcador. Un signo de una antigua forma de vida en Marte», explica el Doctor. La muestra en concreto se recogió en una zona que es el lecho de un río ya seco y que desaguaba en el cráter Jezero.

Los indicios de vida en Marte
El robot encontró en el lecho de un antiguo río una roca en forma de punta de flecha donde se aprecia óxido de hierro en dos estados distintos.
Imagen ampliada de la roca
Los científicos observaron unas manchas blancas de óxido de hierro a las que llamaron ‘Leopard spots’ (puntos de leopardo). Lo habitual es que sean rojizas.
Los investigadores creen que esas manchas blancuzcas se producen por la intervención de microorganismos (bacterias) que consumen el hierro. El color blanco serían los restos del proceso metabólico de la ingesta.
Ese proceso cambia la oxidación del hierro, cambiando su color
Óxido de hierro tras el proceso
Contiene sulfitos, fosfatos y carbono, elementos asociados a restos orgánicos.
El aspecto de este óxido de hierro es el mismo que se da en la tierra cuando una bacteria lo consume.
Podría deberse a otro proceso, pero las condiciones en las que se daría nunca han estado presentes en esa zona de Marte.

Los indicios de vida en Marte
El robot encontró en el lecho de un antiguo río una roca en forma de punta de flecha donde se aprecia óxido de hierro en dos estados distintos.
Imagen ampliada de la roca
Los científicos observaron unas manchas blancas de óxido de hierro a las que llamaron ‘Leopard spots’ (puntos de leopardo). Lo habitual es que sean rojizas.
Los investigadores creen que esas manchas blancuzcas se producen por la intervención de microorganismos (bacterias) que consumen el hierro. El color blanco serían los restos del proceso metabólico de la ingesta.
Ese proceso cambia la oxidación del hierro, cambiando su color
Óxido de hierro tras el proceso
Contiene sulfitos, fosfatos y carbono, elementos asociados a restos orgánicos.
El aspecto de este óxido de hierro es el mismo que se da en la tierra cuando una bacteria lo consume.
Podría deberse a otro proceso, pero las condiciones en las que se daría nunca han estado presentes en esa zona de Marte.

Los indicios de vida en Marte
El robot encontró en el lecho de un antiguo río una roca en forma de punta de flecha donde se aprecia óxido de hierro en dos estados distintos.
Los científicos observaron unas manchas blancas de óxido de hierro a las que llamaron ‘Leopard spots’ (puntos de leopardo). Lo habitual es que sean rojizas.
Imagen ampliada de la roca
Ese proceso cambia la oxidación del hierro, cambiando su color
Óxido de hierro tras el proceso
Los investigadores creen que esas manchas blancuzcas se producen por la intervención de microorganismos (bacterias) que consumen el hierro. El color blanco serían los restos del proceso metabólico de la ingesta.
El aspecto de este óxido de hierro es el mismo que se da en la tierra cuando una bacteria lo consume.
Podría deberse a otro proceso, pero las condiciones en las que se daría nunca han estado presentes en esa zona de Marte.
Contiene sulfitos, fosfatos y carbono, elementos asociados a restos orgánicos.

Los indicios de vida en Marte
El robot encontró en el lecho de un antiguo río una roca en forma de punta de flecha donde se aprecia óxido de hierro en dos estados distintos.
Los científicos observaron unas manchas blancas de óxido de hierro a las que llamaron ‘Leopard spots’ (puntos de leopardo). Lo habitual es que sean rojizas.
Imagen ampliada de la roca
Ese proceso cambia la oxidación del hierro, cambiando su color
Óxido de hierro tras el proceso
Los investigadores creen que esas manchas blancuzcas se producen por la intervención de microorganismos (bacterias) que consumen el hierro. El color blanco serían los restos del proceso metabólico de la ingesta.
El aspecto de este óxido de hierro es el mismo que se da en la tierra cuando una bacteria lo consume.
Podría deberse a otro proceso, pero las condiciones en las que se daría nunca han estado presentes en esa zona de Marte.
Contiene sulfitos, fosfatos y carbono, elementos asociados a restos orgánicos.
Lo que se ha observado son sedimentos de un río que se ha secado -que desagüaba en Jezero, la zona de Neretva Vallis-, lo que se llaman minerales de barro, que en este caso se ven en color rojizo a tenor de la gran cantidad de óxido de hierro que tiene el planeta rojo. «Al mirarlo de cerca, con la equipación que tenemos en el rover, lo que vemos son unas pequeñas manchas blancuzcas, que se llaman manchas de leopardo o ‘leopard spots’, que eran diferentes de esas zonas de arcillas rojas». Con el análisis, los investigadores detectan varias cosas.
«Que el hierro en esas mancha blancas ha cambiado el estado de oxidación. Se ha reducido y ha cambiado la forma en que está ahí el hierro, por eso cambia el color. Aparecen otra serie de minerales, como fosfatos y sulfuros. Con otro instrumento detectamos la presencia de carbono asociado a orgánicos, hemos visto una señal que veríamos aquí en la Tierra si detectásemos un sitio donde hay grafito o carbono, que sabemos que es un resto fósil de orgánicos que había en la Tierra. Estos orgánicos no tienen por qué haber sido de origen biológico, pero cuando lo juntamos todo vemos que tenemos una zona en la que hay restos de orgánicos y evidencias de que ese hierro y esos minerales han cambiado», resume.
Al juntar todo, los investigadores conocen que hay mecanismos que dan como resultado esos minerales sin necesidad de vida por medio para conseguirlos. «Pero en la Tierra, cuando los observamos suelen ser restos de actividades de bacterias». El resumen es que hay microorganismos que se alimentan de minerales de hierro y en ese proceso cambian el estado de oxidación y eso es lo que podría suceder en esta muestra. «Lo que quedaría del proceso metabólico, de alimentarse de hierro, obtener energía de esos minerales, son esas manchas blancas que estamos viendo en Marte».
No obstante, matiza José Antonio Manrique, no pueden atribuir un origen «unívocamente» biogénico o por la actividad de microorganismos. «Pero es la vía más fácil que se nos ocurre para haber llegado hasta ahí». Las otras posibilidades, sin microorganismos mediante, requieren temperaturas «muy elevadas» u otro tipo de condiciones que los investigadores no estiman que se den en esta zona cuando se formaron los sedimentos. «Son los mejores candidatos a evidencias de una forma de vida que hemos visto nunca», concreta.
Imagen de las manchas de leopardo en la superficie de Marte.
Reuters
¿Y qué haría falta para confirmar esa evidencia? «Hay que pensar que cualquier resto orgánico de esa vida que haya quedado en Marte, entre que han pasado miles de millones de años y que las condiciones son bastante hostiles, se han degradado. Lo ideal es ver restos de ADN o de lípidos en esas muestras que nos permitieran confirmarlo. No descubrirlos tampoco sería indicativo de que no hubieran sido formas de vida, simplemente pueden estar tan degradados que ni si quiera se pueda detectar», responde. En cualquier caso, eso pasa por traer la muestra a la Tierra para investigarla en laboratorios.
Y el retorno es otro de los problemas que afronta la misión. «Surge a finales de 2023, cuando un panel de expertos, tras evaluar el estado de proyecto dice que ven difícil que se cumplan los tiempos de lanzamiento. También ha habido alguna propuesta de NASA buscando posibles ideas, más eficientes, baratas y rápidas para traer las muestras». Otro revés llegó cuando la administración Trump, en su última propuesta para la NASA, habla de cancelar a misión por el «coste excesivo» y dejarla aparcada. «Con el objetivo de focalizarse en poner astronautas en Marte, acelerar por ahí y recolectar las muestra de esta forma. Pero es todavía un futuro más incierto, la complejidad de llevar personas lo incrementa exponencialmente. Ahora estamos ahí, no se sabe cuáles van a ser los pasos a seguir, pero la comunidad científica estamos empujando para traer las muestras de vuelta».
Por el momento, el Perseverance ha dejado una serie de muestras depositadas en tubos a lo largo de la superficie de Marte. «Una especie de backup de seguridad. Si falla y no puede liberar las muestras que ahora tiene, al menos tenemos ya una buena muestra depositadas», explica Manrique. Lo que pasa es que entre esas no se encuentra la que ahora podría confirmar la presencia de restos orgánicos en el planeta vecino. «Si se alarga mucho la misión, se plantea la necesidad de que llegue un orbitador a la zona del cráter que recogerá los tubos». De momento, el hallazgo que se podría convertir en un antes y un después en para determinar la presencia de vida fuera de la Tierra permanece en Marte, en el interior de ‘Percy’.
Los miembros del grupo GIR ERICA de la UVA.
Universidad de Valladolid

Perseverance supera los 1.600 sole en Marte
El rover Perseverance, parte de la misión Mars 2020, lleva más de 1600 soles investigando la superficie de Marte en la zona del cráter Jezero y el próximo mes de febrero se cumplirán 5 años desde su llegada a este planeta. En todo este tiempo el equipo de la UVa del GIR ERICA ha estado dando soporte a las operaciones del rover, integrado en el equipo del instrumento SuperCam. Los investigadores del GIR ERICA colaboran en la interpretación de los datos que llegan desde Marte, así como planificando las actividades del instrumento SuperCam. Este instrumento permite la identificación de la mineralogía de cráter Jezero, un antiguo lago de Marte que pudo tener agua en momentos relativamente recientes de su pasado geológico y que ofrece interesantes perspectivas desde el punto de vista de la astrobiología. 1600 soles después, Perseverance ha recorrido más de 37 km desde la base del cráter, trepando después por el delta de deposición hasta encontrarse en la actualidad investigando el borde externo del cráter, intentando obtener datos acerca del impacto original que formó el cráter.
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