
BMW Z3: el roadster alemán cumple 30 años
Para celebrar el 30 aniversario del BMW Z3, nuestros compañeros de Motor1.com Alemania han podido conducir un colorido ejemplar en un brillante Verde Palmetto metalizado. Luego lo analizaremos, pero antes ¿quién no recuerda este coche en la película GoldenEye de James Bond? Fue el primer film en el que Pierce Brosnan encarnó el papel del agente secreto británico.
Este automóvil encarnaba a la perfección la máxima de un roadster clásico: capó largo, zaga corta, sin apenas voladizos delanteros y traseros, y líneas amplias y bajas con pasos de rueda muy marcados. Y lo mejor es que ha envejecido muy dignamente.
El 20 de septiembre de 1995, el primer Z3 salió de la línea de producción de la nueva fábrica estadounidense en Spartanburg, Carolina del Norte. Inicialmente, había dos motores de cuatro cilindros en línea: un bloque de 1,8 litros y 115 CV, y otro de 1,9 litros con 118 y 140 CV (con 8 y 16 válvulas, respectivamente)
Las mecánicas de seis cilindros en línea de 2, 2,2, 2,8, 3 y 3,2 litros se incorporaron posteriormente a la producción. El de mayor cilindrada se reservó para la explosiva versión M.
Datos técnicos | BMW Z3 Roadster 2.8 (1999) |
Motor | 2,8 litros, seis cilindros en línea |
Potencia | 192 CV a 5.500 rpm |
Par máximo | 275 Nm |
Aceleración 0 a 100 km/h | 7,1 segundos |
Velocidad máxima | 218 km/h |
Unidades fabricadas | 24.204 |
A los mandos de un coche divertido
El Z3 verde que probamos albergaba el motor de seis cilindros en línea con 2,8 litros (M52 B28), que sólo se usó brevemente entre 1997 y 1998 y que posteriormente fue reemplazado por el revisado M52TU B28.
Aunque el espacio en el roadster es realmente escaso, también depende mucho de tu altura. Cualquiera que mida menos de 1,80 metros no se sentirá agobiado. Al observar el salpicadero, nos suena muy familiar. Claro, es el del Serie 3 E36, ya que ambos modelos compartían plataforma. Eso significa que todo lo que necesitas está en su sitio.

Foto: BMW

Foto: BMW

Foto: BMW
Giro la llave y oigo un suave ronroneo. Sin vibraciones, sin traqueteos. Casi 30 años, y todo sigue pareciendo recién salido de fábrica. También ayuda que ‘nuestro’ BMW sólo marca 4.000 kilómetros en el ordenador de a bordo.
Con el techo abierto, nos dirigimos hacia las primeras gotas de lluvia. Con 192 CV y propulsión trasera, el descapotable tiene un tren posterior nervioso, así que hay que evitar acelerarlo bruscamente en carreteras mojadas con poco agarre.

Foto: BMW

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A bajas revoluciones, el Z3 se conduce como un Serie 3 rebajado. Sobre todo en autopista, recorre kilómetros sin problemas. Sin embargo, por encima de los 100 km/h, el nivel de ruido aumenta considerablemente. Sin duda, el mal aislamiento dificulta la audición… pero lo admitimos en un roadster.

Foto: BMW

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Tras dos horas de viaje, llega el momento de replegar manualmente la capota detrás de los asientos. Por cierto, este coche también estaba disponible con capota eléctrica, pero, según comentan en varios foros, parece ser más propensa a fallar.
Con la capota bajada, el viento te da en la cara. El Z3 te permite sentir tu entorno, no como los descapotables modernos, donde la cabeza apenas se ve y está casi envuelta por un enorme parabrisas.

Foto: BMW
En carreteras secas, el roadster recupera lentamente su agarre, acelera con soltura y se aferra al asfalto en las curvas. La caja manual de cinco velocidades es clave dentro de la diversión general. Pero lo mejor es que este coche, sin practicar una conducción deportiva, resulta enormemente divertido. Sólo los frenos podrían ser un poco más directos.
El 28 de junio de 2002, salió de la línea de montaje el último Z3 (el ejemplar número 297.087). Y si te sigue llamando la atención, aún se pueden encontrar ejemplares bien conservados con motor 1.8 o 1.9 por unos 7.000 euros… al menos, en Alemania.