
Ni programadores ni diseñadores: Sam Altman predice cuál será la primera profesión en desaparecer por la IA
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Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI y creador de ChatGPT, ha anticipado que cuál será la primera profesión en verse reemplazada totalmente por la inteligencia artificial. A su juicio, los sistemas actuales ya superan a esos trabajadores en términos de rapidez y eficacia, por lo que será cuestión de tiempo que suceda.
Durante una entrevista en The Tucker Carlson Show, Altman explicó que el servicio de atención al cliente centrado en la resolución de dudas por teléfono o a través de internet es un terreno en el que las máquinas llevan ventaja. “Estoy seguro de que esas personas perderán su trabajo y una IA lo hará mejor”, declaró, en referencia a la transformación de este sector.
Artificial intelligence could speed up job change, with customer service agents first to be affected, OpenAI CEO says. https://t.co/7rLC9gdBY9
— TechRadar (@techradar) September 22, 2025
Las previsiones de distintos organismos respaldan esta visión. Informes elaborados por Randstad Research y Accenture alertan de que el 56% de los usuarios prefiere una IA conversacional para obtener respuestas rápidas, mientras que solo el 25% optan por el trato humano. En España, alrededor de 2 millones de empleos presentan un riesgo real de automatización, siendo el servicio al cliente uno de los más amenazados.
Pese a estas estimaciones, Altman recalcó que la llegada de la inteligencia artificial no debe interpretarse como una catástrofe, sino como un proceso de transición hacia nuevas funciones. Puso como ejemplo la programación, profesión que ha cambiado radicalmente gracias a herramientas que permiten generar más código en menos tiempo. “Lo que significa ser programador hoy ya no es lo mismo que hace apenas dos años”, afirmó.
Dilemas éticos y riesgos globales
El directivo también destacó las implicaciones éticas que acompañan a la expansión de la inteligencia artificial. Situaciones delicadas, como el apoyo a usuarios con problemas de salud mental, plantean una responsabilidad enorme para los sistemas automatizados. Por esta razón, Altman defendió la creación de un “privilegio de IA” que garantice la confidencialidad de las conversaciones, de forma similar a la relación entre médico y paciente.
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R. Badillo
Además, advirtió de los posibles usos destructivos de la tecnología, entre ellos la creación de armas biológicas o químicas, o el incremento de campañas de desinformación a gran escala. Como medida preventiva, propuso el desarrollo de sistemas de verificación mediante firmas criptográficas para diferenciar los contenidos auténticos de los generados artificialmente.
Altman también subrayó que no todas las profesiones están en riesgo de desaparecer. Aquellas que requieren contacto directo y cercanía emocional, como la enfermería o el acompañamiento de colectivos vulnerables, seguirán siendo esenciales. “La gente quiere esa conexión real con otra persona, por muy buena que sea la IA”, indicó, resaltando que la empatía, la creatividad y la capacidad de dar sentido a la vida son cualidades exclusivas del ser humano.