
Un gemelo digital para conservar el Rostro Harakbut de Perú – DW
Dicen los abuelos del pueblo originario harakbut que solo ver el Rostro Harakbut «te vuelve más humano». Se trata de una formación rocosa de más de seis metros en los bosques ancestrales de la Reserva Comunal Amarakaeri, un área natural protegida de más de 402.000 hectáreas en Madre de Dios, al sureste de Perú.
«Al ver el Rostro se tiene acceso a una conexión que va más allá de lo físico, está profundamente enraizada a nuestra biología, la forma de mirar el mundo, desde nuestra cosmovisión», explica a DW Luis Tayori, líder del pueblo originario harakbut. «Para ir y estar presente en este sitio, tienes que tener el lado más puro. No debes tener esa guerra interna para conversar con el Rostro», agrega.
Este espacio natural, con un fuerte componente cultural, fue durante mucho tiempo desconocido para el pueblo originario. «El Rostro Harakbut nunca dejó de estar en la memoria de la comunidad, pero se había perdido la ubicación exacta con el paso del tiempo», puntualiza a DW Walter Quertehuari, presidente del Ejecutor del Contrato de Administración de la Reserva Comunal Amarakaeri (ECA Amarakaeri), organización indígena que coadministra esta área protegida junto al Estado peruano.
«Tras la aparición de una fotografía tomada en 2009 durante una exploración de Hunt Oil, volvimos a tener referencia del lugar», recuerda Quertehuari, apuntando a la expedición que se llevó a cabo en 2014 por Ascensio Patiachi y otros líderes, que permitió su redescubrimiento. «Desde entonces, el Rostro recuperó su carácter de sitio de peregrinación y símbolo espiritual», añade.
Patrimonio cultural y natural en peligro
A pesar de que el lugar fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación en 2021, esta área sufre las consecuencias de la minería ilegal, y otras actividades ilícitas. «Todo eso va afectando a uno de los bosques más biodiversos de Perú. Entre 2001 y 2023 se perdieron casi 20.000 hectáreas en la zona de amortiguamiento», alerta a DW Silvana Baldovino, directora del Programa de Biodiversidad y Pueblos Indígenas de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA).
A estas actividades hay que sumarle las legales. «En junio, se presentó un proyecto de ley, que busca declarar de interés nacional la exploración y explotación del Lote 76, que se superpone con gran parte de la Reserva, incluso donde está el Rostro Harakbut», advierte Baldovino. «La ley lo permite porque esta categoría de área natural protegida, las reservas comunales, contempla el aprovechamiento directo de recursos naturales como los hidrocarburos. Pero hablamos de un territorio con un valor natural y cultural extraordinario, eso debería colocarlo bajo un régimen de máxima protección», recuerda.
«Vemos con mucha preocupación que se sigan promoviendo proyectos extractivos dentro de áreas naturales protegidas como nuestra Reserva Comunal Amarakaeri», dice el presidente del ECA Amarakaeri, que representa a 10 comunidades de los pueblos harakbut, yine y matsiguenka. «Intervenir en una zona que es sagrada, contradice el propósito mismo de la reserva, que fue creada para resguardar nuestra cultura y nuestro territorio», recalca.
Teniendo en cuenta estas presiones, a principios de 2024, «vimos necesario generar un emblema que haga visible la importancia de proteger esta área natural, y el Rostro Harakbut resultó ser ese símbolo», explica la directora del Programa de Biodiversidad y Pueblos Indígenas de la SPDA, apuntando que, en busca de innovaciones, se optó por llevar a cabo una representación virtual del lugar físico con fotogrametría, sensores, escaneo 3D y drones, entre otras tecnologías.
Un gemelo digital para resguardar un lugar excepcional
Gracias a los relatos y los saberes del pueblo harakbut, se llevó a cabo una expedición, durante más de una semana, con un equipo multidisciplinar integrado por más de una treintena de personas, que logró crear una réplica digital de la formación sagrada. «La expedición se centró en obtener imágenes y registros de mejor calidad, pero también incluimos especialistas en mapeo y digitalización, realizamos el escaneo 3D y en Lima se procesó toda la data», explica a DW Diego Pérez, coordinador de comunicaciones del Programa de Pueblos Indígenas de la SPDA, recordando el proceso, de dos años de duración.
«Aplicando Gaussian Splatting como procedimiento de visualización, conseguimos un realismo capaz de transmitir su escala, luces y detalles, ofreciendo una experiencia inmersiva que favorece la difusión y valoración de este patrimonio», añade por su parte a DW Krisber Aguilar, responsable de la digitalización del Rostro Harakbut.
Según sus creadores, se trata del primer gemelo digital creado para preservar un sitio sagrado de un pueblo indígena de la Amazonía. «El Rostro Harakbut es un ejemplo motivador de cómo se puede poner en valor un lugar patrimonial con una gran importancia para su comunidad», dimensiona, en entrevista con DW, Pedro Ortega Ventureira, Doctor en Historia del Arte y Experto en Tecnologías aplicadas al Patrimonio Cultural subrayando los beneficios de la iniciativa. «Tiene ventajas como conservación del lugar, pues si este se ve perturbado o dañado, podemos devolverlo a su estado original; y como divulgación, ya que nos permite difundirlo más allá de las fronteras gracias a las plataformas digitales», asegura.
Esta iniciativa pionera puede abrir la puerta a una nueva tendencia en la región. «Hay un lugar interesante para digitalizar: Aramu Muru o Puerta de Hayu Marca, un enigmático portal pétreo tallado en la roca cerca del lago Titicaca, envuelto en leyendas que lo vinculan con antiguos sacerdotes incas», considera Ortega, responsable de la plataforma Patrimonio Cultural Digital, resaltando la necesidad de colaboración entre la sabiduría ancestral y las nuevas tecnologías.
«La digitalización por sí sola no tiene sentido, solo lo adquiere cuando se vincula con lugares o elementos de importancia cultural y con un valor que merezca ser disfrutado, conservado y legado a las generaciones venideras», afirma.
(cp)