
Adriana Cao llevó una muestra de la tradición sonora veracruzana
▲ Adriana Cao y su arpa en medio del grupo de músicos que actuaron en la inauguración del Festival Internacional Cervantino.Foto Carlos Alvar /Secretaría de Cultura
Reyes Martínez Torrijos
Enviado
Periódico La Jornada
Domingo 12 de octubre de 2025, p. 3
Guanajuato, Gto., La arpista Adriana Cao, con más de medio siglo de trayectoria, contó que hace 18 años fundó la agrupación Caña Dulce y Caña Brava, junto con Raquel Palacios Vega, por el interés de escuchar cómo sonaban las voces de mujeres con pocos instrumentos.
Desde entonces el proyecto ha ido creciendo, agregó y ahora tiene más integrantes y bailadoras. El pasado viernes participaron en la inauguración del Festival Internacional Cervantino (FIC), en el espectáculo Fandango monumental: Fiesta de son y raíz.
Destacó el gusto y orgullo que representa para ese grupo “traer esta fiesta, nuestra música tradicional” a esta edición del festival.
La cantante mencionó que es como un “espejo de las tradiciones en Veracruz. Es imposible mostrar todo, pero se trata de difundir lo más que tiene el estado de su cultura, su arte y música”.
Recordó que al inicio de Caña Dulce y Caña Brava viajó a Tuxtepec, Oaxaca, de donde es Mauro Gutiérrez, de Mono Blanco.
Cao, quien lleva 55 años tocando el arpa, se congratuló de que cada vez más mujeres han participado en agrupaciones musicales.
“Me da mucho gusto que se me acercan chicas que tocan el arpa ahora y me dicen: ‘me inspiré porque te vi tocando ahora cargo el arpa’. Sí puede una tocar y cargar el arpa y cantar.”
Hizo hincapié en que la tradición del son jarocho es “hermana y junta a las familias”. Aunque la suya no era de tradición fandanguera, pues su padre era de Teposcolula, Oaxaca, y su madre de Yurécuaro, Michoacán.
Adriana Cao fue una de siete hermanas y nació en el puerto de Veracruz. “Mi papá nos enseñó desde pequeñas que teníamos que aprender de qué tradición veníamos”.
Realizó su aprendizaje en la música tradicional con Pánfilo Valerio, quien primero nos enseñó a zapatear y luego a tocar.
Otros maestros fueron Nicolás Sosa, con quien tocaba en los Portales de Veracruz, y Andrés Alfonso Vergara, arpista tlacotalpeño.
“De ahí traigo las enseñanzas. He tratado de emularlos porque los admiro mucho a los tres”, afirmó Cao.
“Raquel y yo hemos tenido la oportunidad de ir a muchos lugares de Latinoamérica, Europa, Asia. Hemos podido mostrar nuestra música en muchos lugares y decir: ‘esto nos representa. Es nuestra música, pero es de ustedes también’”, concluyó.