Depositan legado de Rosario Castellanos en la Caja de las Letras, en Madrid
▲ Objetos de Rosario Castellanos que se depositaron en la Caja de las Letras.Foto Armando G. Tejeda
Armando G. Tejeda
Corresposal
Periódico La Jornada
Viernes 12 de diciembre de 2025, p. 4
Madrid. Un álbum de fotografías de la familia y 14 primeras ediciones de algunos de sus libros más importantes, como la novela Balún Canán o la recopilación de misivas Cartas a Ricardo, forman parte del legado de la escritora mexicana Rosario Castellanos que se depositó en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes de Madrid, que se ha convertido en un lugar para resguardar el patrimonio cultural de algunos de los grandes creadores de nuestra lengua.
A partir de ahora, esos objetos y textos literarios de la autora chiapaneca compartirán espacio con el legado de otras figuras, como Sor Juan Inés de la Cruz, Juan Gelman, José Emilio Pacheco, Gabriel García Márquez, Miguel Hernández, Juan Ramón Jiménez y Ernesto Cardenal, entre otros.
La caja asignada al legado de Rosario Castellanos fue la mil 165, en la que se metieron tanto el álbum de fotos familiares, entre las que se encontraba una imagen de ella en su despacho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) junto con Juan Rulfo, José Emilio Pacheco, Carlos Vélez y Juan García Ponce. Además de los ejemplares de sus libros, entre ellos la primera edición de su primera novela, Balún Canán, y otras tres primeras ediciones de Ciudad Real, su primer libro de cuentos; Mujer que sabe latín, de 1973, dedicada al filósofo español del exilio Luis Villoro; y El mar y sus pescaditos, cuyos originales fueron recibidos dos días antes de su fallecimiento, en 1974, convirtiéndose en su primera obra póstuma.
También yacen en el depósito la compilación Cartas a Ricardo, de 1974, con un prólogo de Elena Poniatowska, y nuevas ediciones de la obra que se han publicado, especialmente en este año que se conmemora el centenario de su nacimiento.
El álbum de fotografías familiar se entregó gracias al hijo de la autora, Gabriel Guerra Castellanos, quien agradeció a través de un video que el Instituto Cervantes abriera un espacio a su madre en la Caja de las Letras; además, recordó que “Rosario Castellanos pasó un año profundamente significativo y formativo de su vida en España.
Ganó una beca que compartió, con este espíritu de amistad sin barreras, sin fronteras, sin egoísmos, con su mejor amiga de toda la vida, Dolores Castro, poeta también. Compartió la beca y vivieron con las privaciones que eso suponía en el Madrid de los años 50, donde descubrieron todo ese mundo en el que aún en los tiempos oscuros de las dictaduras florecía gracias a la cultura, la historia y la tradición hispánicas.
“Que hoy se abran las puertas del archivo de la Caja de las Letras para adoptar el legado de una mujer que trabajó no sólo por la cultura y las letras, sino también por las grandes causas de su vida, la de los pueblos originarios de México, la de las mujeres, de la igualdad, de la atención a los discriminados, de los desprotegidos, me emociona y me conmueve”, expresó Guerra Castellanos.