Busca el Ballet Folklórico atraer a nuevos públicos con Navidades en México
▲ El ritual escénico, que ha perdurado por casi dos décadas, se presenta desde mañana en el Castillo de Chapultepec.Foto cortesía del Ballet Folklórico de México
Daniel López Aguilar
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de diciembre de 2025, p. 3
Más de 100 bailarines y músicos, un coro de 26 voces y el vestuario original concebido por la bailarina y coreógrafa mexicana Amalia Hernández (1917-2000) activan un ritual escénico que, desde hace casi dos décadas, se ha vuelto un referente decembrino para públicos de todas las edades.
Navidades en México, en el Castillo de Chapultepec, traduce tradiciones profundamente arraigadas a un lenguaje escénico que dialoga con generaciones formadas en contextos distintos.
Para el Ballet Folklórico de México, este montaje se convirtió con el tiempo en un proyecto prioritario. Salvador López López, director de la compañía y nieto de su fundadora, recuerda que la llegada a este recinto ocurrió de manera circunstancial, durante el cierre del Palacio de Bellas Artes por remodelación, pero pronto reveló su potencia simbólica y artística.
“El castillo empezó a convivir con el espectáculo de una manera distinta; se volvió parte de la escenografía y eso le dio una magia muy especial”, explicó en entrevista con La Jornada.
La estructura en tres actos articula una lectura amplia de la Navidad desde la cultura popular mexicana. El recorrido se inicia con la Anunciación y la conformación de un nacimiento viviente, acompañado por pastoras y villancicos que remiten a los siglos XVIII y XIX.
Más adelante, los Reyes Magos ofrecen sus dones a través de danzas provenientes de distintas regiones del país, como Guerrero, Chiapas (con piezas que no se habían presentado en años), Oaxaca y Veracruz.
El cierre convoca a una posada tradicional en la que aparecen los peregrinos, las velas encendidas como guía simbólica y la piñata, entendida no sólo como juego, sino como representación de los siete pecados capitales y de la fuerza colectiva que los derrota.
Más allá del despliegue escénico, el proyecto tiene una vocación pedagógica y de transmisión cultural. Salvador López subrayó que uno de los mayores retos es llegar a nuevos públicos, particularmente a niños y jóvenes que quizá nunca han tenido contacto con el Ballet Folklórico.
“Estas experiencias fortalecen el vínculo de nuevos públicos con la compañía. Es un granito de arena para que no se pierdan tradiciones que hoy se diluyen en la dinámica de la información y en los cambios de la vida cotidiana.”
La música, casi toda interpretada en vivo, refuerza ese vínculo sensorial y emocional con las celebraciones de distintas épocas y regiones.
El equilibrio entre fidelidad y actualización es otro de los ejes del montaje. Para el director, ninguna propuesta escénica puede permanecer estática. Algunas danzas se conservan intactas, mientras otras se adaptan a las reglas del escenario contemporáneo, a los tiempos y a la lógica de un espectáculo al aire libre.
“Se trata de extraer lo esencial y presentarlo de manera atractiva, como lo hace la ópera o la danza clásica”, afirmó López. En ese sentido, la obra incorpora este año nuevos elementos visuales, como el videomapping, que dialogan con la arquitectura sin desdibujar la raíz de la propuesta.
Presentar esta obra en un recinto patrimonial implica también asumir riesgos. Las funciones dependen del clima y de las condiciones propias de un espacio abierto, pero esa misma apuesta amplía el alcance cultural del proyecto.
“El recinto es un espacio vivo que acerca a públicos diversos a un lugar emblemático y, al mismo tiempo, refuerza la difusión del patrimonio cultural inmaterial. No todo es pop o rock; estas expresiones también pueden ser muy atractivas”, concluyó López.
Con 65 años de funciones permanentes en el Palacio de Bellas Artes y más de 45 millones de espectadores en su trayectoria, el Ballet Folklórico de México refrenda con este montaje su papel como custodio y difusor de las danzas del país.
Navidades en México tendrá funciones del 25 de diciembre al 10 de enero, a las 19 horas, en el Castillo de Chapultepec.