Inversión privada más allá de la minería: los proyectos que “resistirían” al año electoral
Si bien recientemente se ajustaron al alza las proyecciones para el próximo año, el BCRP prevé que este indicador lograría un avance de 4.8% en 2026, una desaceleración respecto a este año.
Otros analistas van en similar línea. Para Phase Consultores, el crecimiento de la inversión no minera estaría más cercano al 5%, mientras que el Instituto Peruano de Economía (IPE) apunta a un avance de solo 2.5%, una desaceleración más marcada de lo previsto por la entidad monetaria.
Pero no se trataría solo de una normalización del ciclo de inversión tras el repunte proyectado en 2025. El factor determinante en este escenario es la incertidumbre que traerá el periodo electoral del próximo año.
Inversión privada. Fuente: BCRP
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Si bien las recientes encuestas de expectativas empresariales aún evidencian un optimismo pese al actual entorno, la dinámica podría moderarse conforme se acerquen las elecciones presidenciales, indicó Juan Carlos Odar, director de Phase Consultores.
“Siempre hay cautela porque aun cuando, por ahora, el escenario electoral se ve tranquilo, no sabemos qué puede pasar más adelante. Eso le quita normalmente un poco de dinamismo a la inversión privada”, señaló.
A su vez, Martín Valencia, jefe de Estudios Económicos del IPE, resaltó que el elevado número de candidatos a la presidencia y los cambios institucionales, como la bicameralidad, añaden complejidad al panorama.
Recordó que es usual que un contexto electoral traiga consigo un deterioro de la confianza empresarial durante los primeros dos trimestres del año, derivando en la postergación de proyectos importantes.
“Hay incertidumbre porque hay unos 37 candidatos participando. Ante ello, hasta que haya un panorama más claro, se pueden postergan decisiones de inversión y por lo tanto resulta una desaceleración”, indicó.
El mayor riesgo, sostuvo, sería un resultado electoral que genere dudas sobre la independencia del BCRP, la sostenibilidad fiscal y la estabilidad jurídica de contratos de concesión, lo que podría implicar un quiebre en el régimen económico.
Pese a esto, Odar apuntó que el sesgo de las proyecciones incluso podría ser al alza si el proceso electoral se desarrolla sin sobresaltos y sin señales contrarias al mercado.
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¿Qué podría impulsar la inversión no minera en 2026?
A pesar del menor crecimiento esperado, no todos los sectores dentro de la inversión no minera enfrentarán el mismo impacto. Tanto Odar como Valencia coinciden en que los proyectos de infraestructura de gran escala muestran mayor resiliencia frente al ciclo político.
“Lo que está en marcha y probablemente se vea menos afectado es el dinamismo de la gran infraestructura. Por ejemplo, las líneas de transmisión, [obras] del sector telecomunicaciones, grandes obras de infraestructura de transporte como la continuación del metro en Lima, entre otros”, precisó Odar.
Esto coincide con el Marco Macroeconómico Multianual (MMM) del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), que prevé un desempeño favorable de la inversión en infraestructura en 2026, apoyado en la ejecución de grandes proyectos vía Asociaciones Público-Privadas (APP) como el Anillo Vial Periférico.

Según el MMM del MEF, la inversión no minera se mantendrá dinámica en 2026, por la mayor ejecución de grandes proyectos de infraestructura de transporte, proyectos APP, el crecimiento de la inversión en lotes de explotación de hidrocarburos, y la recuperación de la inversión diversificada.
Además de los avance en la Línea 2 del Metro de Lima y Callao, y el Anillo Vial Periférico, también se esperan inversiones en puertos, aeropuertos regionales y proyectos de transmisión eléctrica.
En detalle, el MEF indicó que durante el 2026 se sumarían inversiones iniciales por la ejecución de las Bandas Espectro Radioeléctrico AWS-3 y 2.3 GHz, por un monto de US$ 640 millones; los Grupos 1 y 2 de transmisión eléctrica, por US$ 855 millones; y el Terminal Portuario de Marcona, que iniciaría su construcción en 2026 por un monto de inversión de US$ 405 millones.
Otros proyectos serán los de hidrocarburos, que ascenderán a US$ 635 millones. Esto se explicaría por el Lote 192, que según el MEF recuperaría su dinamismo desde 2026 por la ejecución de sus inversiones programadas para la producción, perforación de pozos de desarrollo y reacondicionamientos; así como por los proyectos en el Lote 64, donde se planean inversiones para facilidades de producción, reacondicionamientos y perforación de pozos durante el año.
Es más, el MMM plantea un escenario favorable para la inversión diversificada, impulsada por el sector inmobiliario, con programas de vivienda social apoyada en menores costos de financiamiento y una reducción de las tasas de interés.
Los sectores más expuestos
En contraste, los especialistas apuntaron que los sectores más expuestos a una eventual desaceleración serían aquellos ligados a la demanda interna. Odar señaló que la manufactura, sobre todo de bienes más duraderos, podría verse más afectada en un escenario adverso.
En tanto, Valencia consideró que algunos sectores como comercio, servicios y retail serían los más sensibles al entorno electoral.
“El consumo continuaría fuerte en la primera mitad del año, pero las inversiones que se puedan ver a mediano plazo serían las que estarían a la expectativa de lo que ocurrirá con los comicios electorales”, sostuvo.
¿Habría otros riesgos más allá del proceso electoral local? Para Odar el panorama externo tendría un impacto limitado sobre la inversión no minera, salvo en actividades orientadas a la exportación como la agroindustria, e incluso con el buen desempeño reciente de la economía estadounidense -principal destino de las exportaciones no tradicionales del Perú- es poco probable que se genere una caída drástica próximamente.
