Tarjetas navideñas, una creación del ingenio victoriano
▲ Tarjeta de felicitación navideña de John Callcott Horsley, fechada en 1843, Inglaterra. Número de museo MSL.3293-1987.Foto ©Museo de Victoria y Alberto, Londres
De la redacción
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de diciembre de 2025, p. 5
Intercambiar tarjetas navideñas en esta época, en el marco de una de las celebraciones más importantes en el mundo, es una costumbre que surgió en la Inglaterra victoriana (1837-1901), gracias a la iniciativa de Sir Henry Cole (1808-1882), un visionario inglés que impulsó la reforma postal y el diseño moderno, así como la educación por medio del arte y la industria, al fundar el Museo de Manufacturas en 1852, cuya primera piedra colocó la reina Victoria y que se convertiría en el actual Museo de Victoria y Alberto, que desde su fundación se interesó en coleccionar y exhibir tarjetas de felicitación.
En la década de 1840, Henry Cole jugó un papel decisivo en la reforma del sistema postal británico, mediante el cual se fomentaba el envío de felicitaciones navideñas en membretes decorados y tarjetas de visita, por lo que esta época era particularmente ajetreada para la familia de Cole, que no podía responder su propio correo. Para solucionar ese problema, Henry creó un método para ahorrar tiempo y recurrió a un amigo, el artista John Callcott Horsley, para que ilustrara su idea.
El 17 de diciembre de 1843, Henry Cole registró en su diario: “La víspera, Horsley llegó y trajo su diseño para tarjetas navideñas”, el cual representa a tres generaciones de la familia Cole brindando en un panel central coloreado a mano, rodeado de un enrejado decorativo y escenas en blanco y negro que representan actos de generosidad; el doble mensaje era de celebración y caridad. Cole encargó entonces a un impresor que transfiriera el diseño a tarjetas, imprimiendo mil ejemplares que podían individualizarse con una felicitación manuscrita. El propio Horsley personalizó su tarjeta para Cole dibujando un pequeño autorretrato en la esquina inferior derecha en lugar de su firma, junto con la fecha “Xmasse, 1843”.
La tarjeta navideña de Cole no sólo quedó como una solución práctica personal, sino también se publicó y se puso a la venta a un chelín cada una, un precio alto en aquel entonces, pero dicha década fue un periodo de cambio, con el príncipe Alberto introduciendo diversas tradiciones navideñas alemanas al público británico, incluyendo el árbol de Navidad decorado.
Los victorianos intercambiaban, exhibían y coleccionaban tarjetas navideñas en grandes cantidades. En el proceso, establecieron la iconografía navideña, ahora familiar. Esta época presenció el debut de muchos de los símbolos y elementos decorativos significativos que asociamos con la temporada festiva: escenas invernales de petirrojos, acebos, árboles de hoja perenne, iglesias rurales y paisajes nevados; junto con escenas interiores de rituales navideños y entrega de regalos, desde la decoración de árboles y la cena de Navidad hasta Papá Noel, juegos infantiles, personajes de pantomima y petardos navideños, otra invención victoriana.
Regalos asequibles
La comercialización de la Navidad ya estaba en marcha, impulsada por los avances en la industria editorial. Libros de regalo y recuerdos navideños más asequibles se dirigían a la creciente clase media. Para la década de 1870, la tendencia navideña ya estaba firmemente establecida. El intercambio de tarjetas ad hoc se convirtió en un modelo a imitar, que se inició en Inglaterra y luego se extendió a todo el mundo.
Desde budines navideños danzantes, gatos haciendo acrobacias o un perro cartero, estos recuerdos impresos han ido evolucionando y adaptándose a las modas. Aunque actualmente el uso del correo electrónico o las felicitaciones a través del celular son más comunes, aún hay gente que conserva la costumbre de enviar tarjetas navideñas, convirtiendo el gesto pragmático de Sir Henry Cole en un fenómeno cultural, pero también económico.
Su colección de tarjetas navideñas se exhibe como parte de la Navidad de 2025 en V&A South Kensington hasta el 31 de diciembre.