Telar de cintura, práctica en auge entre varones
▲ El artesano Juan de la Cruz López Gómez en plena labor con su telar de cintura.Foto Elio Henríquez
Elio Henríquez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 29 de diciembre de 2025, p. 3
San Cristóbal de Las Casas, Chis., Tejer en telar de cintura o de pedal, que antes estaba reservado para las mujeres o se mantenía oculto en las comunidades indígenas, ha ido ganando terreno entre los varones.
Juan de la Cruz López Gómez es uno de los artesanos al que no da pena gritar que elabora faldas, camisas, rebozos, manteles o bufandas.
“Este trabajo ya no sólo es de mujeres. Llevo cerca de 30 años haciéndolo y me gusta, porque amo mis raíces, y eso me fascina, aunque no vendo tan caro, me gusta hacerlo. A veces me preguntan por qué lo hago, si no siempre costea mis días, y respondo que porque me gusta hacerlo, me apasiona el arte. No lo siento como trabajo. Es un arte”, afirmó.
–¿Cómo aprendiste a tejer?
–Viendo, nada más. Creo que mi sangre ya venía de generación en generación. Mi bisabuela, Pascuala, era tejedora en telar de cintura y hacía huipiles. Mi abuela, Andrea, de 85 años, dejó hace poco el hilado de lana de los borregos de mi mamá, porque ya casi no mira, y mi mamá, María Gómez López, es más de bordado en punto de cruz y también es tejedora. Mis hermanas se dedicaban más al telar de cintura.
“Somos de la comunidad de Muctahuiz, municipio de San Andrés Larráinzar, y soy artesano; aprendí desde chico. Empecé con el bordado de punto de cruz, y lo dejé un tiempo para estudiar en San Cristóbal. Posteriormente, retomé la artesanía con otras técnicas, porque no quería quedarme sólo con una, sino que tenía curiosidad de tejer en telar de pedal”, expresó.
En entrevista, añadió: “primero usé el telar de cintura, porque mi mente decía que sí sé tejer en cintura, pero nunca lo había hecho, aunque en mi mente sabía cómo y se me hace fácil. No se me hizo tan complicado aprender en telar de cintura. Aprendí y eso me ayudó bastante a desarrollarme un poco más. Ya que sabía telar de cintura me ayudó más el telar de pedal, porque son los mismos conteos que se hacen, y ahí me involucré más en las tres técnicas: telar de pedal, de cintura y bordado de punto de cruz”.
Mientras hacía una pieza en el telar de cintura, agregó: “el bordado punto de cruz lo hacemos en la tela, lo deshilamos, hacemos cuadrillé y luego bordamos, todo a mano, con aguja, pero ahora estoy haciendo otro bordado, con el que ya no deshilamos las telas, sino que las compramos más finas, y voy contando como si fuera telar de cintura para hacer figuras geométricas en cada prenda”.
–¿Por qué antes sólo las mujeres se dedicaban a tejer y ahora también los varones?
–Creo que se han dedicado mucho antes, pero nunca se habló de eso, nunca se manifestó, siempre se mantuvo oculto por el miedo al qué dirá la gente o porque podrían ser estigmatizados, ya que se decía que era un trabajo de mujeres, por la crítica social; hay hombres que tejen muy bonito y ya están grandes, no es que aprendieron hace poco. Lo mantenían oculto. Les daba pena.
“Dejó de ser vergonzoso”
López Gómez, de 36 años, comentó que “se ha ido logrando la apertura y generando confianza de que no es vergonzoso tejer o agarrar un trabajo destinado tradicionalmente a las mujeres.
“El suegro de mi hermano me dijo que no debía darme vergüenza, que mientras me diera de comer, aunque sea trabajo de mujer, es trabajo y es honrado. ¿Por qué tendría que dar pena? Y eso lo transmitía yo a otros señores que tejían. Así se fueron mostrando algunos. Claro que no se ponen a tejer en el patio para que los vea la gente. Aun así, siguen con la pena y tejen adentro de la casa, un poco escondidos.”
Comentó que al ver su fotografía publicada usando el telar, es posible que algunos varones en las comunidades se pregunten “por qué estoy haciendo una labor de mujer. Podrían decir: ‘¿acaso es mujer?’ No. Cualquier trabajo es digno. Vergüenza es robar. Y no sólo soy yo, hay muchos otros hombres haciendo telares en otras partes”.
Dijo que dos de sus prendas fueron expuestas en septiembre del año pasado en la pasarela de la Semana de la Moda en Nueva York. “Fue una pieza hecha en telar de pedal y otra en el de cintura.
“Tuve que hacer una colaboración con una diseñadora para ir con ella, pero no me dieron visa para Estados Unidos. Le fue bien a las piezas. Uno de mis sueños es llegar con mis prendas a otros países; eso me ha ayudado bastante.”
Lo más emocionante, agregó, “fue mi participación en el encuentro Original Yucatán, que se realizó en Mérida el 16 de octubre pasado.
“Es una exposición de la Secretaría de Cultura federal. Llevé una de las prendas, me conocieron e invitaron a la pasarela en el Museo Nacional de Antropología el 25 de noviembre.
“La secretaria Claudia Curiel lució una falda. Me sentí muy honrado. Tardé 980 horas en hacerla. La terminamos entre tres. Casi un año estuvo guardada y participando en otros actos.”
Concluyó: “ya vamos abriendo camino. Mi abuela está muy contenta. Le he enseñado los videos y me dice: ‘no te creo’. El telar ya no es sólo cosa de mujeres: cada vez hay más hombres trabajando y no lo ocultan”.