La llegada de PS6 y la nueva Xbox podría retrasarse debido a los problemas con las memorias RAM
La próxima generación de consolas podría no llegar en las fechas inicialmente previstas debido a un factor clave que está poniendo patas arriba la industria: la disponibilidad y el precio de la memoria RAM. El fuerte crecimiento de la inteligencia artificial está disparando la demanda de este componente esencial, provocando un aumento de precios sin precedentes que ya está afectando a múltiples sectores tecnológicos.
En los últimos meses, el coste de los módulos de RAM se ha incrementado en varios cientos por ciento, una subida atribuida principalmente a la necesidad de grandes cantidades de memoria para entrenar y operar sistemas de IA. Esta tendencia, lejos de ralentizarse, parece destinada a mantenerse en el tiempo, lo que ha encendido las alarmas entre los fabricantes de hardware de consumo, especialmente en el ámbito de las consolas.
La preocupación no se limita únicamente a los futuros sistemas. Las conversaciones internas dentro de la industria apuntan a que la situación actual podría derivar en nuevas subidas de precio para las consolas de la generación actual a partir de 2026, algo que complicaría aún más el acceso de los jugadores a hardware asequible. Tradicionalmente, las consolas han salido al mercado con márgenes muy ajustados o incluso con pérdidas iniciales, pero el escenario actual pone en duda que ese modelo pueda mantenerse.
De cara al futuro, los fabricantes se enfrentan a una decisión complicada. Por un lado, lanzar nuevas consolas con precios significativamente más altos que los de generaciones anteriores podría afectar negativamente a su adopción. Por otro, esperar a que la producción de RAM se estabilice y aumente permitiría reducir costes, pero implicaría retrasar los lanzamientos de PS6 y la próxima Xbox, previstos para la franja de 2027-2028, una posibilidad que ya se estaría valorando seriamente.
Un obstáculo que puede cambiar la industria del videojuego en los próximos años
El problema de fondo es que la RAM se ha convertido en un recurso estratégico. Mientras la industria de la inteligencia artificial siga absorbiendo grandes volúmenes de memoria, la oferta continuará siendo limitada y los precios elevados. Esto coloca a los fabricantes de consolas en una posición delicada, obligándolos a replantear calendarios, configuraciones técnicas y estrategias de precio.
A falta de decisiones definitivas, todo apunta a que los próximos años estarán marcados por un encarecimiento del hardware y por una mayor cautela a la hora de introducir nuevas generaciones en el mercado. La evolución de la producción de memoria será determinante para saber si la próxima hornada de consolas llegará a tiempo… o si los jugadores tendrán que esperar más de lo previsto.