José Luis Cava: El recorte de la Fed no anticipa una recesión inminente
En su análisis reciente, José Luis Cava aborda una de las decisiones más comentadas en los mercados financieros: el recorte de 50 puntos básicos en los tipos de interés realizado por la Reserva Federal (Fed). Esta medida ha generado dudas y comparaciones con eventos pasados, ya que movimientos similares se realizaron en momentos críticos de la economía, como tras el estallido de la burbuja tecnológica en 2001 y durante la crisis financiera de 2008. La pregunta clave es si este recorte anticipa una recesión en Estados Unidos.
Cava aclara que, según su análisis, no es probable que la economía estadounidense entre en recesión en los próximos 12 meses. Para apoyar su argumento, examina los datos que proporcionó la Fed en su reciente informe de proyecciones macroeconómicas. La entidad proyecta una inflación estable del 2% sin una desaceleración significativa del crecimiento económico y con una tasa de desempleo baja, incluso en descenso. Aquí surge la pregunta de cómo la Fed planea mantener el crecimiento económico mientras controla la inflación y reduce el desempleo. La respuesta, según Cava, está en el crecimiento de la productividad a largo plazo. Aunque la tasa de crecimiento de la productividad actual no es extremadamente alta, la Fed cree que será suficiente para mantener el equilibrio entre crecimiento, inflación y empleo.
Cava también subraya dos razones principales detrás de la decisión de la Fed de reducir los tipos de interés en 50 puntos básicos. En primer lugar, la necesidad de acercar el tipo de interés de los fondos federales a lo que la Fed considera un nivel de equilibrio, alrededor del 3%. Este nivel es más sostenible en el contexto económico actual, y la Fed busca dirigir gradualmente los tipos hacia esa zona. En segundo lugar, la debilidad en el mercado laboral ha impulsado este recorte, con la Fed revisando al alza la tasa de desempleo esperada, del 4% al 4,4%.
Este recorte de tasas, a diferencia de los de 2001 y 2008, no parece estar motivado por un temor inmediato a una recesión, sino más bien por ajustes técnicos para mantener la estabilidad económica en un entorno de baja inflación y tasas de desempleo controladas. A este respecto, Cava comenta que el impacto en los mercados, especialmente en el S&P 500, podría ser positivo a medio plazo. Señala que, históricamente, cuando la Fed ha bajado los tipos sin que haya una recesión inminente, el índice ha mostrado una tendencia alcista en el año siguiente.
Analizando el comportamiento del S&P 500, Cava observa cómo el índice ha mantenido un soporte sólido en la zona de los 5620 puntos, que ha sido tocado varias veces, debilitando esta barrera. Si el soporte es perforado en futuros intentos, podría dar lugar a una caída más pronunciada. Sin embargo, mientras el índice se mantenga por encima de ese nivel, el escenario más probable es que se dirija hacia los 5700 puntos. Este análisis técnico sugiere una posible tendencia alcista en el índice a corto plazo, pero con riesgos latentes si el soporte clave se rompe.
Cava también analiza el comportamiento del dólar frente al yen, lo cual es crucial para entender cómo la política monetaria de la Fed afecta a los mercados globales. Tras la decisión de la Fed, el dólar experimentó una leve caída frente al yen, seguida de una recuperación. Mientras el dólar se mantenga por encima de los 140 yenes, Cava estima que las bolsas podrían seguir moviéndose de manera lateral o alcista. No obstante, advierte que una corrección del dólar podría estar pendiente si el Banco Central de Japón decide aumentar sus tipos de interés, ya sea en septiembre o en diciembre, lo que podría estrechar el diferencial entre los tipos de interés del yen y el dólar, presionando a la baja a las bolsas.
El análisis de José Luis Cava sugiere que el reciente recorte de tipos de interés por parte de la Fed responde más a ajustes técnicos que a un temor inmediato de recesión. La Fed parece confiar en que el crecimiento de la productividad y un mercado laboral relativamente estable permitirán un equilibrio entre crecimiento y control de la inflación. Sin embargo, los riesgos siguen presentes, tanto en el mercado laboral como en la relación entre el dólar y el yen, lo que podría afectar la estabilidad de las bolsas en los próximos meses. Mientras tanto, el S&P 500 sigue siendo un indicador clave a observar, con un soporte crítico en juego y un posible movimiento alcista si se mantiene por encima de los niveles actuales.