«El Botànic exigía la misma autorización ambiental a una granja de aves que a PowerCo …
La Conselleria de Medio Ambiente no le resulta ajena. Desde septiembre de 2023 ocupó el cargo de director general de Costas, Puertos y Aeropuertos en este departamento, entonces dirigido por Salomé Pradas. Con la reestructuración del Consell tras la salida de Vox, Carlos Mazón pensó que él era la persona idónea para continuar con la tarea que había iniciado su predecesora. Se enfrenta a no pocos retos, entre los que destacan la lucha contra el cambio climático y la definición del modelo territorial de la Comunitat.
El anterior Consell elaboró una Estrategia contra el Cambio Climático, ¿cuál es el modelo que va a seguir?
Lo que nunca cabe es la estrategia de la rendición. Sabemos lo que se nos viene, pues preparémonos. Para nosotros lo básico es la conciliación entre el medio y las personas. Casa muy mal decir que apostamos por las energías renovables y tener un tapón increíble para tramitar proyectos. La realidad es que la necesitamos y hay que permitir su implantación. Tenemos que ser capaces de generar energía sostenible y ahí tenemos que seguir trabajando. Por eso, hemos puesto en marcha un plan de choque para resolver esta situación.
¿Cree que la Comunitat llegará al objetivo de los 6.000 MW renovables en 2030?
Se han ido acumulando muchos proyectos, algunos de los cuales son muy viables, pero otros no lo son. Debemos ser muy exhaustivos a la hora de analizarlos. No podemos tener 400 proyectos de iniciativa privada paralizados. Tener ahí ese atasco hace que nadie quiera venir porque no confían en la seriedad de la Administración. Confío en que lleguemos al objetivo que nos hemos planteado, con criterio y con sentido común, esto no es una barra libre.
Este Consell habla de «ecologismo de salón», ¿cree que ha habido medidas ecologistas que han podido afectar a algunos sectores?
Uno tiene que saber dónde se mete. No se puede decirle a un agricultor o a un pescador cómo tiene que cuidar su entorno o lo que puede hacer con tu ropa de deportiva y tus botas de «trekking»… Los tiempos cambian, el cambio climático nos ha hecho modificar muchos paradigmas. Debemos dar indicaciones y sobre todo incentivar a que se hagan las cosas de la mejor manera posible.
La Generalitat se ha declarado defensora de tradiciones como los «bous al carrer». ¿Es conciliable esta apuesta con las medidas anunciadas de bienestar animal?
Sí, yo estoy convencido de que muy poca gente aprecia tanto y cuida y mima tanto a los toros como los del «bou al carrer». No creo que haya maltrato. La gente que sigue y que vive esa fiesta es muy sensible con el bienestar de los toros. Además, hay que hacerlo conciliable porque se forman parte de nuestra identidad.
Desde su Conselleria se ha avanzado que se van a eliminar algunas de las restricciones a la caza, ¿cuáles son?
Hemos homogeneizado las tres provincias, porque no había el mismo criterio para las autorizaciones. Los cazadores son muy cuidadosos con las especies y con el entorno. Obviamente también hacen cosas mal, como todos los colectivos, pero impedirle a un cazador hacer algo para lo que tiene permiso también debe ser sancionable. Los cazadores pueden ayudar a luchar contra la sobrepoblación de especies. No es que vayamos a dar ninguna incentivo a los cazadores, lo que les vamos a dejar es a que actúen con respeto pero con libertad.
Ha anunciado también que se van a eliminar restricciones a las explotaciones ganaderas. ¿Qué efecto esperan conseguir?
Hemos perdido más granjas de las que nos podíamos permitir. El Botànic puso unas limitaciones mucho más estrictas de las que había en otras autonomías. Aquí para tener una granja con más de 20.000 aves, hacía falta una autorización ambiental integrada, el «top» de las autorizaciones. Por poner un ejemplo, es la misma que tuvo que obtener PowerCo o la Ford si quisiese ampliar su planta. Esta autorización se exigía a partir de un número determinado de reses, que eran mucho más del doble de lo que hacía falta en Castilla La Mancha, por ejemplo, donde el trámite era de evaluación ambiental era más «light». Hemos derogado la norma, de tal manera que ahora estamos en las mismas condiciones. Se les había ido la mano con ese ambientalismo de salón.
Ha asumido la competencia de prevención de incendios ¿Se van a propiciar acciones como, por ejemplo, el aprovechamiento de la biomasa?
La mejor manera de prevenir es que haya formas sostenibles de mantener el monte, si puedo aprovechar la biomasa y que alguien se la lleve, estoy quitando combustible. Se trata de encontrar la manera de que haya terceros que puedan ejecutar estas actuaciones. Llámese ganadería extensiva o llámese empresa de silvicultura. También proponemos generar un sello de calidad o que las empresas puedan destinar al monte el crédito por emisiones.
La Comunitat es la única que mantiene las bonificaciones en el transporte ¿continuarán en 2025?
El presidente Carlos Mazón hizo una apuesta muy seria por mantener la gratuidad, que estará vigente hasta el final de año y hasta el 31 de enero en cuanto a bonificaciones, pero estamos a expensas de la parte del Gobierno central. Hemos oído al ministro Puente que hay que repensar esto. Sinceramente, va a depender de lo que él diga. Reclamamos que aclare su postura ya que, en el caso de los abonos gratuitos para jóvenes, la Generalitat ya asume el 70% de la bonificación y tenemos que saber pondrán su parte. Nos hemos comunicado con ellos pero no hemos obtenido respuesta, tememos que quieran terminar con las ayudad sin ningún tipo de consenso.
¿Recurrirán a la colaboración con empresas para impulsar infraestructuras que están paralizadas desde hace años?
Sí, no tenemos ninguna apriorismo con eso. Está inventado, son concesiones que funcionan históricamente. Hay que exprimir al máximo cada céntimo de los ciudadanos, sacarle el máximo fruto. No descarto usar la colaboración publico-privada para cualquier ámbito.
En en su comparecencia en les Corts hizo una lista de actuaciones prioritarias. ¿Tiene ya decidido usar esta fórmula en alguna de ellas?
Todo aquello que no tenga todavía un proyecto terminado es susceptible de que sea evaluado para ver cuál es la mejor fórmula para financiarlo.
¿Qué modelo de territorio quiere la Generalitat? PSPV y Compromís denuncian que vuelven el urbanismo depredador.
Eso son eslóganes injustificados. Queremos dejar un territorio planificado, como mínimo, igual de sostenido que el que tenemos, pero también que no renuncie a ningún tipo de posibilidad de mejora. La protección del territorio nunca puede venir a través de la prohibición. Tiene que ser a través del sentido común, que es lo que pretendemos con nuestro plan urbanístico. Estoy convencido de que con el tiempo se va a ver que esta nueva etapa de Carlos Mazón en el Consell también ha sido una etapa de protección del territorio. Gran parte de nuestra tierra ya tienen alguna figura de protección y no vamos a renunciar a ninguna de ellas.
La reforma de la ley de urbanismo vigente, la Lotup, tiene ya el «no» de la izquierda.
Lo que no tiene ningún sentido es que un Plan General de un municipio de tamaño medio tarde 20 años en aprobarse. Le estamos pidiendo la misma exigencia a un municipio de 100.000 habitantes que a uno de 100. Son circunstancias que no casan con la preocupación por la despoblación. La ley que estamos modificando es del 2014, pero se desvirtuó completamente durante la época de Botànic, con hasta 80 artículos modificados, dando tumbos y actuando cada parte del Gobierno de una manera determinada.
¿Tiene sobre la mesa abordar la cuestión de las construcciones diseminadas?
Sí, pretendemos ser valientes con eso. Yo creo que aquí hay problemas eternizados que todos tenemos en la cabeza, pero que nadie se atrevió a meterle mano. Hay sitios que llevan décadas esperando que alguien dé una salida y hemos de encontrar la fórmula.
¿Qué futuro le espera al litoral? También va a cambiar el plan que lo regula.
Lo más preocupante del Pativel es que generaba unas arbitrariedades que prácticamente ningún ayuntamiento consentía. Hay que hacer una norma que se acople a nuestra realidad. La ley debe marcar las normas y definir cómo queremos que sea nuestra costa, las zonas que estén urbanizadas, que crezcan con un criterio razonable, y, por supuesto, mantener a rajatabla todas nuestras figuras de protección. Con esa estructura ya nos podemos plantear hacer un plan de ordenación costera, que será la figura que sustituirá al Pativel. Con este plan ya podemos acoger esas líneas generales que marca la ley, y ponerle nombre y apellidos en cada municipio.
¿Qué diferencia hay entre los Proyectos de Interés Autonómico (PIA) y otras figuras aprobadas en estos últimos años?
Se busca que esos proyectos que todo el mundo tiene claro que ojalá vinieran a la Comunitat, tengan el mejor canal posible para hacerlo. Hemos estado viendo en este primer año, que la figura que había hasta este momento era mejorable. Ya hemos sufrido las pegas que tenían los PIE (Proyecto de Interés Estratégico). Una diferencia importante es el tema de la publicidad. Ninguna empresa tiene interés en que se comunique que tiene intención de instalarse en un lugar determinado y por eso se ha suprimido esa parte.