Hallaron cuatro mineros muertos en plena carretera: los cuerpos estaban envueltos en plásticos
Las autoridades encontraron cuatro cuerpos en el corregimiento de Pinguro, ubicado entre los municipios de Buriticá y Giraldo, en el occidente del departamento de Antioquia. El hallazgo generó alerta, pues estaban envueltos en materiales plásticos y telas.
De acuerdo con los informes preliminares, las víctimas parecen ser mineros informales y una de las hipótesis indica que la causa de muerte fue la inhalación de gases en un socavón minero. Posteriormente, los cuerpos habrían sido cubiertos con diferentes materiales para ser trasladados a la vía pública, al parecer, en un vehículo cuyo conductor huyó rápidamente del lugar.
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Las víctimas identificadas son Dairo Tuberquia Toro, de 40 años, y Pedro Pablo Salas Ochoa, de 28, ambos originarios de Buriticá, así como Over Luis Aguilar Parra, del municipio de Arboletes. El cuarto cuerpo aún no ha sido identificado, pero se presume que podría ser un trabajador de Uramita.
La Policía de Antioquia confirmó que los cuerpos no presentaban signos de violencia, lo que refuerza la teoría de la inhalación de gases como causa de muerte. Sin embargo, se realzarán las respectivas inspecciones para determinar realmente qué fue lo que sucedió.
El hallazgo se produjo en el tramo entre los kilómetros 91 y 92 de la carretera que conecta Pinguro con el municipio de Santa Fe de Antioquia. Al lugar acudieron los bomberos de Giraldo y la Sijín de la Policía, tras recibir una alerta por parte de la comunidad, que fue realizada a través de la línea de emergencias 123.
Este incidente resalta la problemática de la minería informal en la región, donde existe una constante disputa entre mineros no formales y la empresa Zijin Continental Gold, que posee la licencia de explotación en Buriticá.
Cabe recordar que la zona ha sido escenario de diversas protestas debido a esta situación. De manera extraoficial, se estima que este año han ocurrido 14 muertes en socavones mineros, incluyendo este caso reciente, lo que llama la atención de las autoridades, pues no se recibió un llamado desde la zona en la que ocurrió la tragedia.
Al parecer, las personas que trabajan en estos socavones ilegales no se comunican con las autoridades en cuanto ocurre un accidente de esta magnitud, debido a que pretenden evitar cualquier intervención que lleve a la clausura del lugar.
Ante la gravedad de esta situación, la comunidad está en alerta porque se vuelven a poner sobre la mesa todos los riesgos asociados a la minería informal y la necesidad de implementar medidas de seguridad más estrictas para proteger a los trabajadores, específicamente, llevar a cabo una intervención en las minas que no tienen los permisos para evitar nuevas muertes.
De acuerdo con el diario local El Colombiano, en el oriente antioqueño se cuenta con la presencia de más de 380 bocaminas ilegales, donde los mineros trabajan entre 10 y 40 días bajo tierra por un sueldo que, si bien puede llegar a ser millonario, no les asegura que puedan salir de las profundidades de la tierra con vida.
Del mismo modo, se dio a conocer que aquellos que logran volver a la superficie no cuentan con buena salud y las cosas empeoran, teniendo en cuenta que no cuentan con las mayores condiciones de seguridad al interior de los socavones, por lo que pueden sufrir accidentes que les ocasionen lesiones de por vida.
Este panorama parece no mejorar, así que la comunidad pide a las autoridades que se continúe trabajando para implementar estrategias que permitan dar un puesto seguro a los ciudadanos que se dedican a esta labor, evitando que se vuelvan a presentar accidentes que terminen en fatalidad.