Plan de Acción – Sistema de Naciones Unidas en Cuba: Respuesta a Huracán Oscar (Octubre 2024)
En respuesta a los efectos del Huracán Oscar en la provincia de Guantánamo – Plan de Acción Cuba: busca $33,2M para apoyar a más de 478K personas afectadas en sus necesidades básicas.
Perspectiva general de la situación
En medio de una compleja situación energética nacional, el 20 de octubre el huracán Oscar tocó tierra en la parte oriental de Cuba como un huracán de categoría 1. El sistema generó vientos de más de 130 km/h en las proximidades de Baracoa, en la provincia de Guantánamo. Su devastador paso por la región oriental afectó a casi medio millón de personas, de las cuales cerca de 150,000 sufrieron daños críticos. Hasta el momento se reporta el fallecimiento de siete personas.
El huracán Oscar, con una velocidad de traslación de sólo 4 km/h, se mantuvo en la región oriental, principalmente en la provincia de Guantánamo durante 25 horas. En este período, estas regiones fueron azotadas por severas lluvias, con acumulados de hasta 600 mm en algunas áreas, que acompañados por fuertes vientos, provocaron una situación de emergencia crítica en esas localidades que usualmente enfrentan los desafíos de la sequía.
A más de 72 horas posterior al evento, persistían fuertes inundaciones y crecidas de ríos y continuaban las labores de rescate en zonas de difícil acceso. Al 25 de octubre, fuertes lluvias continúan afectando la parte oriental del territorio, complicando las labores de búsqueda y rescate y la respuesta a la población afectada. La mayor parte de la provincia reporta varios días sin servicio eléctrico, aun antes del impacto del huracán, lo que dificulta el acceso a agua potable, alimentos y servicios de salud. Adicionalmente, la falta de fluido eléctrico ha complicado la transmisión de reportes de la situación en el territorio, lo que ha dificultado la identificación detallada del impacto de la emergencia. La complejidad de la situación en Guantánamo es tal, que se mantuvo parte de la provincia en fase de alarma ciclónica aun 4 días posterior al paso del Huracán, aunque la Defensa Civil ha declarado la vuelta a la normalidad en el resto de las provincias.
Afectaciones más urgentes
Decenas de miles de personas han perdido todas sus pertenencias y bienes de primera necesidad, incluyendo alimentos, medios de cocción, medios de almacenamiento de agua, higiene, colchones, y equipos electrodomésticos. Hasta el momento, evaluaciones preliminares indican que más de 14.300 viviendas o instalaciones de servicios han sufrido daños importantes y más de la mitad de estas experimentaron colapsos totales de techo, lo que resultó en la pérdida total de sus bienes de primera necesidad en la totalidad, además de los daños en viviendas inundadas. Se estima que este número podría continuar aumentando a medida que avance la cuantificación de daños en los territorios incomunicados por inundaciones e interrupción de la infraestructura. Se identifican también daños en instalaciones de servicios comunitarios vitales como instituciones de salud, centros de distribución de alimentos, en el abasto de agua, servicios de saneamiento, almacenes, farmacias y escuelas. Se ha afectado gravemente la agricultura y las instalaciones de procesamiento de alimentos, complejizando el acceso a alimentos y a los medios de vida de la población.
Se registran preliminarmente daños en 56 instalaciones de salud pública en los municipios de Baracoa, Maisí, Imías y Guantánamo, incluidos un hospital general, policlínicos, consultorios del médico de la familia y farmacias con impactos sobre equipos médicos esenciales, los servicios del programa materno infantil, entre otros. La presente situación aumenta significativamente el riesgo de brotes de enfermedades, en particular las arbovirosis. Guantánamo había sido identificado por las autoridades sanitarias como uno de los territorios con los niveles más altos de infestación de vectores, en un contexto nacional de alta prevalencia de dengue y fiebre de Oropouche.
De los 349 centros educativos existentes en los municipios Baracoa, Maisí, Imías y San Antonio del Sur, se identifican daños entre totales y parciales en 150 instituciones (43%) con afectaciones también en el mobiliario escolar y pérdida de los materiales escolares (libros, libretas, utensilios escolares y otros).
Más de 15000 hectáreas de tierra quedaron afectadas, con cuantiosas pérdidas de cultivos de alimentos. Adicionalmente, existen afectaciones en las capacidades de almacenamiento, cocción y conservación de alimentos en hogares e instituciones, incluidas las que apoyan redes de protección social. A esto se suma que la mitad de la producción salinera en el municipio de San Antonio del Sur y casi la totalidad del cultivo de café en los territorios afectados, ambos medios de vida fundamentales de los pobladores de la zona quedaron destruidos, lo que podría añadir desafíos en materia de empleo y sustento económico de las familias.
Los críticos daños al sistema electro-energético local han afectado directamente el abasto de agua, además de los daños severos a la infraestructura de agua y la pérdida de tanques y sistemas de recolección y distribución de agua en viviendas e instituciones. Las roturas en sistemas hidráulicos y carreteras ocasionan serias limitaciones al acceso a agua segura y saneamiento en estos territorios, servicios vitales para sobrevivencia y prevención de brotes de enfermedades de origen hídrico-sanitario y vectorial. Además, las familias han perdido sus insumos de higiene personal, limitando la capacidad de prevención de enfermedades.
El impacto del huracán se produce a la vez que el país se encuentra en un contexto de emergencia energética debido al deterioro de la infraestructura de electricidad y la escasez de combustible, en un escenario de sanciones unilaterales externas. En el momento del impacto, las autoridades trabajaban por restablecer su sistema electro energético nacional cuya desconexión había provocado afectaciones en los servicios básicos, incluido el acceso al agua potable, el saneamiento y la conservación de alimentos.
Los esfuerzos nacionales han sido inmediatos para rescatar y atender a los afectados. Sin embargo, los daños son devastadores. Se requiere urgentemente acompañar a las autoridades nacionales en los esfuerzos para proteger a los grupos vulnerables y restablecer los servicios esenciales que continúan en condiciones difíciles y/o suspendidos.
Cuba está excluida de las principales instituciones financieras internacionales y se enfrenta a un acceso extremadamente limitado a los mercados internacionales de capitales, lo que dificulta enormemente la financiación de la respuesta ante situaciones de desastres y el desarrollo. Ante el destructivo impacto, es crítico acompañar a Cuba en sus esfuerzos en curso de respuesta y recuperación.