Así son los increíbles y misteriosos discos lisos que la NASA descubrió alrededor de la estrella Vega
Un grupo de astrónomos de la Universidad de Arizona pudieron observar una imagen sin precedentes del disco de escombros de alrededor de 160 mil millones de kilómetros de diámetro que rodea a la estrella identificada como Vega. Este avistamiento se pudo realizar gracias a los telescopios espaciales Hubble y James Webb, que pertenecen a la NASA.
Andras Gáspár, miembro del equipo de investigación, afirmó que “Entre los telescopios Hubble y James Webb, se obtiene esta vista muy clara de Vega”. Además, agregó: “Es un sistema misterioso porque es diferente a otros discos circunestelares que hemos observado. El disco de Vega es liso, ridículamente liso”.
En el telescopio James Webb se puede apreciar un resplandor infrarrojo de un disco de partículas que tiene el tamaño de un grano de arena que, a su vez, gira alrededor de la estrella azul-blanca chispeante. Por su parte, en el telescopio Hubble se observó una imagen del halo exterior de este disco con partículas pequeñas que reflejan la luz de las estrellas y le da ese aspecto azul.
El disco de Vega cuenta con un hueco pequeño que tiene una extensión de alrededor de 60 unidades astronómicas desde la estrella y que, además, presenta una forma muy lisa, lo que provoca que el resplandor del astro se pierda. Con base en esta información, los investigadores pudieron inferir que no hay planetas de la masa de Neptuno en órbitas grandes.
Además, la distribución de polvo en el disco se encuentra en capas debido a la presión que ejercen las estrellas, que empujan a los granitos de arena más pequeños. “Distintos tipos de física localizarán partículas de diferentes tamaños en diferentes lugares”, remarcó Schuyler Wolff, uno de los autores principales de los artículos.
“Estamos viendo en detalle cuanta variedad hay entre los discos circunestelares y como esa variedad está vinculada a los sistemas planetarios subyacentes”, reveló Kate Su, una investigadora de este proyecto. “Estamos descubriendo mucho sobre los sistemas planetarios, incluso cuando no podemos ver lo que podrían ser plantes ocultos”, añadió.
Aquellas estrellas que se encuentran recién formadas acumulan disco de polvo y gas que antes pertenecían a la nube de la cual surgieron. En 1995, el telescopio Hubble encontró una gran cantidad de discos que fueron producto de varias estrellas que se habían formado recientemente.
Los discos suelen ser lugares en donde los planetas se pueden formar, migrar y hasta destruirse. Vega cuenta con discos de polvo enriquecidos por las colisiones continuas entre los asteroides que se encuentra en las órbitas y los escombros de las cometas que se evaporan por su zona. Este polvo que se origina a partir de las nubes que formaron las estrellas es empujado por la presión que ejercen los planetas, lo que le permite a los científicos poder detectar nuevos astros sin la necesidad de tener que visualizarlos.
“Vega sigue siendo inusual”, dijo Wolff. Además, agregó: “La arquitectura del sistema Vega es marcadamente diferente de la de nuestro propio sistema solar, donde planetas gigantes como Júpiter y Saturno impiden que el polvo se extienda como ocurre en ella”.
Vega se encuentra ubicada en la constelación de Lyra y es histórica debido a que ofreció una primera evidencia de material para formar planetas, lo podría indicar la presencia de vida. Esta hipótesis fue formulada por Immanuel Kant en 1775 y en 1984, a través del satélite astronómico IRAS de la NASA, pudo comprobar que de allí provenía un exceso de luz infrarroja que finamente resultaría ser un disco de polvo de gran extensión.