La minería bien hecha cuida a la población y al medio ambiente – Panamá América
Al cumplirse ya un año desde que la Corte Suprema de Justicia (CSJ), emitió el fallo que declaró inconstitucional la Ley 406 de 20 de octubre de 2023, que aprobaba el contrato de concesión minera entre el Estado panameño y la Sociedad Minera Panamá S.A., y el gobierno anterior solicitara su paralización, la situación en el país, sigue siendo muy complicada.
El impacto ambiental y social tras el cierre del proyecto minero es preocupante.
Las protestas públicas y los desafíos legales llevaron al cese de la mina Cobre Panamá a finales del año pasado, lo que ha creado incertidumbre.
Cobre Panamá representó una inversión de más de 10,000 millones de dólares, que además de la mina incluye una planta de generación de energía y un puerto internacional.
Durante sus operaciones, exportó 4.9 millones de toneladas húmedas de concentrado de cobre y generó más de 40 mil empleos directos e indirectos, contribuyendo al 5% del PIB.
Este panorama es para el Geólogo Martín Carotti, un hecho «casi inédito y es grave porque tiene consecuencias».
Sostuvo que cuando hay manifestaciones y eventos antimineros, lo que se paralizan son proyectos de exploración, siendo muy raro que se paralice una mina en producción.
En opinión de Carotti, el único resultado bueno “es que la mina vuelva a operar y haga su ciclo hasta el cierre programado y progresivo”, ya que no puede funcionar de otra manera, no existe el cierre de mina anticipado, debido a que es un proceso que tiene que acompañar todo el esquema productivo porque se nutre del flujo de fondos de la producción.
De nacionalidad argentina, Carotti, desde hace más de 14 años, se dedica a comunicar sobre “minería bien hecha” como una herramienta de desarrollo; desde 1983 es geólogo de la Universidad de Buenos Aires y ha comunicado sobre minería ante comunidades, periodistas, funcionarios y políticos, así como empresas y universidades en Argentina, Ecuador, Colombia y Guatemala.
En esta ocasión, fue invitado al país, por la Cámara Minera de Panamá (COMIPA), para desarrollar comunicación sobre la minería bien hecha que cuida a la gente y al medio ambiente.
Según Carotti, cerrar una mina no es clausurar una tienda de ropa, donde se liquida el “stock” se despide a los empleados y se les paga lo que les corresponde, cancelando el local y una semana después dedicarse a otra cosa.
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“En la minería, el cierre de minas se hace de forma progresiva y programada desde la exploración hasta mucho después del fin de la producción”, explicó Carotti, señalando que durante la exploración se intervienen áreas, se tala, se hacen caminos, se extrae material para los caminos e incluso muchas de estas cosas no van a ser impactadas.
El geólogo añadió, que el área intervenida se empieza a estabilizar físicamente y químicamente, para restaurarlo y devolverlo a la naturaleza.
Se trata de todo un proceso encadenado “donde voy extrayendo, produciendo y al mismo tiempo, estabilizando y devolviendo a la naturaleza las áreas que ya no uso”.
Para ello, subrayó Carotti, se necesita el flujo de fondo de la producción, parte del dinero que ingresa por la venta del mineral que se está invirtiendo en restauración de las áreas impactadas; después siguen los controles varios años después que la mina dejó de producir, para poder corregir si quedó algo que pueda ser riesgoso para el medio ambiente, ya sea algún químico, alguna montañita de algo que reaccione con el agua, humedad, o algo que se desmorone con la lluvia.
“También el cierre programado de minas implica a la gente”, destacó el comunicador en minería bien hecha.
En ese sentido, comentó que cuando se pide cerrar una mina, se tiende a olvidar a la gente, dando prioridad al medio ambiente.
Entonces pareciera que no importara si la gente pierde su trabajo, que se caiga la actividad económica de una región, parece que fuéramos extraterrestres.
“No, los seres humanos somos parte de la naturaleza” manifestó Carotti, al indicar que el trabajo de la gente, su bienestar, su ingreso económico también debe ser preservado; el Estado no puede sustentar a todos y debe hacerlo con trabajo, si existe la oportunidad de trabajo, la gente preserva su vida y la mejora.
Agregó que la empresa desarrolla programas de capacitación, ayuda a desarrollar programas productivos, capacitando con pequeñas inversiones, ayudando a la gente para que desarrolle otras actividades, ya que la idea es que finalizada la producción minera, la gente tenga un sustento de vida y no haya un desastre económico o surjan grandes focos de desocupación.
En el caso de Panamá, Carotti expresó que el único resultado posible a favor del país, es lograr los acuerdos sociales, políticos y con la empresa en forma satisfactoria, “volver a poner a producir la mina con todos los controles que el Gobierno exija”.
Para ello, el Gobierno debe hacer un trabajo en comunicación y generar la confianza suficiente para que la gente sepa que el Gobierno está controlando con las normas que ha establecido la industria para la minería bien hecha.
Igualmente, sostuvo que el tema minero en Panamá es una carrera contra el tiempo, recordando que la mina tenía 7,000 trabajadores y hoy cuenta con 1,400 empleados, mientras que maquinarias y equipos se están arruinando, ya que las maquinarias se dañan paradas, no se deterioran funcionando; además el mineral extraído concentrado (135 mil toneladas) está parado desde hace un año, desprendiendo gases sulfurosos, por lo que hay que recuperarlo y tratar de vendérselo a alguien, ya que los minerales a veces tienen penalidades al estar tanto tiempo almacenados.
Según Carotti, se puede regenerar un área minera una vez finalizada la vida útil , desmantelando las instalaciones y vendiéndolas como chatarra, los campamentos pueden servir para una comuna o para el Gobierno, también alguien se interese en instalar un hotel.
Sobre la afirmación errónea sobre la contaminación del agua, comentó que hay un monitoreo constante químico de las aguas y hay todos los mecanismos de filtración y purificación de agua porque el agua se devuelve al medio ambiente.
De igual forma consideró preocupante la mina parada, ya que se tiende a incurrir en la minería ilegal, como pasó en Costa Rica en el 2012, no la han podido sacar a tal punto que Costa Rica quiere volver a tener minería de forma legal, bien hecha, industrial, moderna.
“Este país entendió que es la única forma de evitar que siga destruyéndose el ambiente, generando mafias, narcotráfico, trabajo infantil, trabajo precario y dinero para comprar voluntades con las organizaciones de la minería ilegal, hay mucha gente que se beneficia con esto, Panamá no”.
Carotti concluyó diciendo que el tema minero panameño “se puede solucionar negociando” y que para un buen trabajo de minería, hay que hacer una labor de concientización , en todo el país es tarea de los gobiernos, de las empresas generando confianza, haciendo participar a la comunidad.
“La confianza es un capital que a veces vamos a tener que consumir”.
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