Verdad o mito: No es bueno desayunar alimentos dulces – Aderezo.MX
A veces el desayuno dulce puede ser una tentación que nos susurra desde la despensa con promesas de placer azucarado en forma de pan dulce y cereales coloridos. Pero, ¿qué pasa si te dijéramos que esta primera comida del día azucarada podría hacerte mal? Sí, ese dulce arranque puede parecer inofensivo, pero según los expertos, podría estar saboteando tu energía, tu enfoque y hasta tus antojos de media tarde.
La nutricionista Blanca García-Orea para La Vanguardia no se anda con rodeos, un desayuno dulce es como invitar a un intruso a tu casa cuando acabas de despertarte. Tras el ayuno nocturno, el cuerpo está especialmente sensible a los niveles de glucosa. Consumir alimentos azucarados en este momento puede generar un pico rápido de glucosa en la sangre, seguido de una caída igual de rápida. El resultado es una sensación de cansancio, ansiedad por comer y una disminución en tu energía general.
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“El estómago está vacío y todo lo que consumimos se digiere más rápido”, explica García-Orea en su cuenta de Instagram. Por eso, empezar el día con azúcar no solo afecta tus niveles de energía, sino que también puede generar una especie de montaña rusa emocional; de la euforia inicial a la desesperación de la tarde, cuando la ansiedad por comer algo dulce vuelve a atacar.
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El desayuno que tu cuerpo realmente necesita
Entonces, ¿cuál es el desayuno ideal? La clave está en mantener un equilibrio entre carbohidratos complejos, proteínas y grasas saludables. Alimentos ricos en fibra, como cereales integrales o frutas frescas, combinados con una fuente de proteínas, como yogur natural, huevos o frutos secos, pueden hacer una gran diferencia. Esta combinación ayuda a estabilizar los niveles de glucosa en la sangre y proporciona energía sostenida a lo largo del día.
Para quienes no se sienten cómodos desayunando temprano, García-Orea sugiere aplicar estos principios a la primera comida del día, sea cual sea la hora. Lo importante es garantizar que tu organismo reciba los nutrientes adecuados para mantenerse saciado y lleno de vitalidad.
Ojo, no se trata de demonizar el dulce por completo, sino de replantear cuándo y cómo consumirlo. Guardar los alimentos azucarados para momentos especiales o como postre tras una comida equilibrada puede ayudarte a disfrutarlos sin los efectos negativos de los picos de glucosa. Además, prestar atención a cómo te sientes después de cada comida puede ser una herramienta poderosa para evaluar si estás nutriendo tu cuerpo de manera adecuada.