Al menos 3.000 personas han huido de Mozambique por las protestas poselectorales
Maputo, 31 dic (EFE).- Al menos unas 3.000 personas huyeron de sus hogares en Mozambique en la última semana por la violencia en las protestas poselectorales, que causaron la muerte de al menos 275, además de la destrucción y diversos ataques, informó este martes el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Unas 2.000 personas llegaron al vecino Malaui desde el norte Mozambique, mientras que otras 1.000 cruzaron por el sur a Esuatini.
«Los disturbios postelectorales en Mozambique obligaron a miles de personas a huir de sus hogares (…). Entre los recién llegados hay refugiados y solicitantes de asilo de diversas nacionalidades que han estado viviendo en Mozambique», explicó Acnur, que mostró su «preocupación por la escalada de desplazamientos y su impacto en las poblaciones afectadas».
Los civiles «se enfrentan a inmensos riesgos, pierden sus medios de subsistencia y dependen de la ayuda humanitaria», según la agencia de la ONU.
«Aunque agradecemos la generosidad de Malaui y Esuatini, el apoyo inmediato es crucial para hacer frente al empeoramiento de la crisis y evitar más sufrimiento», sostuvo la directora regional de Acnur para África Austral, Chansa Kapaya.
Quienes se refugiaron el Malaui dijeron que escaparon de «ataques y saqueos en sus aldeas».
«Muchos recorrieron largas distancias a pie y cruzaron el río Shire a pie o en pequeñas embarcaciones para ponerse a salvo. Entre ellos hay mujeres embarazadas, ancianos y niños que apenas han podido comer», describió Acnur.
Los refugios en Malaui, añadió, «están abarrotados», «las instalaciones de saneamiento son inadecuadas y el acceso a alimentos y agua potable es insuficiente».
«En algunos lugares, más de 1.000 personas comparten una sola letrina, lo que aumenta considerablemente el riesgo de enfermedades», advirtió Acnur, que ha proporcionado «tiendas de campaña, mantas y kits de higiene para ayudar a los más vulnerables», aunque sigue observando «importantes lagunas en la asistencia humanitaria».
En Esuatini «muchos de los recién llegados afirman haber perdido sus tiendas y negocios debido a la violencia», según la fuente.
«El centro de recepción de refugiados de Malindza (centro-este de Esuatini), diseñado originalmente para 250 personas, está ahora abarrotado y alberga a más de 1.000 personas», denunció Acnur.
A la inestabilidad por las protestas en Mozambique se suman los devastadores efectos que dejó el paso del ciclón Chido hace apenas unas semanas por el norte del país, donde al menos 120 personas murieron y casi 690.000 resultaron afectadas, según el Instituto Nacional para la Reducción y Gestión del Riesgo de Desastres (INGD).
«La situación tanto en Malaui como en Esuatini se está volviendo crítica, ya que el creciente número de refugiados y solicitantes de asilo pone a prueba unos recursos ya de por sí desbordados», alertó Acnur, que llamó a la comunidad internacional a prestar apoyo a estos países para garantizar una correcta acogida y ayuda.
Desde el pasado 21 de octubre, el candidato presidencial y líder opositor mozambiqueño, Venâncio Mondlane, ha convocado manifestaciones en protesta por los resultados oficiales de las elecciones del 9 de octubre, que dieron la victoria al candidato oficialista, Daniel Chapo, del gobernante Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo).
Las movilizaciones han sido duramente reprimidas por las fuerzas de seguridad y, hasta este lunes, al menos 275 personas habían muerto como consecuencia de la respuesta policial, según cifras de la organización mozambiqueña Plataforma Electoral Decide. EFE
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