Inflación en descenso en México, alivio para familias de bajos ingresos – La Crónica de Hoy
El académico de la Facultad de Economía de la UNAM, Luis Fernando González Martínez, destacó que la cifra de inflación de 2024, publicada por el INEGI, es una buena noticia, ya que se redujo respecto al 4.66% de 2023 y al 7.82% de 2022.
Sin embargo, señaló que este avance debe interpretarse como una desaceleración en el aumento de precios y no como una baja generalizada. “Una cosa es que los precios suban más lentamente y otra que tiendan a disminuir”, puntualizó.
La meta del Banco de México (Banxico) sigue siendo estabilizar la inflación al 3%, y aunque aún no se alcanza, González Martínez destacó que este nivel ha ayudado a mantener los precios de productos de la canasta básica, beneficiando especialmente a las familias de menores ingresos, quienes destinan más del 50% de su gasto a la compra de alimentos.
Tipos de inflación
El académico explicó que existen dos tipos de inflación: la subyacente, que excluye productos de alta volatilidad como energéticos y commodities, y la no subyacente, que incluye estos bienes. En 2024, los productos no subyacentes registraron una inflación del 0.51%, según el INEGI.
Entre los productos cuyos precios disminuyeron se encuentran la papaya, tomate verde, cebolla, huevo y chiles, mientras que otros como el pollo y alimentos preparados en fondas y taquerías aumentaron. González Martínez añadió que bienes esenciales, como alimentos o incluso cigarrillos, mantienen su demanda pese a los incrementos, debido a su carácter indispensable.
Por otro lado, los bienes de lujo, como el transporte aéreo y los servicios privados de educación y salud, registraron aumentos de precios, afectando principalmente a los grupos de mayores ingresos.
Presiones internacionales
El especialista advirtió sobre las posibles presiones que podrían alterar esta tendencia positiva, particularmente por las políticas económicas del presidente electo de EU, Donald Trump. Su propuesta de incrementar los aranceles a exportaciones mexicanas, como en el sector automotriz, podría generar un impacto negativo en la economía nacional.
Asimismo, el aumento en los precios de petróleo o gasolina podría desencadenar una espiral inflacionaria, afectando el transporte y los alimentos.
Si estas presiones no se materializan de manera significativa, Banxico podría reducir la tasa de interés, lo que estimularía la inversión empresarial y, a mediano plazo, aumentaría el empleo en México.
Finalmente, González Martínez recordó que la inflación está directamente relacionada con la política del Banco de México, un organismo autónomo, por lo que la incidencia directa de los ciudadanos es limitada.
A pesar de ello, el avance hacia una inflación controlada es un reflejo de las políticas económicas actuales, que deberán mantenerse para consolidar esta tendencia positiva en los próximos años.