El papa Francisco disuelve el Sodalicio, la organización religiosa peruana acusada de décadas de abusos
- Autor, Redacción
- Título del autor, BBC News Mundo
El papa Francisco disolvió el Sodalicio de Vida Cristiana, la comunidad religiosa católica con sede en Perú investigada durante años por denuncias de presuntos abusos sexuales y psicológicos por parte de su fundador y otros responsables.
Un comunicado de la Asamblea del Sodalicio confirmó una noticia que se había filtrado días antes en el portal especializado en información eclesiástica Infovaticana.
El comunicado del Sodalicio no da detalles de una decisión sobre la que el Vaticano no ha hecho aún ningún anuncio oficial.
No es habitual que el Papa disuelva una comunidad religiosa católica aunque esté envuelta en un escándalo.
Según muchos de los que pasaron por la organización, Figari y otros responsables del Sodalicio implantaron un sistema de fidelidad basado en la violencia, las agresiones, las vejaciones y los abusos sexuales que sufrieron decenas de jóvenes que todavía hoy arrastran secuelas y nunca han encontrado justicia.
Qué es el Sodalicio
El Sodalicio, formado por laicos y sacerdotes católicos, fue fundado en Perú por Luis Fernando Figari en 1971 y llegó a contar con unos 20.000 miembros en América Latina y Estados Unidos.
Figari fundó junto a Germán Doig y otros una comunidad en la que laicos consagrados y sacerdotes viven en común bajo los compromisos declarados de celibato y obediencia. Sus integrantes reciben el nombre de sodálites.
A la organización se le ha atribuido una ideología muy conservadora y vínculos con grupos de derecha católicos de Perú.
«Los sodálites se ven a sí mismos como los grandes soldados contra la izquierda», le dijo a BBC Mundo Pao Ugaz, periodista coautora del libro «Mitad monjes, mitad soldados» sobre los escándalos de la sociedad.
Reconocido oficialmente como comunidad religiosa por el papa Juan Pablo II en 1997, se convirtió con el tiempo en una de las entidades religiosas más poderosas e influyentes de Perú, donde estableció conexiones con el poder político y financiero.
El Sodalicio se expandió por 25 países.
Pero las denuncias llevaron a que el grupo haya sido objeto de varias investigaciones por parte de la fiscalía peruana y el Vaticano en la última década.
Según sus víctimas y sus detractores, son sus relaciones con el poder en Perú lo que explica que sus denuncias hayan sido sistemáticamente ignoradas o silenciadas en su país.
De qué se acusa al Sodalicio
Las presuntas víctimas aseguraron que Figari instauró un sistema de sumisión total a su poder en el Sodalicio que, bajo el lema «el que obedece nunca se equivoca», llevó a los jóvenes a su cargo someterse a diversas prácticas degradantes, agresiones físicas y psicológicas, y abusos sexuales.
Figari siempre ha negado las acusaciones en su contra.
José Enrique Escardó Steck, quien denunció haber sido víctima de abusos por parte de Figari, Doig y otros responsables del Sodalicio, le contó a BBC Mundo que sus superiores lo obligaron a dormir un mes en una escalera y llegaron a amedrantarlo con una cuchilla en el cuello.
También dijo que a veces él y sus compañeros eran obligados a golpear y recibir golpes de otros, en lo que describió como «un sistema de bullying organizado».
Otro denunciante dijo que Figari le mostró revistas pornográficas y le pidió que se sentara sobre un palo.
En 2007 la policía peruana detuvo al sodálite Daniel Murguía Ward en una habitación de un hostal de un centro de Lima con un niño de 11 años al que se disponía a fotografiar desnudo.
El Sodalicio anunció dos días después la expulsión de Murguía y dijo en un comunicado que la situación «soprendió y golpeó dolorosamente a toda nuestra comunidad».
Murguía fue puesto en libertad tres años después por una decisión de la Corte Suprema de Perú.
Cómo se ha llegado hasta aquí
Los escándalos llevaron finalmente a la apertura de una investigación de la Fiscalía sobre los presuntos delitos de Figari y en 2016 este prestó declaración ante una fiscal peruana en el consulado de su país en Roma.
A la salida, hizo sus últimos comentarios públicos hasta la fecha. Se declaró «inocente, totalmente inocente» y dijo: «A mí no me consta que haya víctimas».
Un informe encargado por la sociedad publicado en 2017 concluyó que Figari y otros exmiembros de alto rango habían abusado de al menos 19 menores y 10 adultos.
En 2023, tras años de denuncias, el papa Francisco envió a Perú al arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y al sacerdote español Jordi Bertomeu, con la misión de investigar los numerosos abusos presuntamente cometidos en el seno del Sodalicio.
En 2024, la Santa Sede expulsó del grupo a Figari, que negó haber cometido delito alguno.
El Vaticano dijo que la decisión buscaba «restablecer la justicia dañada» por el comportamiento durante «muchos años» de Figari y «proteger en el futuro el bien individual de los fieles y de la Iglesia».
Ugaz le dijo a BBC Mundo cuando se conoció la expulsión de Figari que se trataba de «una decisión valiente» que «anuncia el principio del fin de una organización que hasta ahora había gozado de impunidad».
La decisión final sobre una sociedad ampliamente percibida como ejemplo de abuso e impunidad era esperada desde hacía meses por sus críticos.
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