Expertos anticipan peligro de erupciones solares: ‘Es algo de lo que la sociedad debe preocuparse’
Nuestro Sol es un lugar violento. Estallidos de radiación se desprenden de la superficie solar con la fuerza de millones de erupciones volcánicas. Plasma caliente se agita y arroja partículas que pueden dañar a los astronautas y satélites en el espacio y dañar los sistemas eléctricos en tierra. También pueden iluminar nuestros cielos con luces coloridas.
Pero los científicos han observado explosiones aún mayores a las que llaman ‘superllamaradas’, con el poder de un millón de bombas de hidrógeno, provenientes de otras estrellas. Y aunque aún no se ha observado una superllamarada desde nuestro propio Sol, los astrónomos se preguntan si es capaz de llegar a ese extremo y, de ser así, cuándo podría ocurrir.
Un estudio reciente publicado en la revista ‘Science’ ofrece más información. Los investigadores determinaron que estrellas similares al Sol generan superllamaradas aproximadamente una vez por siglo, un índice mucho mayor al esperado. Los hallazgos sugieren que pronto podríamos tener un evento solar extraordinariamente potente.
“Estamos en la era espacial”, dijo Yuta Notsu, astrofísico en la Universidad de Colorado, en Boulder, y un autor del estudio. “Por eso creo que es bueno estimar eventos de baja probabilidad, pero de gran impacto”, que puede ayudar a los expertos en clima espacial a cuantificar mejor cualquier riesgo potencial para nuestro planeta, dijo.
Las erupciones solares ocurren cuando el campo magnético del Sol se tuerce y se rompe, enviando una explosión de energía, a menudo acompañada de un torrente de partículas cargadas, al espacio.
Pero las partículas no siempre son expulsadas, ni esos eventos siempre se dirigen hacia la Tierra, lo que dificulta a los científicos sacar conclusiones sobre el comportamiento del Sol. Un método mejor, dice Valeriy Vasilyev, astrónomo en el Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar, en Alemania, quien dirigió el estudio, es observar estrellas de la Vía Láctea que se comportan como nuestro Sol.
Utilizando datos del retirado telescopio espacial Kepler de la NASA, el equipo de Vasilyev descubrió que de 56 mil 450 estrellas similares al Sol, aproximadamente una de cada 20 produjo una superllamarada. El índice al que se produjo una superllamarada, aproximadamente una vez cada 100 años, es al menos 30 veces mayor que en mediciones anteriores.
Una razón por la que este índice podría ser mucho mayor es porque emplearon un análisis de imágenes de mayor resolución, lo que les permitió relacionar con mayor precisión las llamaradas observadas con sus estrellas anfitrionas.
Hugh Hudson, un astrónomo en la Universidad de Glasgow, en Escocia, que no participó en el estudio, aplaudió el nuevo método del equipo para relacionar las llamaradas con las estrellas. Pero dijo que no estaba convencido de su conclusión de que la frecuencia de las supererupciones era mucho mayor. Para él, la pregunta sigue siendo si la muestra de estrellas refleja realmente el comportamiento de nuestro Sol, particularmente en la forma en que su brillo varía con el tiempo.
Una misión espacial dedicada a observar las llamaradas de estrellas similares al Sol, así como una mejor comprensión de la actividad magnética que impulsa esos eventos, ayudaría a proporcionar una respuesta, dijo.
Una supererupción “es algo de lo que la sociedad debe preocuparse”, dijo Hudson. “Podría ser extremadamente peligroso, en el sentido de daños y el caos resultante”.
Eso es, por supuesto, si el Sol es capaz de desencadenar una supererupción. Aunque no conocemos la respuesta a esa pregunta, “es bueno estar preparados”, dijo Vasilyev.