Desde el Exilio 3
México, Trump y Sheinbaum: El desafío del arancelismo y la política exterior
Claudia Sheinbaum asumió la presidencia de México, sucediendo a Andrés Manuel López Obrador, con la promesa de continuar con la Cuarta Transformación. Sin embargo, se enfrenta a un panorama internacional aún más complejo. Al mismo tiempo, el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha reconfigurado el escenario político y económico entre ambos países. Con una serie de aranceles impuestos por el presidente estadounidense, México se ve inmerso en una nueva etapa de relaciones comerciales tensas que podrían tener consecuencias devastadoras para su economía.
Si bien las tensiones económicas nunca desaparecieron por completo tras el primer mandato de Trump (2017-2021), ahora el impacto es mucho más palpable. La decisión de incrementar los aranceles no solo afecta las relaciones comerciales entre los dos países más grandes de América del Norte, sino que también pone en aprietos a una economía mexicana ya de por sí vulnerable. México ha dependido históricamente de su relación con Estados Unidos, tanto en términos de exportaciones como de remesas. Cualquier medida que incremente los costos de exportación tiene un impacto directo en el bienestar económico de millones de mexicanos.
La administración de Trump justifica estos aranceles como una forma de proteger a los trabajadores estadounidenses y frenar lo que considera «prácticas comerciales desleales». Sin embargo, la imposición de estos gravámenes no solo afecta a los productores mexicanos, sino que también podría tener efectos secundarios en los consumidores estadounidenses, quienes verán aumentar los precios de muchos bienes. Para México, estos aranceles no son solo una cuestión económica; también son un símbolo de las tensiones políticas entre ambos países.
Sheinbaum y la respuesta mexicana: entre la diplomacia y la adaptación
Claudia Sheinbaum, como presidenta, se encuentra ante un escenario desafiante. Su campaña se centró en la defensa de la soberanía y la continuidad de los proyectos sociales, pero la nueva realidad de un Trump más agresivo en el ámbito comercial exige respuestas claras y eficaces. Frente a este reto, la administración Sheinbaum ha adoptado una postura poco diplomática, alejándose de las formas tradicionales empleadas por expresidentes mexicanos. Parece que a la presidenta no le explicaron que, en ocasiones, es preferible elegir las batallas con cuidado. Como dice el refrán: «No hay que ponerse a las patadas con Sansón», especialmente cuando se tiene «mucha cola que pisar».
La sociedad mexicana: afectada pero resiliente
El pueblo mexicano se enfrenta a un panorama económico incierto. El aumento de los precios de los productos básicos, la desaceleración del crecimiento económico y la pérdida de empleos en sectores clave están generando un clima de preocupación. La administración de Sheinbaum, a pesar de sus esfuerzos por proteger a los sectores más vulnerables, no puede evitar que la frustración crezca. La idea de que México debe alejarse de la sombra de Estados Unidos y diversificar sus relaciones económicas suena atractiva en teoría, pero la realidad es que las políticas de Trump han puesto a prueba la capacidad del país para mantenerse estable (si es que alguna vez la tuvo).
Las reacciones de los ciudadanos mexicanos son variadas: algunos se muestran indiferentes, quizá por la falta de enseñanza de economía (tanto macro como micro) en la educación pública, mientras que otros critican a la administración Sheinbaum por no haber previsto los efectos negativos de un regreso tan agresivo de Trump. La polarización social, ya existente en el país, se intensifica, y la necesidad de unidad interna para enfrentar los desafíos económicos nunca ha sido más urgente.