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Los grandes retos de Jainaga tras su entrada en Talgo
Sidenor y Trilantic cerraron ayer un principio de acuerdo para la compraventa de las acciones del fabricante de trenes Talgo en manos del fondo británico. Pasarán al consorcio vasco conformado por la siderúrgica, las fundaciones bancarias BBK y Vital, y el fondo público vasco Finkatuz, a cambio de 5 euros por título, unos 184,3 millones de euros.
Para convencer a los vendedores, el consorcio vasco mantuvo su parte fija de 4,15 euros y elevó la parte variable de su oferta y acordó un bonus de 0,85 euros, frente a los 0,65 iniciales, en caso de que el fabricante cumpla ciertos hitos financieros en 2027 y 2028, y que todavía están pendientes de refrendar.
Una vez cerrada la transacción, el empresario vasco analizará el estado real de la compañía y procederá a diseñar un nuevo plan industrial que resuelva la saturación de sus dos plantas (Las Matas y Rivabellosa) y permita acelerar unas entregas ya de por sí retrasadas. Hasta el momento, ni Sidenor ni sus socios han revelado sus planes para el futuro del fabricante a la espera de conocer detalles sobre el estado de los pedidos o los contratos de mantenimiento en curso.
Este año, Talgo tiene por delante la entrega de 14 trenes de la serie 107 de Renfe, cuya entrega ya acumula un año de retraso. El primero de ellos ya ha llegado a los talleres de la operadora para comenzar las pruebas, mientras que el resto están en su última fase de fabricación.
Pero el verdadero problema está en los contratos firmados con Alemania y Dinamarca, también demorados y que podrían enfrentar ingentes sanciones, todavía superiores a las ya dictadas. Se trata de 89 trenes del modelo Talgo 230 (79 + 10), de los cuales apenas dos han sido trasladados hasta tierras germanas para comenzar con los testeos.
También tiene por delante el reto de recuperar la cotización. Los títulos del fabricante continuaron la tendencia a la baja iniciada el jueves, cuando se reveló el rechazo de PFR y Jupiter Wagons a presentar ofertas por todo el capital ante las injerencias del Gobierno central. Así, las acciones de Talgo cerraron la jornada bursátil del viernes a 3,80 euros por acción, un precio muy alejado de los 5 euros por título que han pagado Sidenor y sus socios.
Otro importante de convencer a la banca de refinanciar los más de 350 millones de deuda con los que Talgo cerrará el ejercicio 2024. De momento, la empresa aprobó la renovación de su programa de pagarés por 150 millones, pero el dueño de Sidenor se encontrará al grupo sumido en la mayor deuda financiera de su historia, como se confirmará en las cuentas a presentar al mercado a finales de mes. A 30 de junio de 2024, último dato revelado al mercado, Talgo acumulaba un endeudamiento de 357 millones, un 63% más que los 227 millones registrados a cierre de 2023.
Por último, tendrá que renegociar la sanción de 170 millones incoada por Renfe por el retraso en la entrega de los trenes Avril. El ministro de Transportes, Óscar Puente, ya se abrió a la posibilidad de replantear estos pagos en caso de que la compañía acabase en manos de un inversor nacional.
De momento, la operadora estatal ya comunicó la retención del último pago pendiente, por valor de 117 millones de euros, el equivalente al 20% del contrato. A eso hay que sumar otros 50 millones que la compañía pública pretendía pelear en los juzgados por el lucro cesante del período en que no pudo hacer uso de esos trenes.