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Pescadores de Nayarit Luchan por Proteger al Ostión “De Placer” en Peligro de Extinción
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La cooperativa Ostricamichin ha logrado recuperar esta especie endémica a través del cultivo en balsas, asegurando la conservación del ostión y otras especies marinas en las Marismas Nacionales Nayarit
Redacción / CAMBIO 22
En las últimas décadas, la recolección del ostión de placer pasó de tener una crisis de pesca en los Marismas Nacionales Nayarit a cultivar la especie endémica y recuperarla en este ecosistema que es de los más generosos de México, con un 45 % de la producción pesquera nacional.
El principal responsable es la Cooperativa Ostricamichin, una agrupación pesquera que ha cuidado el entorno en uno de los humedales más importantes del Pacífico mexicano, reconocido internacionalmente desde 2001.
“El trabajo es cuidar nuestro entorno. El cultivo nos ha llevado a que no busquemos depredar los recursos naturales y ayudar a la repoblación de los bancos naturales”, dice Óscar Guadalupe Padilla Angulo, presidente de Ostricamichin.
El dirigente sostiene que ha sido tan efectiva la técnica de cultivo que casi no ha tenido modificaciones en 55 años de implementación.
La iniciativa surgió tras la colaboración con el gobierno federal de 1970 para incentivar el cultivo del ostión en la región a partir de la colecta de semillas silvestres y su engorde en filas colgadas en balsas flotantes en medio de los esteros.
Marcos Moreno Torres, pescador e integrante de la cooperativa desde su fundación, fue testigo de la crisis y el renacer del ostión de placer, que pescaron sus padres y abuelos, quienes extraían el producto mediante el buceo.
“Llegó un momento en que las cuestiones climáticas y la sobreexplotación de los recursos se fue extinguiendo, hasta que se acabaron los ostiones en 1975. Hubo 5 años de crisis ostrícola. En 1980 hubo una producción récord y a partir de ahí se empezó a acrecentar el proyecto y se logró rescatar la especie”, explica el ostricultor originario de Boca de Camichin, un poblado cercano a las costas de Santiago Ixcuintla, en Nayarit.
Esta entidad es la que ha obtenido mayor captura de ostión en 20 años, que llegó a superar las 5000 toneladas anuales, de acuerdo con datos de la Carta Nacional Pesquera más reciente.
Una cooperativa de ostión al servicio de la comunidad
Para Heidy Zaith Orozco Fernández, directora del Centro para el Desarrollo Social y la Sustentabilidad Nuiwari, la importancia del trabajo de Ostricamichin es que han logrado desarrollar una actividad productiva, al mismo tiempo que fortalece la comunidad en Santiago Ixcuintla.
“Ostricamichin ha sido líder en promover acciones que mejoren la calidad de vida de su comunidad y también la conservación del ecosistema”, señala la activista.
Además de la recuperación del ostión – que alcanzó a repoblarse en zonas en las que los pescadores no lo tenían registrado–, el cultivo ha permitido que otras especies pesqueras logren recuperarse en Marismas Nacionales Nayarit, una reserva de más de 133 000 hectáreas, que va del norte de Nayarit al sur de Sinaloa.
“Cuando empiezas a cosechar te olvidas de la pesca, la haces sólo para autoconsumo. Eso viene a repercutir en que especies como el robalo o el pargo se recuperen porque no son explotadas excesivamente”, explica Padilla Angulo, quien se dedica de lleno al cultivo del ostión.
Incluso señala que cuando están en el proceso de cultivo –que puede durar entre ocho y 10 meses– recolectan ostión de bancos naturales, los cuales dejaron de estar sobreexplotados.
“En los meses que no hay nada, se pesca donde están los bancos naturales de ostión. Por ejemplo, a cada compañero le toca sacar 25 a 50 kilos de ostión y los vamos administrando para no acabarnos y que a todos nos beneficie”, explica.
Moreno Torres comenta que la propia cooperativa busca medir su capacidad de producción, para no extraer más de lo necesario.
“Tratamos de no sobreexplotar la naturaleza, tenemos un tope con el único fin de no hacer sobreoferta y no poner al máximo la capacidad productiva del sistema, a pesar de que tenemos indicadores de que la zona pudiera producir el doble o el triple”, comenta el ostricultor al explicas que tienen un reto al comercializar las cantidades de ostión que producen.
Orozco Fernández destaca que la cooperativa tenga esta consciencia ambiental de su entorno y que al mismo tiempo el cultivo del ostión no interviene con las dinámicas del ecosistema marino.
Esto debido a la técnica de cultivo en balsas que permiten el crecimiento del molusco y generan que más semillas queden al fondo del estero para su crecimiento natural.
“Anteriormente ellos hacían la extracción del ostión mediante el buceo, eso generaba pura extracción, no recuperación y ahora con las actividades de cultivo de ostión, que lo hacen a través de balsas, hacen que el ostión se desarrolle naturalmente, no tienen que hacer ninguna modificación al ecosistema”, detalla.
Actualmente, Ostricamichin es una de las dos cooperativas certificadas a nivel sanitario para la cosecha de molusco en Nayarit. También cuentan con concesiones para la pesca de especies marinas como el robalo, la corvina, pargo y constantino.
La cooperativa agrupa a más de 180 socios y cuenta con 500 balsas o unidades de cultivo de ostión, las cuales pueden producir 1200 sartas o tiras de ostión.
El presidente de la cooperativa señala que en lo que va del año de cultivo, han producido más de 600 toneladas de ostión y esperan llegar a las 800, una recuperación importante tras el impacto del huracán Roslyn que les hizo perder balsas, cultivos y cerca del 50 % de su producción en 2022.
Los retos para Ostricamichin
Los integrantes de la cooperativa saben que no todo el panorama es abundancia, pues enfrentan también retos externos, como la pesca ilegal, la crisis climática y el desarrollo de megaproyectos en la región.
Ostricamichin ha concentrado también sus esfuerzos en defender el Río San Pedro Mezquital, el único de la región que aún fluye sin represas desde la Sierra Madre Occidental hacia el Pacífico, donde también conecta con Marismas Nacionales.
Además, en 2014, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) propuso construir un proyecto hidroeléctrico, conocido como Las Cruces, en la cuenca de este río, afectando a las comunidades vecinas, así como a la reserva natural de marismas.
Si bien, autoridades federales anunciaron el retiro de este proyecto desde hace años, habitantes y activistas denuncian que ahora buscan volver a proponerlo bajo el nombre de Presa del Nayar.
La propia presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró que el proyecto de esta presa aún está en estudio y no se encuentra considerada para 2025. “Cualquier proyecto de presas… no está planteada para el 2025, para iniciarla, son algunos de los proyectos que está estudiando Efraín Morales, el director de la Conagua. Pero, de todas maneras, primero, ya está en la Constitución que tiene que haber consulta indígena. Y en caso de que no sea una población indígena, siempre tenemos que ponernos de acuerdo con la comunidad y con los habitantes”, dijo la Presidenta en una conferencia el pasado 4 de diciembre.
“Nosotros como organización y como comunidad, somos parte de la defensa de este territorio de vida, no estamos confiados de que se haya olvidado este proyecto. Estamos siempre a la defensiva en ese tema porque tenemos muchísimas cosas que perder”, dice Moreno Torres sobre la posibilidad de construir una presa en la región.
Padilla Angulo sostiene que con la experiencia que hay de la presa hidroeléctrica Aguamilpa, ubicada en Nayarit, esperarían un impacto negativo con un nuevo proyecto.“Realizar la presa aquí en el río vendría a ser el salamiento de toda la zona de marismas, es la principal arteria de agua dulce a marismas. Nosotros perderíamos la capacidad de fijar semillas de ostión, porque la especie es de agua salobre”, advierte.
Por su parte, Orozco advierte también sobre los impactos sociales en las comunidades indígenas náyeri y wixárika. “Si se presa este río colapsa el sistema de manglares porque ya tiene efectos acumulados. Pero también tenemos el impacto espiritual porque al construirse la presa se inundarían lugares sagrados”, señala.
“Biólogos, hidrólogos y especialistas sostiene que construir la presa es sentenciar a muerte a Marismas Nacionales, a los manglares, porque dependen de ese equilibrio de agua dulce y agua salada. Con esto se acaba la producción acuícola y pesquera porque el ostión depende de los pulsos del ríos”, sostiene la defensora.
Para Moreno Torres tampoco es un panorama diferente y advierte que una presa en esta región implicaría no solo el fin de Ostricamichin, sino “acabar con la vida”, por lo que ya preparan una defensa más de su modo de vida y su territorio.
Fuente: Mongabay
GPC/AGF