
Observatorio captó la explosión de una nova ultra caliente: así se vivió el momento
El telescopio chileno Gemini Sur capturó una violenta explosión de una nova ultra caliente con una sorprendente firma química, fuera de la Vía Láctea. Las explosiones de novas ocurren en sistemas estelares binarios, en los que una enana blanca (el denso remanente de una estrella muerta) extrae continuamente material estelar de una estrella compañera cercana.
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A medida que la atmósfera exterior de la estrella compañera se acumula en la superficie de la enana blanca, alcanza temperaturas lo bastante altas como para provocar una erupción del material acumulado.
Se ha observado que casi todas las novas descubiertas hasta la fecha entran en erupción una sola vez, pero también hay algunas que lo hacen más de una; estas se clasifican como novas recurrentes. El ciclo entre las erupciones puede variar desde tan solo un año hasta muchas décadas.
En la Vía Láctea se han captado menos de una docena de novas recurrentes, la mayoría son de origen extragaláctico, es decir, se encuentran fuera de nuestra galaxia.
El estudio de estas últimas ayuda a comprender cómo los diferentes entornos afectan a las erupciones de las novas, explica un comunicado de Aura, la asociación de universidades para la investigación en astronomía.
La primera nova extragaláctica recurrente que se observó fue LMC 1968-12a (LMC68), situada en la Gran Nube de Magallanes, una galaxia satélite de la Vía Láctea. Esta tiene una escala de tiempo recurrente de unos cuatro años y está formada por una enana blanca y una compañera subgigante roja (una estrella mucho más grande que el Sol).
Descubierta en 1968, sus erupciones se han observado con bastante regularidad desde 1990. La más reciente, en agosto de 2024, fue captada por primera vez por el Observatorio Neil Gehrels Swift de la Nasa y, después, los telescopios Magallanes Baade de la Institución Carnegie y el Gemini Sur realizaron observaciones de seguimiento.
Utilizando la técnica de espectroscopía infrarroja, el equipo observó la luz del infrarrojo cercano de LMC68, lo que le permitió estudiar la fase ultra caliente de la nova en la que los elementos se habían energizado en gran medida.
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Nebulosa planetaria, capturada por Gemini Sur en Chile
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Este estudio, que se publica en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, es la primera observación espectroscópica en el infrarrojo cercano de una nova recurrente extragaláctica.
Tras su erupción inicial, la luz de LMC68 se desvaneció rápidamente, pero el instrumento Flamingos-2 de Gemini Sur aún capturó una fuerte señal de átomos de silicio ionizados.
El equipo estima que, durante la fase inicial posterior a la explosión de la nova, la temperatura del gas expulsado alcanzó los 3 millones de grados celsius, lo que la convierte en una de las novas más calientes jamás registradas.
Esta temperatura extrema sugiere una erupción muy violenta, que el equipo teoriza que se debe a las condiciones del entorno de la nova.
Gemini Sur, en Cerro Pachón, Chile, es uno de los telescopios gemelos que forman el Observatorio Internacional Gemini, financiado en parte por la Fundación Nacional de Ciencias de EE. UU. y operado por el NOIRLab.
La Gran Nube de Magallanes y elementos pesados
De acuerdo con el NOIRLab, la Gran Nube de Magallanes y sus estrellas tienen una metalicidad (concentración de metales) menor que la Vía Láctea, lo que significa que contienen una menor abundancia de elementos más pesados que el hidrógeno y el helio, denominados metales por los astrónomos.
En ese sentido, en los sistemas de alta metalicidad, los elementos pesados atrapan el calor en la superficie de la enana blanca, de modo que las erupciones se producen al principio del proceso de acreción.
Pero sin estos elementos pesados, se acumula más materia en la superficie de la enana blanca antes de que se caliente lo suficiente como para encenderse, lo que provoca que la explosión estalle con mucha más violencia.
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EFE