
'Morichales', de Chris Gude, la minería ilegal y la ruta del oro vistas con ojos poéticos – Semana
La película recomendada de esta semana es Morichales, de Chris Gude, que viene de proyectarse en FICCI 64 y se estrena hoy en salas del país. Se trata de un viaje sobre mineros y minerías, sobre la ruta del oro, con una voz en off constante pero medida y una banda sonora inquietante, perfecta para la atmósfera que presenta. Esta cierra una trilogía de Gude en torno a las economías emergentes, esa tras escena que el capitalismo se esfuerza por ocultar, y que su cine desvela. que inició con Mambo Cool (2013) y continuó con Mariana (2017).
Se trata de una enorme película. En su ilustración de esa brutal búsqueda incesante de agujas doradas en pajares acuáticos, en ríos, en morichales, desde la “realidad” y en su tono, la producción vibra en paralelo con producciones delirantes como Apocalypse Now de Francis Ford Coppola y There Will Be Blood de Paul Thomas Anderson.



“A lo largo de trece años he recorrido el arco minero venezolano, acompañado de mi cámara Bolex, con la que he recopilado diverso material de la zona en 16mm. Desde el primer viaje, la relación paradójica y compleja entre el minero y su entorno ha sido mi principal fuente d e inspiración”, explica el director sobre su excelente, inquietante y cautivador documental poético. “El minero penetra la tierra en busca del dorado metal y ella, en cambio, lo nutre y lo sana entre momentos de arduo trabajo. Y, así, vive en comunión con la naturaleza a través de una relación regida por los ciclos de la tierra y los flujos de los ríos. El minero es como un ingeniero alquimista que manipula el subsuelo para sacarle su oro, pero, a la vez, es un obrero que procura sobrevivir el día a día a los márgenes de la sociedad”, explica el director. Las palabras de Gude hacen eco de la manera genuina y poderosa en la que retrata a estos mineros, su búsqueda, sus métodos, su pelea por exprimir los elementos.
“En estos momentos la humanidad se enfrenta al agotamiento del subsuelo, sea en su forma mineral o en la de materia orgánica fosilizada, valores en los que se basa nuestra economía. Morichales propone una reflexión poética sobre la falacia de tesoros inagotables y fáciles de encontrar para pensar en otras formas de valor que no sean obtenidas únicamente de manera extractivista, sino que promuevan sistemas vivos, diseminen nutrientes y cosechen sabiduría: conceptos que, en la película, se simbolizan a través de la palma del “moriche” y sus innumerables utilidades para la especie humana”.
