
Entre la guerra y el terremoto: miles de familias en Myanmar enfrentan una doble tragedia
Cuando parecía que por fin habían encontrado su lugar, tenían trabajo tanto él como sus hijas para poder alimentarse y pagar el alquiler de una choza de bambú improvisada, llegaron los temblores. Uno de sus nietos, asustado, cayó al fuego de la cabaña y sufrió graves quemaduras. U Than Win salió con el niño a un lugar seguro y le golpearon los escombros de los edificios de alrededor. El hombre cuenta que todos están sufriendo, pero, que ellos, como desplazados, ven como sus problemas son mucho mayores.
Ahora viven bajo un árbol en las instalaciones de una escuela local. ACNUR les ha proporcionado una lona para que puedan cobijarse y colchonetas para poder dormir. Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos ha donado arroz y aceite para cocinar. U Than Win explica que las condiciones actuales son muy duras especialmente para él y resto de miembros mayores de su familia: “Hace mucho calor… y nuestra salud se está deteriorando”. Asegura que no pueden soportar este sufrimiento durante mucho tiempo más.
Tal y como explica Eliza Stephen, líder del equipo de ACNUR para la unidad sobre el terreno de Mandalay, el terremoto “ha agravado los problemas de las familias que ya estaban desplazadas. Las familias han perdido sus alojamientos, a sus seres queridos y también su sensación de seguridad. Necesitan urgentemente nuestro apoyo”.