
Llega el salto evolutivo de la IA agéntica: cuando los algoritmos aprenden a tomar decisiones
Por eso se llama disruptiva, porque transforma mercados e industrias hasta convertir en obsoleta la tecnología anterior. La inteligencia artificial (IA) está en la línea de los grandes momentos de la humanidad, como el descubrimiento del fuego o la invención de la máquina de … vapor. Ya dirán en el futuro si internet fue solo un pequeño cambio. La IA agéntica es la última estación, por ahora, de esta revolución. Al estar diseñada para operar de manera autónoma, toma decisiones para lograr objetivos determinados con mínima (o ninguna) intervención humana.
Daniel Arribas, experto en esta materia, señala que «ya en los años noventa se hablaba de sistemas multiagentes, pero lo que predomina ahora, lo que está triunfando como IA agéntica, son sistemas de agentes autónomos que nos permiten interaccionar con el medio». «Hemos pasado de la IA de los asistentes a la IA que empieza a tocar las cosas», añade. Operator, de ChatGPT, o la china Manus son algunas de estas herramientas. «Vamos a ver verdaderas cosas increíbles», augura Arribas.
Conviene, no obstante, no tener confianza ciega en esta modelo de IA, advierte: «El principal peligro es que la IA lo hace todo bien. Yo aviso siempre. No es que sea inteligente, es que funciona muy bien. Se trata de modelos estadísticos capaces de responder ante preguntas y dar respuestas muy acertadas. Pero eso no significa que sean súper inteligentes. Quiere decir que tienen unos datos que juntos se ajustan a las premisas, pero pueden equivocarse».
Para evitar el fallo en los desarrollos de IA que emprende, Arribas sitúa a un humano supervisando al agente: «Lo que llamamos los técnicos ‘human in the loop’. Tiene que haber un humano que toma la decisión final sobre si se va adelante o no».
Otra amenaza de la IA agéntica, según Arribas, es que también los ciberdelincuentes la pueden utilizar para sus propósitos, «para refinar sus ataques; van a tener más alas para atreverse a ciertas cosas».
En cuanto a sectores más propicios, Arribas estima que «no hay límites». Sin embargo, de manera inmediata piensa que «el mundo del derecho es uno de los que saldrá más beneficiado, pero también la salud, ingeniería, el ámbito del software…».
Los beneficios van a ser palpables, dice: «Las procesos y las actividades de las empresas que apuesten por la IA agéntica se van a optimizar muchísimo. No desde el punto de vista de reducción de personal, sino de mejora de la productividad».
Aventura Arribas un futuro halagüeño: «Vamos a vivir una segunda evolución de cambios de paradigma. Va a tener un impacto en la sociedad importante. No estamos siendo conscientes, pero veremos, como mucho en los próximos dos años, que en muchos puestos de trabajo va a haber agentes inteligentes colaborando con los empleados de la empresa para realizar actividades de manera natural».
Personalización
El pasado lunes, Capgemini anunció una iniciativa de IA agéntica con Google Cloud para transformar la experiencia de cliente. La propuesta consiste en crear soluciones específicas para cada sector, con un diseño que gestione las solicitudes de los clientes en todos los canales de comunicación (web, redes sociales, teléfono…) y mejorar así la productividad de los empleados. Con un objetivo claro: que la automatización inteligente y el conocimiento de las necesidades de los usuarios permitan a las organizaciones ofrecer una experiencia de cliente más personalizada, eficiente y eficaz para fortalecer la percepción de la marca, aumentar la fidelidad e impulsar el crecimiento de los ingresos.
Capgemini está dando pasos para acelerar la adopción empresarial de este modelo de IA. El 20 de marzo hizo pública la incorporación de soluciones agénticas personalizadas a su portfolio, diseñadas en colaboración con Nvidia. Pretende ofrecer servicios integrales. Gracias a las posibilidades que aporta Nvidia, se busca simplificar el despliegue y reducir la complejidad para las empresas que quieran lograr información procesable y obtener una transformación empresarial.
Manuel Cid, director general de Insights & Data de Capgemini España, explica esta alianza: «Con Nvidia buscamos la aceleración de nuestros clientes con la creación de una galería de agentes personalizados y especializados por sector, que es donde nosotros podemos realizar un aporte de valor añadido a lo que es la pura tecnología. Puede ser automoción, telco, banca o seguros».
«La IA agéntica –sostiene Cid– va a favorecer la especialización y, sobre todo, la autonomía porque los agentes empiezan a tener interacción con otras aplicaciones, con otros entornos. Incluso habrá agentes de múltiples tecnologías. Los multiagentes tendrán una especie de coordinadores para establecer determinadas soluciones. Serán propios, o de terceros, o un ecosistema mayor, de colaboración entre empresas o incluso Gobiernos».
Junto al desarrollo en sectores más favorables, Cid destaca que «también se está poniendo el foco en el consumidor o en el sector público, para ayudar, por ejemplo, a detectar fraudes o patrones y anomalías en distintas actividades o incluso en las cadenas de suministro, donde los agentes presentan valor enorme en todo lo que es la optimización y la eficiencia».
Sobre los posibles peligros de cierto libre albedrío de la IA, expone que «existe un riesgo latente porque no deja de ser una inteligencia artificial, que si no tiene una supervisión humana puede entrañar ciertos riesgos». «Que tenga una autonomía, pero con una aprobación final del humano sin que reste aceleración o productividad. En Capgmeni disponemos de herramientas que controlan cómo escala y aseguran que cumplen los asuntos éticos, la regulación y la normativa en función del Gobierno, país o empresa», apunta.
Appian ofrece a sus clientes una plataforma sobre la que se pueden desarrollar aplicaciones diseñadas para cubrir procesos corporativos de negocio o de organización. Esta herramienta busca articular todos los pasos de manera flexible poniendo a disposición del cliente distintas tecnologías, cada una con sus particularidades. «Se puede precisar generar un documento, o extraer datos, o que un agente o una persona introduzca información. Para todos los momentos se hará uso de la tecnología, y obviamente de la IA, y en su vertiente más moderna la IA agéntica», detalla Ramón Riquelme, Senior Advisory Solutions Consultant de Appian.
La inteligencia artificial agéntica tiene una característica fundamental, que es una tecnología con propósito, a la que se le proporciona un objetivo sobre lo que se quiere optimizar. «Esta meta cambia mucho las reglas del juego –afirma Riquelme–. Ya no es un juguete o un instrumento al que lanzo preguntas a mi discreción. Comporta propósitos claros definidos de una manera concreta. Como organizar el departamento de operaciones de una empresa, las validaciones de órdenes, la gestión de la demanda en un consumer finance. Los datos llegan por varios canales distintos. La IA los estructura para poder realizar un triaje, una evaluación, una extracción de información…».
No se atreve el experto a pronosticar para cuándo la IA agéntica a pleno rendimiento en España: «Al final va a depender de la adopción de cada una de las corporaciones. El mercado financiero suele ser uno de los primeros en apostar por la experimentación. Falta todavía una cuestión por determinar, su comercialización, el coste, los retornos de inversión».
Pero ya hay señales favorables, describe Riquelme: «A finales de año tendremos realidades muy claras funcionando en esta línea. Lo único es que no sé si lo vamos a percibir. Porque esa es otra de las ventajas para los usuarios finales. Solamente nos vamos a dar cuenta de que las cosas se hacen mejor y más rápido. Es un tema de eficiencia».
Las ventajas afectan a empresas de distinto tamaño, aclara: «La IA agéntica también permite llegar a un mercado de compañías mucho más pequeñas. Por ejemplo, para hacer el triaje de correos electrónicos u organizar un call center, un departamento que precise generar clausulados o que gestione reclamaciones, vamos a poder abordar volúmenes grandes de una manera mucho más autónoma».
Más ventajas. Se puede combinar con inteligencia artificial tradicional y generativa. «La IA agéntica surge sobre los modelos de lenguaje generativo. No es una escisión, es algo que se monta encima», sentencia.
Un nuevo cambio de paradigma para dar una marcha extra a la revolución en marcha de los algoritmos.