
Cambio climático, furtivismo y contaminación amenazan a la pesca en Yucatán – PorEsto
La industria pesquera enfrenta una dura realidad debido a múltiples factores, entre ellos el cambio climático, la sobreexplotación de las especies acuáticas por el incremento de número de marineros, la contaminación de los océanos y la captura ilegal.
El pescador Raúl Mendoza, comentó que hasta hace una década la pesca ribereña era redituable, ya que se podía capturar a pocas millas de la costa; sin embargo, actualmente la realidad es otra; para empezar, ha incrementado el número de pescadores en el Litoral Oriente, donde hay un padrón de más 2600 marineros.
De esta actividad depende un gran número de familias de municipios y comisarías del Oriente del estado, tales como Panabá, Loché, Santa María, Santa Pilar, Tixcancal, Tizimín y otras demarcaciones que se encuentran cerca de la costa, así como personas de otros estados que han llegado a los puertos de esta zona para emplearse en la industria pesquera.
De acuerdo con hombres de mar, la pesca ribereña tiene como principales problemáticas el incremento del número de pescadores, el cambio climático, la sobreexplotación de las especies, la contaminación y la caza furtiva que terminan afectando de manera negativa a este sector.
Mientras tanto, pescadores han reportado que en lo que va de esta temporada, la captura del mero sigue muy baja, logrando un máximo por embarcación de hasta 30 kilogramos, que ya no resultan redituables para el marinero.
“Actualmente, la pesquería enfrenta una dura realidad, pues a este problema se le suma la captura mediante artes prohibidas, el furtivismo y la presencia de grandes embarcaciones que arrasan con todas las especies del área donde se encuentren sin que les importe el daño que se le hace al mar y a la escama”, expresó Jaime Cen, porteño.
Ahora, para ganar el sustento de sus familias, los pescadores tienen que alejarse varias millas, lo que representa una inversión en combustible y víveres, ya que muchos de los marineros pueden pasar de una semana a 15 días, dependiendo de la embarcación, en medio del océano para llegar hasta los mejores ejemplares, además del constante peligro de perder la vida cuando hay temporales.

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El panorama de los puertos en esta parte del estado enfrenta una dura realidad, ya que cada año el volumen de captura de especies como el mero disminuye, además de que las vedas, temporadas de lluvias y frentes fríos dificultan la realización de esta actividad económica.
“Con la intención de sobrevivir, muchos pescadores capturan especies que se encuentran en veda. Desgraciadamente, no existe una vigilancia constante en los puertos que pueda evitar que estas prácticas ilegales se sigan llevando a cabo”, comentó Julio Escamilla, marinero.
Muchos pescadores mantienen sus lanchas atracadas en los puertos de abrigo, ya que la actividad no es redituable para ellos, y prefieren evitar endeudarse con salidas al mar que no les darán los resultados que esperan.