
La pintora Hilma af Klint conecta en su obra el mundo vegetal con el alma
▲ Prunus padus, Prunus avium, Prunus cerasus, Prunus domestica. Hoja 7 de la carpeta Estudios de la naturaleza (27 de mayo-3 de junio de 1919). Acuarela, lápiz, tinta y pintura metálica sobre papel, y Helianthus annuus. Hoja 27 de la misma carpeta (3 de septiembre de 1919). Acuarela, lápiz, tinta y pintura metálica sobre papel.Foto Museo de Arte Moderno, Nueva York. Fondo del Comité de Dibujos y Grabados
y donación de Jack Shear, 2022
De la Redacción
Periódico La Jornada
Domingo 4 de mayo de 2025, p. 3
Hilma af Klint, visionaria artista sueca, demostró la conexión entre el mundo vegetal y el del alma, como quedó manifiesto en la carpeta Estudios de la naturaleza que el Museo de Arte Moderno (MoMA) en Nueva York exhibe por primera vez en la exposición Lo que se esconde tras las flores.
Es una flora del espíritu, un mapeo del mundo natural en términos espirituales que podría compararse con cualquier recurso científico
, anuncia el museo la exposición que se inaugura el 11 de mayo, en la que muestra otra faceta de la pionera del arte abstracto que ha cobrado reconocimiento en años recientes.
Un girasol sobre una página acompañado por círculos sobrios, un narciso rojo coronado con un aro de colores primarios y flores de árboles junto con una cuadrícula con puntos y trazos son ejemplo del talento de la naturalista con vocación de ilustradora científica y de la extensión de la abstracción por la que es reconocida actualmente.
El museo estadunidense abre What Stands Behind the Flowers, que refleja la convicción de que el estudio de la naturaleza revela verdades sobre la condición humana
. Estudios de la naturaleza es un portafolio integrado por 46 dibujos botánicos que realizó af Klint (1862-1944), recientemente adquiridos por el MoMA, y que se muestran por primera vez, del 11 de mayo al 27 de septiembre.
Klint, quien nació en 1862 en Solna, en el norte de Estocolmo, dispuso que sus pinturas, dibujos y cuadernos permanecieran en secreto hasta 20 años después de su muerte, por considerar que su obra no sería comprendida. Su fallecimiento ocurrió en 1944 y sus deseos su cumplieron. Su sobrino descubrió la fascinante obra en enormes baúles que contenían mil 300 cuadros, además de libretas con anotaciones y miles de páginas escritas a máquina. Sus cuadros eran una singular forma de abstracción que se adelantó por años a Vasily Kandinsky, Piet Mondrian y Kazemir Malévich.
Al combinar formas geométricas y orgánicas, inventó un lenguaje artístico distintivo ahora reconocido como una de las primeras incursiones de la época temprana de la abstracción
, considera el mismo MoMA.
En 1986 se hizo la primera exposición con la obra de Hilma af Klint en Los Ángeles. En 2018 fue el museo Guggenheim de Nueva York, que organizó una exhibición que atrajo a miles de asistentes, fue en ese momento la exposición más visitada en la historia del museo.
Desde hace unos años esas pinturas se han expuesto en varias ciudades del mundo, cobrando relevancia junto con sus voluminosos escritos.

▲ Retrato de la artista sueca Hilma af Klint en su estudio de Hamngatan en Estocolmo, 1885.Foto Wikipedia Commons
El átomo y el carácter humano
Hilma af Klint creció en una familia de marinos y cartógrafos. Asistió a la Real Academia de Bellas Artes de Suecia y fue parte de la primera generación de mujeres europeas que pudieron estudiar en escuelas de arte.
Destacó con pinturas de paisajes en varias exposiciones colectivas y trabajó de ilustradora científica. Tuvo encargos que incluyeron ilustraciones anatómicas de caballos y dibujos de especímenes de hongos.
En estas representaciones, Af Klint capturó con maestría la especificidad del color, la textura y la forma de sus sujetos, demostrando su sensibilidad hacia la naturaleza y su capacidad de observación
, describe el MoMA.
También tuvo interés en el espiritualismo, con la creencia en un reino más allá de lo visible, en concordancia con la teosofía y la antroposofía. Estas ideas fueron exploradas en su práctica artística y en sus cuadernos. En 1906 aceptó una comisión de sus maestros espirituales
y realizó un ciclo monumental, conocido como las Pinturas para el templo, con múltiples colores que formaron círculos, óvalos, líneas, triángulos y espirales.
Más adelante, en 1917, trabajó en la Serie del átomo, en la que empleó el lenguaje visual de la ciencia para crear diagramas abstractos con el fin de representar lo imposible de percibir a simple vista; también atribuyó condiciones morales al átomo al conectar su forma y energía con el carácter humano. En 1925 abandonó la pintura por completo.
Hilma af Klint realizó sus estudios de la naturaleza ahora exhibidos en Nueva York durante la primavera y verano de 1919 y 1920 con la intención de presentar las maravillas de la flora sueca, lo que la artista hizo con aguda visión botánica, al combinar un enfoque de la abstracción con el dibujo botánico tradicional, una yuxtaposición de la representación detallada de plantas con enigmáticos diagramas.
La exposición se centra en los años 1917 a 1922, contextualiza la colección del MoMA y destaca un cambio fundamental en la práctica de Af Klint. El curador Jodi Hauptman apuntó en un comunicado de prensa: “Esperamos que la sintonía −la demostración de su observación cuidadosa y descubrimiento de todo lo que se esconde detrás de las flores− anime a la audiencia a mirar de cerca y a ver su propio entorno, ya sea aquí en la ciudad o más allá, de nuevas maneras”.