
El secreto estelar del Antiguo Egipto: ¿Descubrieron la Vía Láctea miles de años antes que nosotros?
Durante siglos creímos que el cielo de los antiguos egipcios era solo simbólico, mitológico, decorativo. Pero un nuevo estudio sugiere que aquellos pueblos sabían más de lo que imaginábamos. Muy posiblemente, conocían la Vía Láctea… y la plasmaron con precisión en ataúdes, techos y rituales. Un secreto cósmico milenario acaba de salir a la luz.
Un hallazgo que cambia lo que creíamos saber
El astrofísico Or Graur, de la Universidad de Portsmouth, analizó más de 555 sarcófagos egipcios del Reino Medio (2055–1650 a.C.) y descubrió algo sorprendente: muchos de ellos incluyen patrones de estrellas, curvas ondulantes y composiciones que podrían representar la estructura visual de la Vía Láctea.
Hasta ahora, estas imágenes se interpretaban como adornos religiosos o simples expresiones simbólicas del más allá. Pero las formas encontradas —especialmente en los sarcófagos de ciertos personajes— revelan un conocimiento celeste más preciso del que la ciencia moderna creía posible en ese tiempo.
La figura que conecta el cielo con los muertos
La clave del enigma está en Nut, la diosa egipcia del cielo. Siempre representada como una mujer arqueada sobre la Tierra, con estrellas brillando sobre su piel, Nut engullía al sol al anochecer y lo paría al amanecer. Era el cielo mismo. Pero, ¿y si también era la galaxia?
En el sarcófago de Nesitaudjatakhet, una cantora sagrada que vivió hace más de 3.000 años, la figura de Nut aparece con una línea negra ondulante que recorre su cuerpo, una imagen única que no se repite en otras piezas y que los investigadores interpretan como una representación intencional de la Vía Láctea.
Tumbas, estrellas y un cielo lleno de dioses

El estudio también comparó estas imágenes con los techos estrellados de tumbas reales, como la de Seti I, y con antiguos textos sagrados: los Textos de las Pirámides y el Libro de Nut. En ellos se describe un cielo sagrado donde los dioses navegan entre estrellas, y los muertos viajan hacia la eternidad guiados por constelaciones.
Graur propone que los egipcios entendían la Vía Láctea no solo como un fenómeno visual, sino como un camino espiritual, una autopista estelar por donde el alma cruzaba hacia la otra vida.
Una cosmovisión más cercana al cosmos de lo que creíamos
Aunque el estudio aún está en discusión entre expertos, la idea es tan fascinante como revolucionaria: que hace más de tres milenios, mientras en otras culturas se contaban mitos, los egipcios miraban al cielo y trazaban galaxias.
No con telescopios, sino con simbolismo, arte y un conocimiento astronómico ancestral que hoy apenas empezamos a redescubrir. Quizás el universo siempre estuvo ahí… esperando que volviéramos a mirar con los mismos ojos que lo vieron por primera vez.