
NAUFRAGIO, UNA EXPERIENCIA COTIDIANA EN LA PENÍNSULA DE YUCATÁN POR …

La falta de equipamiento, en especial de un chip que funciona como geolocalizador, ponen en alto riesgo a los pescadores, algunos de los cuales han sido rescatados con vida tras naufragar, como le ocurrió a Francisco “Pacorro” Herrera Valerio, que estuvo 47 perdido en el mar frente a la Sonda de Campeche, expone una publicación de Más Información, que obtuvo de Animal Político.
La historia de “Pacorro” Herrera revela la fragilidad con la que miles salen a pescar, y actualmente, la Secretaría de Pesca y Acuacultura Sustentables de Yucatán (Sepasy) realiza un censo para dotar equipos de seguridad.
Francisco Gaspar Herrera Valerio, alias Pacorro, junto con 4 pescadores, salió el 23 de octubre del 2023 en busca de canané, una especie que se halla muy cerca de la Sonda de Campeche. Su plan era estar fuera dos semanas y después regresar a Progreso, Yucatán, pero de regreso tuvieron una falla mecánica, y el desamparo se agravó por la pérdida de comunicación con la Capitanía de Puerto.
Aunque al inicio el viento era calmo y los días soleados, positivo para ser rescatados, la corriente del mar los llevaba mar adentro y ya no estaba seguro hacia dónde se dirigían. Imploraban un poco de lluvia para hidratarse, pero sabían que ese deseo implicaba peligro.
En la segunda semana del naufragio, algunos compañeros pensaron que morirían ahí y se despedían de sus familiares. Pero aún tenían utensilios para preparar todo tipo de pescado, y sobrevivieron dentro de la lancha comiendo pescado asado y patos. “Agua sí tuvimos que tomar un poco sucia”, mencionó.
Faltos de toda esperanza, tripulantes de una embarcación camaronera los vieron a la deriva a unas 15 millas náuticas de la costa tamaulipeca.

OTRO CASO
Algo similar vivió por tres días Augusto Gómez Ojeda, pescador en Celestún. El 18 de enero del 2016 salió a las 7:00 de la mañana en medio de fuertes vientos. Hizo un recorrido de dos horas y media mar adentro y estimaba, junto con sus dos compañeros, regresar ese mismo día al puerto.
El viento de unos 120 kilómetros, según cálculos del propio pescador, provocó que mientras pescaba la lancha se volcara y los tres pescadores cayeron al mar. Augusto comentó que sacaron fuerzas para mantenerse a flote porque el oleaje era demasiado alto, y el motor falló.
“Estábamos asustados, mi primo comenzó a llorar y le decíamos ‘tranquilo’, pero él nos decía que ahí íbamos a morir”, describió, y recordó que se aferró a lo único que tenía: a su fe.
“Yo nada más decía: Padre mío, Padre santo ayúdanos, danos fuerza. Porque es lo único que tienes en esos momentos. Yo pensaba que en la vida no he sido malo, que he ayudado a la gente y por eso me atrevía a pedirle que me ayudara. A mis compañeros les decía que fuéramos fuertes, porque tenía esperanzas de salir de esta”, compartió.
Al paso de unos minutos localizaron su nevera con capacidad para almacenar 500 kilogramos. Ahí decidieron entrar los tres. “Hacía mucho calor ahí dentro y el viento estaba súper huracanado. La tapa salía volando y entonces teníamos que ir detrás de la tapa para protegernos un poco de la lluvia que también nos cayó”, narró.
Durante tres días, al segundo comieron pescado, pasaron dos barcos que no los vieron. Augusto narró que eso les desanimó porque pensaron que no sería fácil localizarlos. Luego creyeron que una tercera embarcación era una alucinación, pues se veía muy pequeña y a lo lejos, pero resultó ser de la Semar.
“Ellos nos rescataron y cuando llegamos al puerto nos recibieron nuestras familias y nuestros amigos. Yo agradezco mucho estar vivo”, relató.
Los naufragios no son cosa del pasado. Recientemente, el pasado 4 de abril de 2025, tres pescadores en Santa Clara, localidad del municipio de Dzidzantún, se perdieron en el mar. Uno de ellos no sobrevivió. Su embarcación se volteó a causa de una surada.
SURADAS, VIENTOS CONSTANTES
Juan Antonio Palma, meteorólogo en Meteored México, describió que en el Golfo de México y el Caribe es común que se hable de surada, refiriéndose a vientos calientes de componentes del sureste y sur, y se presentan en cualquier época del año, aunque más comunes e intensas en febrero, marzo, abril y mayo.
“Llegan a tener velocidades muy fuertes, incluso que van a la misma velocidad de cuando pegan los nortes y para la navegación puede representar riesgo porque se levanta un alto oleaje. Además, cuando los pescadores llegan a quedarse a la deriva en el mar, con viento y oleaje alto es peligroso porque los aleja de la costa”, mencionó.
REALIZAN CENSO
De la falta de medidas de seguridad pertinentes en la mayoría de las lanchas que naufragan, Lila Frías, titular de la Sepasy, dijo que realizan un censo para identificar el número de embarcaciones y pescadores en la costa, y dotarlos de chalecos salvavidas, botones de emergencia y radios marinos.
“El censo lo comenzamos en abril y estimamos que termine el 26 de mayo. Lo que necesitamos saber es el nombre del propietario de las embarcaciones, tipo de embarcación, certificado de matrícula, certificado de seguridad marítima y número de placa, entre otros datos que nos darán la certeza de cuántas embarcaciones hay en el Estado y cuántas personas salen al mar”, aseguró la funcionaria.
Afirmó que los pescadores furtivos son los que se ponen más en riesgo, puesto que la ilegalidad no da aviso a la Capitanía de Puerto de sus salidas al mar.
Entre 2020 y 2022 la Marina rescató a 2 mil 913 personas que naufragaron en el mar, en su gran mayoría, pescadores. En este periodo, a nivel nacional, realizaron mil 837 operativos en 33 estaciones navales de búsqueda, rescate y vigilancia marítima.
En lo que va de este año, la Semar y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) estatal emprendieron operativos para la localización de al menos 15 pescadores en Yucatán. A 5 los hallaron sin vida.
El riesgo para los pescadores aumenta cuando las embarcaciones no están equipadas con un sistema de comunicación para monitorear tormentas, fuertes vientos o huracanes.
De acuerdo con el Padrón de Pescadores del Estado, en Progreso hay alrededor de 300 personas dedicadas a la pesca y, en particular, el Municipio cuenta con un registro de 200 personas que perdieron la vida en el mar en los últimos 50 años.
En su honor hay un monumento en terrenos del puerto de abrigo en Yucalpetén, que lleva por nombre “En memoria a los hombres caídos”.
EL VERDADERO RIESGO
Las embarcaciones deben contar con un chip que funciona como geolocalizador, pero no todas lo tienen, explicó Félix Luna Gómez, pescador y exdirigente de la Cámara Nacional de las Industrias Pesquera y Acuícola (Canainpesca) en Yucatán, y lamentó que en situaciones de naufragio esto complica las operaciones de búsqueda.
“Desgraciadamente, la actividad en el mar es de alto riesgo porque es inmenso. Entonces todas las embarcaciones tienen la obligación de salir con un chip de monitoreo que se controla desde Mazatlán, pero a veces no revisan que funcione o no lo tienen, y en casos de emergencia se vuelve más complicada la búsqueda”, describió.
Luna Gómez explicó que, a través de este chip, la Capitanía de Puerto supervisa el recorrido de las lanchas. Quienes se dedican a la pesca furtiva no cuentan con uno a propósito y en muchos casos son pescadores que no están registrados en el padrón oficial.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) promueve protocolos de preparación y prevención para los pescadores, los cuales coinciden en el uso de GPS, radar de navegación y radio.
Jonathan Vergara, ingeniero ambiental especializado en seguridad marítima, apuntó que los pescadores deberían llevar consigo chalecos y balsas salvavidas, extintores de incendios y bengalas de emergencia.
*Este artículo originalmente fue publicado en Causa Natura Media.