
Autores de libro sobre Kast y extrema derecha: “supo llegar a TikTok mucho antes que la izquierda”
Finalizaba la primera década de este milenio y él todavía era diputado. José Antonio Kast militaba en la Unión Demócrata Independiente (UDI) desde hace bastante tiempo, habiendo sido congresista desde 2002.
Pero no estaba contento con la conducción de su partido, por lo que intentó dar un golpe al timón. Se postuló a la presidencia de la UDI y perdió en dos ocasiones. A pesar de la derrota, esos fueron momentos decisivos para comenzar a pavimentar el camino presidencial que lo tiene como segundo favorito en las encuestas al día de hoy.
Renunció a la UDI en 2016. Congregó seguidores y fundó su propio moviento, el que posteriormente se transformaría en el Partido Republicano.
Todos estos hitos los recoge el libro Kast. La ultraderecha a la chilena (2025, Ediciones B), escrito por los periodistas Amanda Marton Ramaciotti y Felipe González Mac-Conell, quienes, entrevistados por Interferencia, desmenuzan lo que ha sido la irrupción de la extrema derecha en Chile.
–¿Es José Antonio Kast el que encabeza el auge de la extrema derecha en Chile?
Felipe: Es el que instala la extrema derecha en Chile, ha sido su principal portavoz, ha sido el que ha puesto la cara en las campañas, ha sido el que ha llevado la bandera de la extrema derecha. Por lo menos creemos que él es el personaje con más grosor que tiene la extrema derecha en Chile.
Amanda: Es el hombre que logró abrir la caja de Pandora de lo que es la extrema derecha en Chile, pero lo que es curioso es que él jamás reivindica el título de extrema derecha, ni él ni sus seguidores en muchos casos. Podemos decir que en Chile hoy ya no se habla solo de derechas, sino también de extremas derechas en plural. Pese a eso él no reivindica ese título como sí lo hacen otras personas que son un poco más duras, como lo es Johannes Kaiser.
–¿Cuáles son los hitos de la extrema derecha en Chile?
Felipe: Ese hito cero es el 2008, cuando él intenta disputar la presidencia de la UDI.
Amanda: También son importantes las reuniones en la casa de Javier Leturia (amigo de Jaime Guzmán), que son interesantes como desde el punto de vista de un grupo que está que está molesto con la UDI, y está dispuesto a ir más allá de lo que estaba haciendo la UDI en ese entonces, porque sentían que la UDI se había vuelto un poco más progresista o había cedido a los intereses de la Concertación. Como que habían traicionado el valor original y las ideas de Jaime Guzmán. Si pensamos en un plano más internacional, me parece que Kast y sus seguidores más cercanos fueron bien visionarios de darse cuenta de que Chile no podía estar al margen de lo que ocurría a nivel internacional, sino que tenía que inspirarse. Kast fue de las primeras personas de la derecha en reunirse con otros líderes de derecha dura en la esfera internacional. A nivel internacional él supo ver que a principio de la década de 2010, 2012, ya estaba reuniéndose con grandes nombres de la derecha internacional y tratando de traer esto a Chile de manera fuerte. Pareciera que todo el liderazgo de Kast nace porque no había otras personas dispuestas a dar la cara. No porque él tenga algún rasgo diferencial o superior al resto, sino porque era la persona que tenía las ganas de hacerlo, estaba dispuesto a poner el rostro y tenía la plata.
–¿Qué encontraron de Kast distinto a otros líderes del sector?
Amanda: Un elemento fundamental era que estaba dispuesto a dar la cara y nadie más quería hacerlo, porque sabían que en la política chilena cualquier salto que uno dé es arriesgado. Estaba dispuesto a que las piedras le llegaran a él. Pero yo diría que el tema principal realmente es que tenía esa plata y esa disposición a hacerlo. Si uno hace un recorrido más hacia atrás, su historia universitaria, la verdad es que él no era una persona tan reconocida. Él siempre estaba a la sombra de Felipe Kast, él siempre estaba a la sombra del resto de sus hermanos, era una persona muy tímida, según todos, que si bien estaba dispuesta a acompañar y era muy fiel a sus ideas, no era una persona tan reconocida, no tenía esa esa chispa que suelen tener los líderes y eso me parece muy interesante, porque eso es algo que hoy por hoy en los medios de comunicación más tradicionales en Chile se está desvirtuando. Dicen que Kast es un líder, que ha llevado adelante a personas jóvenes, por ejemplo, hacia la derecha dura o la extrema derecha y en realidad nuestro reporteo muestra que no es tan así.
Felipe: En el en el libro hay una una fuente que identifica a Kast como un palitroque. Este líder que le pegan y le pegan y él como que se cae, se levanta, se cae, se levanta, como que eso tiene más que cualquier otra cosa, que él sigue, él es voluntarioso, él sigue, no es el más brillante, no es el más carismático, no es el que te va a hacer el programa, pero es el que siempre da la cara.
–En términos de temporalidad, ¿cuál es el inicio y final del libro?
Amanda: El libro parte con ese momento que es cuando intentan tomarse la UDI. Hacemos un recorrido hacia atrás mostrando cómo ingresa a la política, su vida en la universidad, cómo se relaciona con su pareja. Pero lo traemos hasta la actualidad, a tal punto que alcanzaron a entrar en el libro algunas encuestas de enero de este año o estudios de enero de este año. El libro es un viaje de la extrema derecha en Chile desde ese momento que nosotros consideramos fundacional hasta el momento de la escisión de las distintas extremas derechas, una de ellas representada con Kaiser.
–¿Qué aspectos positivos se encontraron en este líder republicano?
Felipe: En el libro se ve que es una persona bien hábil. Él ha sabido adaptar el movimiento internacional de la extrema derecha, él hizo una ultraderecha a la chilena, o sea, él es bien distinto a Trump, a Milei y a Bolsonaro, pero ha sabido agarrar elementos, copiar de Trump ciertas cosas cosas, copiar de Bolsonaro ciertas cosas y adaptarlas al contexto chileno. Él es más conservador que todos estos otros líderes, él reivindica más los valores católicos. También fue hábil en aunar varios mundos que estaban a la derecha de la UDI y que en verdad no tenían nada que ver entre sí, donde están los minarquistas, los patriotas, los libertarios, los familiares de a Punta Peuco, a los nostálgicos de la dictadura, o sea, él supo aunar a todas esas sensibilidades que entre sí tal vez no tenían mucho que ver, pero él agarró elementos internacionales y juntó toda esta masa en este movimiento de la ultraderecha a la chilena.
Amanda: Es que es una persona que no tiene vergüenza. O sea, no es Bolsonaro, no es Trump, pero si lo comparamos con el resto de los políticos chilenos, de la casta política chilena tradicional de los últimos 30 años, podemos ver que él estaba dispuesto a hacer cosas que eran ridículas. Como hacer bailecitos en TikTok, como realizar denuncias utilizando terminologías muy duras, que en general en Chile es más conservadora en ese sentido. De hecho es algo que se menciona en uno de los capítulos, de cómo se dio cuenta tempranamente y dio entrevistas y en conversatorios internacionales manifestó que no había que tener vergüenza de cómo uno se muestra en redes sociales. Kast supo llegar a TikTok mucho antes que la izquierda.
–¿Creen que esta es la elección de José Antonio Kast?
Felipe: Es apostar un poco. Se ha mostrado más consistente que Matthei respecto a su propio proyecto, ha logrado construir en estos años una base más sólida que la que tiene Matthei de apoyo. Matthei ya la hemos visto tambaleando entre Chile Vamos que los tres partidos no se ponen de acuerdo, que sale una vocera que la contradice, qué sé yo. A Kast eso no le pasa, él ha sabido construir una institucionalidad más robusta, más fiel a él.
Amanda: Sí, pero acá yo creo que hay algo que hay que mencionar que es que son muy herméticos, tienden a quedar en el silencio. Silencio, silencio, silencio, hasta que llegan momentos importantes, ya sea de la escena de la coyuntura chilena o de elecciones presidenciales y ahí irrumpen. Yo veía los comentarios que han hecho incluso sobre nuestro libro en redes sociales y mucha gente ha comentado ‘extremo de adónde, si Kast no es extremo, si las posiciones que él tiene no son extremas’, porque claro, muchas veces él habla de manera que –como si bien en ciencia política sería calificado de extrema derecha– para el público general es una persona como más bien portada, calmado, tiene templanza, o sea, no es Trump, no es Bolsonaro, no es Milei, que grita. Y eso tiene mucho que ver con esa estrategia que tiene el Partido Republicano y Kast en específico de mantenerse quizás un poco al margen, pero todo es estratégicamente calculado. Basta ver, por ejemplo, las publicaciones que hacen en sus redes sociales cuando se encuentran con líderes de afuera. Creo que ese hermetismo, esa selección de dónde dice ciertas cosas, porque siempre es más duro en los foros internacionales de lo que es acá a la interna, da cuenta de alguien que tiene muy claro el juego comunicacional.
–¿Habló Kast con ustedes?
Amanda: No. Nosotros por separado y juntos contactamos a Carolina Araya, que es su jefa de prensa y gabinete. Ella ya sabía lo que estábamos haciendo porque fuimos comunicándonos con distintas personas del círculo. La llamamos, nos reunimos con ella y dijo, ‘voy a conversar y estamos al habla’. Y desde ese vamos a conversar, la llamamos decenas de veces y nunca nos contestó.