
Dos sentencias condenatorias por casos en perjuicio del medio ambiente en Francisco Morazán
Tegucigalpa, Francisco Morazán. – La Fiscalía Especial de Medio Ambiente (FEMA), obtiene dos sentencias condenatorias; el primero contra Wilfredo Banegas Alvarado por explotación ilegal de recursos naturales agravado; y un segundo caso contra José Ariel Varela Alvarado por el mismo delito, pero no agravado.
Según investigación de la FEMA, el 5 de marzo de 2021, el jefe de la Unidad Municipal Ambiental de San Antonio de Oriente, Francisco Morazán, denunció la ejecución de un plan operativo ilegal por no contar con los permisos correspondientes.
Las autoridades del Instituto Nacional de Conservación y Desarrollo Forestal, Áreas Protegidas y Vida Silvestre (ICF) y de la FEMA, realizaron la inspección en el lugar conocido como Las Carretas, Llano del Ocotal, en donde se constató que se abrieron 12.26 kilómetros de caminos y que se habían talado aproximadamente 41.71 hectáreas de bosque sin señalamiento ni marcaje, afectando al río Yeguare y su zona de protección.
En ese sentido a Banegas Alvarado, al presentarle todos los elementos de prueba contundentes, el tribunal le dictó sentencia de cuatro años, seis meses, más el pago de una multa, a razón de 450 días.
En la segunda sentencia, el 26 de enero de 2022, en el marco de la Operación Némesis II, varias autoridades hacían un patrullaje cuando observaron que se estaba abriendo una calle, así como el corte y remoción de varios árboles en Santa Ana, Francisco Morazán.
Una vez que al operario de la máquina que abría la brecha se le preguntó si contaba con la documentación de soporte para hacer ese trabajo, llamó a José Ariel Varela Alvarado, quién a los minutos llegó presentando un permiso vencido para abrir una calle, no así para hacer el corte de árboles.
Se constató el corte de 78 postes de carbón y 80 postes de cortes viejos, corte de 70 postes nuevos, así como 18 arbustos de la especie de madreado y se concluyó que la apertura de la brecha tenía una longitud de 100.5 metros.
En este caso en particular, se constató que los cortes provocaron un fraccionamiento al ecosistema y pérdida de cobertura vegetal, lo que alteraría el desarrollo y crecimiento de las especies del sotobosque, así como de las especies nativas, provocando un desplazamiento del bosque original.