
Con la declaratoria se enfrentaría al “monstruo” de las concesiones mineras
▲ Un jicarero wixárika de Las Latas camina cerca de la comunidad Nueva Colonia, Mezquitic, Jalisco, en 2008.Foto José Carlo González
Reyes Martínez Torrijos
Periódico La Jornada
Sábado 12 de julio de 2025, p. 3
La declaratoria de la Ruta Wixárika como patrimonio mundial es una noticia alentadora
para este pueblo originario y sus aliados que están enfrentando al monstruo de las concesiones mineras
, afirmó el abogado y activista Santos de la Cruz.
El representante del Consejo Regional Wixárika para la Defensa de Wirikuta dijo en entrevista con La Jornada que la postulación para incluir el itinerario en la lista de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) emerge directamente de los centros ceremoniales de nuestro pueblo
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Añadió que es fundamental y una de las demandas planteadas vinculadas a que desde hace muchos años nuestros abuelos siempre nos han inculcado ese lugar sagrado de Wirikuta, adonde se acude año con año con la finalidad de recorrer el camino de nuestros ancestros
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La ruta sagrada, descrita como una trenza de senderos
en la propuesta ante la Unesco, atraviesa Cuyetsarie, Xurahue Muyaca, Cupuri Mutiú, Cacai Mutijé, Macuipa y Tatei Nihuetúcame, en Zacatecas; Huahuatsari, Cuhixu Uheni, Tatei Matiniere, Nihuetaritsié, Natsitacua, Uxa Tequipa, Tuy Mayau, Huacuri Quitenie, Huiricuta: Mucuyahue, Huiricuta: Raúnax y Huiricuta: Maxa Yaritsie, en San Luis Potosí; Tatei Jaramara, en Nayarit, y Hauxa Manaka (Cerro Gordo), en Durango.
De la Cruz, nacido en la comunidad wirárika de San Andrés Cohamiatam, en Mezquitic, Jalisco, contó que esta demanda histórica ganó fuerza alrededor de 2009 cuando supieron de la presencia de concesiones mineras en la zona de Wirikuta: ¡Cómo era posible que el mismo Estado mexicano las haya aprobado!
Recordó que entonces emergieron muchos planteamientos, entre ellos luchar para que Wirikuta tuviera el reconocimiento dentro de la Convención del Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad, que significaría la protección material del territorio y todo lo que existe dentro de ese lugar sagrado, pues, a pesar de que es reserva ecológica estatal, se permitió la minería.
El Plan de Manejo de Wirikuta como área natural protegida estipula un consejo de administración en el que participan, por ejemplo, presidentes municipales y personas promineras, lamentó el abogado; en cambio, no se hace partícipes a gobernadores tradicionales o presidentes jicareros wixaritari. No están decidiendo los verdaderos representantes de ese pueblo
, pero sí se reconoce a un grupo llamado Unión Wixárika de los Centros Ceremoniales.
Destacó que tras la inclusión en la Convención del Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad, los que decidan deben ser los representantes o autoridades wixaritari en coordinación con las dependencias que tienen injerencia en la materia.
El Consejo Regional Wixárika por la defensa de Wirikuta, que impulsa esta demanda, está integrado por autoridades tradicionales, civiles y agrarias de diferentes comunidades, electas en sus asambleas. Es un movimiento del pueblo wixárika.
Santos de la Cruz remarcó que la intención es proteger el lugar sagrado de Wirikuta, y una de las principales exigencias es que se catalogue como libre de minería, para lo cual se impulsan recursos de amparo y que esa área natural protegida se eleve a rango federal con la participación del pueblo wixárika con las dependencias competentes.
Concluyó que los wixaritari nunca nos hemos pronunciado porque los terrenos son de nosotros o van a serlo. Reconocemos que hay ejido en esa zona y hemos sido muy claros: lo único que solicitamos es que haya respeto y área libre de amenazas. Sería muy importante que el gobierno federal promueva proyectos económicos para los habitantes de la zona, de los ejidos, porque ante la falta de oportunidades optan por la mina
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