
Estudian la influencia de la pintura en las emociones
▲ Científicas identificaron la alteración del ánimo en personas que contemplaron 125 obras de arte que abarcan las principales épocas y estilos de las colecciones Thyssen-Bornemisza y Carmen Thyssen.Foto cortesía del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 24 de julio de 2025, p. 3
Madrid. En los últimos años, estudios científicos han ahondado en las propiedades terapéuticas de la música, pero en la pintura apenas se conocen investigaciones de este tipo, como la que recién hicieron pública el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid, la Universidad Rey Juan Carlos y la empresa de sanidad privada Quirónsalud, que no sólo identifica las emociones y sensaciones que provocan los cuadros –o más bien sus colores y figuras–, sino también los beneficios para la salud.
El proyecto Emociones comenzó en mayo del año pasado bajo la dirección de las investigadoras Ana Reyes, profesora titular en la Universidad Rey Juan Carlos, y Rebeca Antolín, doctora en ciencias de la información, quienes estudiaron durante ocho semanas a un grupo de 127 participantes (67 por ciento mujeres, 31 por ciento hombres y 2 por ciento de personas de otro género) con edades entre 18 y 65 años.
El estudio identificó las emociones predominantes en las personas que contemplaron 125 obras de arte que abarcan las principales épocas y estilos presentes de las colecciones Thyssen-Bornemisza y Carmen Thyssen. La investigación recopiló 9 mil 525 estímulos biométricos (tres métricas por obra por participante), complementados con 3 mil 175 autoinformes con base en el modelo circumplejo de Plutchik
(25 por participante). Esta extensa base de datos (12 mil 700 métricas) permitió reconocer las activaciones fisiológicas y las percepciones conscientes, mientras la metodología combinada dio pie para analizar y proporcionar una informe sobre la reacción de los ojos, donde se centran las reacciones emocionales.
El objetivo inicial fue descubrir e identificar las emociones inconscientes que producen las obras de arte en las personas que las observan y explorar los beneficios para la salud
. Además, responde a la necesidad de comprender el impacto del arte en las personas, quienes respondieron, entre otras, las siguientes preguntas: ¿cómo se interactúa con las obras de arte?
, ¿qué parte del cuadro se mira primero?
, ¿qué elementos captan la atención en función de esas emociones?
Los resultados mostraron que el color y la composición de las obras influyen en las emociones del espectador. Los tonos cálidos y las composiciones equilibradas tienden a generar actitudes positivas, mientras los contrastes de luces y sombras suelen intensificar el impacto emocional. Entre los ejemplos que cita el informe se encuentran La cena de Emaús (hacia 1633-1639), de Matthias Stom, que generó un interés contemplativo y reflexivo
; en tanto, obras como El violinista alegre con un vaso de vino (hacia 1624), de Gerard van Honthorst, evocaron emociones más dinámicas y activas, destacando la diversidad de respuestas emocionales ante diferentes estilos y contenidos artísticos
.
Herramienta terapéutica
El estudio también reveló que algunas pinturas generan exclusivamente emociones positivas y otras provocan únicamente emociones negativas. Estos hallazgos sugieren que las características visuales de una obra no sólo dirigen la atención del espectador, sino que también desempeñan un papel crucial en la generación de respuestas emocionales, tanto conscientes como inconscientes. Además, abren nuevas vías para futuras investigaciones y aplicaciones en áreas como la salud emocional, subrayando el poder del arte como herramienta terapéutica y su capacidad e influencia en el bienestar de las personas
.
Para llegar a estas conclusiones se utilizaron metodologías innovadoras que combinan técnicas tradicionales de autoinforme con herramientas biométricas, permitiendo medir las emociones suscitadas, así como discernir y entender las reacciones específicas de los espectadores; es decir, que mediante el uso de equipos neurocientíficos como el eye-tracking –que recoge los movimientos oculares para identificar qué elementos de una obra captan más la atención del espectador–, el reconocimiento facial –que a través de una cámara recoge y decodifica las expresiones faciales mediante algoritmos– y la respuesta sico-galvánica de la piel –que detecta la actividad electrodérmica para identificar los estados de activación que se producen al experimentar una emoción– “se han superado las limitaciones asociadas con el uso individual de cada técnica, ofreciendo una visión más completa y precisa de las respuestas emocionales.
A partir de los datos obtenidos, se desarrolló una experiencia visual interactiva única, centrada en una percepción individual que permite explorar qué emociones despiertan las obras. Esta iniciativa propone un proceso de autoconocimiento vinculado con la salud y el bienestar
, reportan las investigadoras.
La experiencia del paciente es clave en nuestro compromiso con la salud. Este tipo de iniciativas contribuyen no sólo a seguir ampliando conocimiento desde la evidencia científica, sino también a abrir nuevos horizontes para continuar trabajando por la excelencia en el cuidado y bienestar de las personas, analizando todas las dimensiones que les impactan
, explicó la doctora Cristina Caramés, directora asistencial y de investigación de Quirónsalud.
En tanto, el director gerente del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Evelio Acevedo, añadió que, con base en la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de integrar el arte y la salud, el recinto tiene entre sus objetivos ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas, por eso llevamos años colaborando con asociaciones e instituciones médicas que comparten ese mismo fin en programas sobre cáncer de mama, salud mental, salud infantil, dolor crónico y, en general, sobre el bienestar de la gente
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