
Inicia la veda al tiburón en Yucatán
PROGRESO.— Desde ayer 1 de agosto y hasta el próximo viernes 29 estará en vigor la veda temporal de pesca de tiburón en las aguas del litoral yucateco, medida establecida por la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) como parte de las estrategias de conservación de especies marinas en el Golfo de México y el mar Caribe.
En redes sociales, la Dirección de Pesca y Fomento Agropecuario del Ayuntamiento de Progreso, a cargo de Randyr Castillo recordó a los hombres y mujeres de mar que esta disposición aplica a todas las especies de tiburón.
Tradicionalmente la excepción son las especies que integran el aprovechamiento sustentable del cazón, siempre que se cuente con permiso y fuera de los periodos restringidos.
Castillo reiteró el llamado a respetar la medida, pues su cumplimiento es clave para permitir la recuperación de poblaciones que han mostrado una reducción preocupante en los últimos años.
De acuerdo con una investigación, entre las especies que han registrado una reducción en su población está el tiburón poroso (Carcharhinus porosus), cuya presencia en el litoral yucateco ha caído drásticamente desde hace más de una década.
Datos del Plan de Manejo Pesquero del Golfo y Mar Caribe indican que más del 60% de la pesca en el litoral yucateco podría considerarse ilegal, por lo que las vedas representan no solo un respaldo ecológico, sino un freno necesario a prácticas furtivas que afectan la sustentabilidad pesquera.
Aunque la pesca dirigida de tiburón dejó de ser una actividad frecuente en Yucatán desde hace unos 20 años, algunas cooperativas aún cuentan con permisos vigentes, principalmente para la captura artesanal de cazón. Sin embargo, estas actividades suelen tener escasa rentabilidad, pues su valor comercial es muy inferior al de otras especies como el mero o el pulpo.
El inicio de la veda coincide con el arranque de la temporada de captura de pulpo, uno de los productos más valiosos del mar yucateco.
Desde el mismo 1 de agosto y hasta el 15 de diciembre, las embarcaciones autorizadas podrán extraer el molusco siempre que se respete la talla mínima de 110 milímetros de longitud de manto, tal como marcan las disposiciones federales.


La Dirección de Pesca de Progreso deseó éxito a toda la comunidad pesquera al comenzar esta nueva etapa que representa “sustento, tradición y esfuerzo para muchas familias”.
Durante la temporada, autoridades reiteran los mensajes sobre el respeto a las regulaciones, tanto en lo referente a la talla mínima del pulpo como a la veda del tiburón, mediante campañas informativas en puerto y retenes coordinados con dependencias estatales y federales.
Preservación del tiburón en Yucatán
En lo referente al tiburón, aunque ya no es objetivo de pesca comercial masiva como hace algunas décadas, sigue siendo blanco de captura incidental o bien de actividades ilegales que representan un riesgo tanto para la biodiversidad como para la seguridad alimentaria del sector pesquero.
Además del tiburón, otras especies protegidas como el pez sierra, el tiburón martillo y las mantarrayas gigantes están bajo regulación estricta, con prohibición total de captura sin excepción. Su presencia en aguas yucatecas es cada vez más escasa, situación que expertos atribuyen a la sobrepesca y al deterioro del ecosistema marino.
Autoridades como la Conapesca y el Instituto Nacional de Pesca han reiterado que el respeto a las vedas permite a las poblaciones marinas recuperar sus ciclos reproductivos y mantener el equilibrio ecológico, algo crucial en zonas como el Arrecife Alacranes, área protegida vulnerable a la pesca furtiva.
Con el inicio simultáneo de la veda del tiburón y la captura de pulpo, la autoridad municipal hizo un llamado a la responsabilidad colectiva, destacando que el cumplimiento de ambas medidas puede marcar la diferencia en la preservación del patrimonio marino del Estado.
El tiburón de la especie poroso, que antaño fue abundante en aguas de Yucatán, solo tuvo 52 registros de captura entre 2011 y 2013. Se estima una caída poblacional entre 59% y 79% en las últimas tres generaciones.
En cooperativas como Río Lagartos, aunque conservan permisos históricos para pescar tiburón, hace más de dos décadas dejaron de hacerlo activamente. Capturan cazón ocasionalmente, sin fines lucrativos.